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el sonido de una alarma bastante conocida me despertó de golpe. Abriendo mis ojos de par en par, gire mi cabeza a la mesita de noche donde se encontraba mi celular y extendí el brazo para apagarlo.
Una ves que el sonido infernal hubo terminado me deje caer de nuevo en la cama y llevé mi brazo a mis ojos para cubrirlos de la incensante luz matutina. Eran las ocho de la mañana, y con las cortinas semi abiertas el sol ya iluminaba la habitación.
Una habitación que conocía muy bien, pero que no era mía.
Era de....
Tome una larga cantidad de aire y gire mi cabeza hacia un lado para mirar el cabello negro de yae esparcido por la almohada, quien con solo una sabana de seda cubriendo su cuerpo se movió un poco para acurrucarse contra mi pecho.
Como unica respuesta mire el techo de la habitación mientras los recuerdos de la noche anterior me asaltaban.
Nuestra ropa se encontraba tirada por toda la habitación, como clara evidencia de lo que habíamos hecho. Como una película, las escenas de anoche pasaron por mi cabeza de manera rápida mientras recordaba todo lo ocurrido.
Shinobu con ese vestido, shinobu y yo en el club, shinobu y yo bailando y acariciandonos. Mi desesperada llamada a yae, mi rápido viaje a su depto donde ella ya me esperaba. La casi incontable cantidad de veces y lugares en que lo habíamos hecho, mientras en mi mente otra mujer ocupaba todos y cada uno de mis pensamientos.
La única razón por la que ahora yo estaba aquí.
Soltando el aire contenido, miré a yae moverse de nuevo para darme la espalda mientras recordaba como anoche sus ojos verdes habían sido color violeta y su cabello negro y liso había sido un cabello negro liso con mechones violetas.
Sus ojos. Su cabello. El de ella. El de mi esposa.
Shinobu.
En mi mente, le había hecho el amor a mi esposa.
Lleve de nuevo mi brazo a los ojos. La alarma de mi celular volvió a sonar y esta vez logro despertar a yae quien se removió sensualmente entre las sábanas y parpadeo ligeramente hasta distinguirme.
Componiendo una sonrisa satisfecha, se tendió sobre mi pecho y me miró juguetona.
-buenos días-
Susurro con aquella voz de satisfacción después de una buena noche y yo baje la mirada hasta encontrarme con la de ella.
-buenos días-
-excelentes deberia decir-comenzo a hacer círculos en mi pecho con su dedo índice-anoche estuviste fantástico-
Reprimi un juramento.
Sin contestar nada me enderece lentamente para sentarme en el borde de la cama y tomar mi ropa que estaba en el suelo. Una vez que me puse el bóxer seguí con mis pantalones mientras detrás de mi yae se ederezaba sobre la cama.
