Ella es: Kelly (+18)

Para llevar

Aproveché para volver a abrochar el brasier, cerrar la camisa y tratar de recomponerme. Al salir debajo de la chaqueta todo el recinto estaba envuelto en una capa de humo espeso y ya ni siquiera la podía ver a ella.

- Lo dije en serio, pero eso no te quita lo fácil

La sentí en mi sexo con sus labios sobre el Jean, resoplando con su aliento haciendo que me hirviera la sangre. La empujé sin querer con el pie del hombro y cayó contra una de las paredes de vidrio. Me le acerqué rápido pensando que le había hecho daño.

- Juls, lo siento, te aporreé

La pendeja estaba muerta de risa y hasta se sostenía el estómago. Terminó por contagiarme y caímos las dos al suelo sin poder para de reír mientras tosíamos como un par de ancianas.

- ¿Puedes sacar este humo? --cof cof--

- Si lo saco te van a ver

- Pues que me vean --cof cof-- o me voy a morir ahogada

Se estiró, presionó el botón y el extractor de humo se activó renovándonos con una fresca brisa de aire frio.

La ayudé a levantar, ella no podía mantenerse de pie de la risa, así que la descargué en su puff y yo me tiré al mío. La hierba que habíamos escogido parecía hecha para que nunca pudieras para de reír.

- Ay Kelly no más, me voy a morir, me duele el estomago

Después de unas cuantas lágrimas en los ojos y mucho dolor en el abdomen pudimos recobrar la cordura. Kelly llamó al mesero y se acercó abriendo la puerta un poco.

- Si señorita en que le puedo ayudar

- ¿Nos podrías traer agua con hielo y la carta por favor?

- Claro que si señorita

Cerró la puerta y traté de disimular sacando el espejito del maquillaje para ver si se me había corrido el delineador y las pestañina. La verdad trataba de evitar mirarla a los ojos.

- ¿Para que la carta? ¿quieres fumar más?

- Para llevarle a Jaime

- ¿A Jaime?

- Si lo voy a llamar para que nos recoja

- ¡¿QUE?! ¡NO!

- Me dijiste que acá no, pero en otra parte si, esa otra parte puede ser un motel o la casa de mi novio

- También te dije que no le fueras a contar nada de esto

- No pienso contarle nada, prefiero que lo vea el mismo, igual que en tu sueño

- Julia no, en serio, no, me muero de vergüenza

- ¿Me vas a decir que en tu sueño solo lo hacíamos nosotras dos?

- No, pero...

El mesero se acercó a la puerta pidiendo permiso para entrar. Dejó los vasos sobre la mesa y esperó a que hiciera el pedido.

- ¿Tienes alguna especial para hacer el amor?

Nunca en la vida me había dado tanta vergüenza, bien blanca que soy inmediatamente se me puso la cara completamente roja. Él como si nada hubiera pasado y completamente natural le señalo en la carta unas variedades especiales.

- Perfecto, dame uno de cada uno de estos por favor, para llevar

- Si me lo permite --aclaro su garganta-- acá también tenemos habitaciones privadas por si desean quedarse

- No gracias, es para llevarle a mi novio

Una vez más todos los calores se me subieron y sentía que la cara hasta me quemaba. Ya no solo era una lesbiana, sino también una degenerada.

- Con permiso

- René, que pena te molesto con la cuenta también... ah y por favor un taxi

- Si claro, ya mismo

Ella empezó a buscar su teléfono, lo desconectó del cable de audio y lo desbloqueó para marcarle a su novio.

- ¿Julia que haces?

- Llamar a Jaime a ver dónde está

- Oye, acaso no me escuchaste

- Si hasta la última palabra, pero por algo soy tu mejor amiga y te conozco. En ese sueño no solo estuviste conmigo, te comiste a Jaime...

- Juls, yo... --agaché la mirada interrumpiéndolo--

- ...y te encantó! así que vamos a hacerlo realidad. ¿Yo ya quedé antojada de experimentar y sé que vos también o me equivoco?

El mesero se acercó con un datáfono y mientras ella pagaba me entregó 3 cigarros en una bolsita de papel. Nos acompañó hasta la puerta y nos ayudó a subir al taxi. Ella se quedó detrás del carro hablando con su novio y no pude escuchar lo que le dijo.