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Dos semanas después
Soltando un largo suspiro, apague mi computadora y me recargue en el respaldo de mi silla. A las seis de la tarde de ese viernes ya no había nada que hacer en el trabajo, y mucho por hacer en casa una vez llegara.
Esa noche sería la cena anual de empresarios y accionistas, el primer evento social al que asistiría con shinobu como mi esposa. Se lo había dicho con una semana de anticipación, y aunque no había dicho nada ni mostrado la más mínima señal de estrés ante ello, sabía que estaba nerviosa.
Yo estaba nervioso.
A casi un mes de mi boda con shinobu todo estaba fluyendo a la perfección, y todos mis allegados habían tragado el cuento completo de mi matrimonio. Cuando estábamos en público nos comportabamos como la pareja ideal que debíamos ser, mientras en casa las cosas estaban menos tensas que cuando habían empezado.
Desde aquella platica que habíamos tenido después de que ella prepara esa deliciosa cena, solíamos conversar más a menudo sobre nosotros y menos sobre los temas típicos como la herencia de urokodaki,nuestro falso matrimonio o los progresos de genya con el caso de su hermana; haciendo que la idea de vivir juntos ya no fuera tan extraña.
La convivencia cuando estábamos solos se había hecho más llevadera y por supuesto, a mi no me desagradaba del todo compartir las charlas de mi día con mi falsa esposita. Sonreí al pensar en ella.
Antes de poder pensar en algo más, el teléfono a mi lado sonó y descolgue aun sonriente.
-dime nezuko-
-quería saber si no se le ofrecía nada más, señor- la suave voz de nezuko sonaba alegre-estoy a punto de irme-
-no nezuko, gracias, puedes irt...-lo pensé mejor-de hecho hay algo que puedes hacer y que necesito que hagas-
-¿si?-
-llámale a tu mejor amiga cuando llegues a casa-sonreí al pensar en ella -creo que lo necesita ahora-
Al otro lado de la línea pude escuchar la sorpresa de nezuko seguido de una risita algo cómplice. Nezuko era la que administraba todos mis eventos tanto sociales como personales, y sabía lo de la cena de esta noche.
-lo hare señor-otra risita-buenas noches Y suerte-
Sin responder nada, solté una ligera risa también y colgué el teléfono mientras me levantaba. Era hora de irme a arreglar para la cena, y seguramente shinobu ya estaba en casa haciendo precisamente eso y escogiendo el vestido que utilizaría esa noche.
Seguramente también se moría de los nervios.
Con ese simple pensamiento en mente, sonreí divertido y me coloque el saco para salir de la oficina.
~0~
Cuando entre al departamento y deje mi maletin en la mesita del recibidor, nomi se acercó para saludarme como de costumbre y tomó el saco que comenzaba a quitarme.
