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Salia de la tina llena de espuma cuando mi teléfono celular comenzó a sonar con fuerza en mi mesita de noche. Con una sonrisa de satisfacción ante mi revitalizante baño, me anude una toalla al cuerpo y comenze a secar mi cabello con otra mientras salía del baño y camine a mi mesita de noche para tomar mi celular.
Mire el nombre que aparecía en la pantalla y formando una suave sonrisa de medio lado, deslice el dedo para contestar.
-hola, mi amor-
-hola-el saludo fue algo presuroso -¿fuiste anoche a la cena?-
Soltando un largo bufido, entorne los ojos y me senté en la cama para terminar de secar mi cabello.
-buenos días a ti también, cielo- recrimine algo recelosa-por lo menos podrías saludarme decentemente-
Del otra lado de la línea escuche el mismo bufido cansado que yo acaba de hacer y un poco de silencio. Seguramente se estaba tranquilizando.
-lo siento, cariño-dijo aún con algo de sequedad-es solo que necesito saberlo... ¿Fuiste anoche a la maldita cena? ¿Los viste ahí?-
-si-conteste mientras me levantaba y Caminaba hacia mi vestidor-el magnate giyuu tomioka y su radiante nueva esposa estuvieron ahí, y fueron el centro de atención toda la maldita noche-
Me burle de ambos, entornado los ojos y haciendo una mueca de fastidio. Aun recordaba como anoche, esa mujer había impactado a todos los presentes y había sido el blanco de todas las miradas y platicas, como si fuera la gran cosa.
-aunque a mi ella me pareció tan simple y sin chiste-me encogí de hombros-nose que le vio giyuu-
No me contesto. Al parecer a él no le importaba mucho saber como era ella, o si le importaba más saber otra cosa. Lo único que realmente quería saber desde que había llamando, estaba segura.
-¿y?-me invito a continuar-¿viste como se comportaban entre ellos?-
-si, los observe toda la noche, y se comportaron bastante raro-
-¿raro? ¿Como raro?-el tono del otro lado de la línea fue esperanzador.
-si-me encogí de hombros mientras me colocaba mi tanga de encaje negro -digo, estuvieron juntos toda la noche pero bastante distantes. Casi como si no se conocieran-
-excelente-ahora un tono de triunfo-eso es porque no se conocen, querida-me aseguro el mismo tono-su boda y su matrimonio son reales solo en apariencia. Todo es una maldita farsa, un invento de giyuu-
Sonreí mientras pasaba las prendas de mi vestidor para elegir que ponerme. Giyuu jamás en su vida había sido impulsivo, de hecho era una de las cosas que más me molestaban de el. Así que el hecho de que se hubiera casado tan rápido y a solo unos días después de haber dado lectura al testamento en donde se le pedía una esposa había sido la primera señal para rui y para mi de que algo andaba mal.
