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ese sábado giyuu y yo nos despertamos algo tarde. Pasaban de las diez de la mañana, y con pereza y sobre todo sin ganas de levantarnos de la cama en donde estábamos bastante cómodos pasamos un rato jugueteando entre las sábanas hasta que uno decidiera levantarse.
Fue giyuu el primero en hacerlo, y colocando mi cabeza en mi brazo doblado me limité a mirarlo a admirar su perfecto cuerpo mientras Caminaba rumbo al baño.
-es tarde, seguro mamá y tsutako nos regañaran-
Reí ligeramente. Ese día la familia de giyuu había preparado un picnic familiar y seguramente toda la familia tomioka ya se encontraba en casa de ruka y rosy.
Una vez que giyuu estuvo dentro lo escuché abrir la ducha mientras comenzaba a sacar sus cosas para afeitarse. Con una sonrisa abrí el cajón de la mesita de noche a mi lado y saqué la cajita donde se encontraban mis pastillas anticonceptivas. Tomando una pequeña pildora rosa, tomé un sorbo de agua para pasarla y me deje caer en la cama para mirar el techo de la habitación mientras pensaba en todo lo que mi vida había cambiado en las últimas semanas.
Desde ser una mujer soltera, sin más familia que una hermana secuestrada a ser la esposa del soltero más rico y codiciado del país, con mi hermana a punto de ser rescatada gracias a él. Pero sobre todo pensaba en lo mucho que la relación entre giyuu y yo había cambiado en ese mismo tiempo, y sobre todo en dos cosas que no sabia cual de las dos era la que me daba más miedo.
Pensaba en como el amor que había ido naciendo poco a poco ahora se había vuelto tan fuerte que apenas podía contenermelo y callarmelo, y para entonces lo amaba a tal extremo que estaba segura jamás había amado ni amaría a alguien como a él. Y en como era que las semanas se habían pasado volando y para entonces faltaban ya menos de tres semanas para que se hiciera lectura del testamento y giyuu se quedará con toda la herencia.
Y para que el arreglo que habíamos hecho meses atrás se terminará. Mi hermana estaria devuelta conmigo, él se quedaría con su herencia y yo dejaría de ser su esposa.
Dejaría de ser la esposa de giyuu. Eso me dolía más de lo que podía soportar.
-¿shinobu?-
La voz de giyuu me sacó de mi ensueño y giré mi cabeza para encontrarme con si rostro asomado por la puerta,con un gesto de ligera preocupación mientras me miraba.
-¿si?-
Me miró con ceño fruncido.
-llevas tiempo hablándote ¿estás bien?-
Me enderece en la cama y aferré la sábana a mi con fuerza.
-si, lo siento-sonrei mientras abrazaba mis rodillas contra mi pecho-estaba algo distraída ¿qué pasa?-
-la ducha está lista ¿nos bañamos juntos?-
Sonreí aún más y sin mayores miramientos me levante de la cama y empecé a caminar hacia el baño.
