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El reloj de la mesita marcó las dos de la mañana.
Y yo seguia despierto.
Con la luz de la luna colándose por la ventana entreabierta, recargado sobre el respaldo de la cama y con un brazo sobre mi frente, miraba el techo de la habitación sin poder dormir.
A mi lado en la cama, desnuda, relajada, y durmiendo plácidamente desde hacía una hora, estaba shinobu.
A la que, a pesar de todo lo que me dijeron y yo mismo me había dicho esa misma noche, a pesar de intentar alejarla de mi, había hecho mía apenas unas horas atrás. De nuevo y por enésima vez esa noche, la frase de sabito "aléjate de ella" se repitió en cabeza y solté una larga exhalación para después mirarla.
Bien, podía decir que había fallado triunfalmente en esa tarea.
Pero lo más extraño de todo, es que no me arrepentía para nada.
Como so fuera consciente de que la observaba, shinobu soltó un ligero gemidito de satisfacción y me dio la espalda para seguir durmiendo. Sin poder evitarlo, sonreí de medio lado como idiota y de nuevo llevé mi brazo a mi frente para seguir mirando el techo de la habitación.
Sin poder dejar de pensar en la charla que había tenido con sabito unas horas antes y en mis sentimientos encontrados. Sin poder dejar de pensar en la increíble manera en la que shinobu se había entregado a mi, sin poder olvidar la visión de ella recibiendome en su habitación en ropa interior, sus palabras que me habían dejado helado, y su inocencia al pedirme que le haga el amor.
Dejándome completamente indefenso ante su maldito hechizo.
Una bruja. Una endemoniada bruja que me tenía idiotizado. Eso era.
-ay,shinobu-masajee mi rostro con una mano-shinobu, shinobu-
Como si me hubiera escuchado, shinonu volvió a estirarse para quedar boca arriba de nuevo causando que las sábanas se enrollaran en sus caderas para dejar sus pechos al descubierto y a mi entera visión.
Contuve una maldición.
Sin poder evitarlo y como si un imán me atrajera a ella estuve a su lado en unos instantes, y acomodándome de medio lado mientras recargaba mi cabeza en un codo, la admire en silencio mientras mis manos se pegaban por tocarla de nuevo y acariciarla hasta el cansancio.
Antes de poder hacer algo, shinobu abrió sus ojos. Durante unos segundos se limito a mirarme, sus enormes ojos violetas recorriendome como si no entendiera bien lo que ocurría, hasta sonreír ligeramente.
-hola-
-hola-respodi mientras llevaba mi nudillo a acariciarla suavemente, recorriendo toda su figura.
-¿no puedes dormir?-
-no-respondi en un susurró-no contigo a mi lado-
Sus mejillas se tornaron rosaditas y trago saliva nerviosa mientras yo componía una sonrisa de medio lado.
