9. The price of lies.

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Capítulo 9: El precio de las mentiras

   Al cabo de unas horas y tras haber matado a Jared, Darya fue arrastrada a la sala médica para que el Dr. Carson buscara alguna clase de explicación sobre lo que era. Negan quería saber que tenía en la sangre y por qué seguía viva si la habían mordido la última vez que la había visto. Luego de dormirla sin su consentimiento, ella fue colocada sobre la camilla y el doctor la analizó de manera externa. Primero miro su mano para ver la herida allí, todavía estaba sanando y la infección se había detenido a unos milímetros de la mordida. Subió la manga de la camisa notando pequeñas líneas negras, sus venas, que llegaban a otra mordida. Ambos, Negan y Emmett observaron la cicatriz en su antebrazo. Era igual que la de la mano, la infección solo se dispersó unos milímetros de la mordida. El Dr. Carson le quitó la camisa y vieron una tercera mordida en la parte posterior de su hombro izquierdo. Allí la mordida se veía más grande que las demás, las venas eran más notables lo cual dejaban un relieve vistoso. El Dr. Carson tomó una muestra de sangre de las zonas perjudicadas. Estaba ante algo que desconocía por completo y viendo que las herramientas eran escasas, no podía llegar a una conclusión precisa tan rápido, pero estaba dispuesto a iniciar una investigación para hallar una vacuna o lo que fuera. Y tener a Darya era la mejor posibilidad de muchas, era la base para llegar a la cura, al principio y al fin de los caminantes.
—Mi hermano podría ser de ayuda con la investigación, Negan.
—Ni lo pienses doc. Esto es algo que solo tú y yo sabemos, y así se mantendrá. Me encargaré de traer lo que necesites así que no la cagues.
—Solo digo que si tuviera ayuda podría avanzar más rápido.
—Lo pensaré. Ahora, te daré otro lugar para esto. Algo más privado, mientras, ella se quedará en mi habitación —dice Negan y Emmett lo mira—. No seas un maldito depravado, no haré nada con ella. Al Menos que ella lo quiera —le giña el ojo.
   Dos de sus salvadores entran y llevan a Darya a la habitación de Negan como él lo pide. Su cuerpo es dejado sobre la cama mientras los dos hombres dejan la habitación. En el baño de la misma, Negan entra a ducharse.
   Los efectos anestésicos van perdiendo su efecto y Darya comienza a recordar la sensación de forcejear con alguien, recuerda a los hombres de Negan llevándola a través de pasillos oscuros, a sí misma, queriéndose soltar de las manos de ellos y el pinchazo en su cuello antes de perder la conciencia. Sus ojos se abren y parpadea varias veces hasta lograr ver con claridad. Por inercia intenta sentarse en la cama, la habitación luce diferente de lo que recuerda. Más como una habitación de hotel y no una sala de enfermería.    El sonido del agua cayendo la pone en alerta. No está sola. A continuación se arrastra hasta el borde de la cama e intenta apoyar sus pies sobre el suelo para estar asegurarse de tener el equilibrio completo. Con la ayuda de sus manos se impulsa y se levanta. La puerta está cerca. Llega a ella y mueve la parrilla varías veces y nada. La puerta no abre. Maldice en voz baja y la suelta. Aprieta sus puños y se lleva su mano derecha a la cabeza. Algo le llama la atención y mira su mano. La sangre de Jared aun sigue en ella. Su mente le advierte que está por perder el equilibrio y se desorienta.
— ¿Queriendo escapar de nuevo? —Negan la toma del brazo.
— ¿Qué...qué me hicieron? —parpadea varias veces, mientras siente que sus pies se mueven.
—Nada grave. Solo un par de pinchazos, desnudismo y más pinchazos. Solo eso. Estarás bien. Has sobrevivido a peores cosas —señala mis cicatrices— ¿No lo crees?
   Negan la ayuda a que se siente en uno de sus sillones del living. Darya se suelta de su mano con torpeza y se aleja lo más que puede.
— ¿Qué quieren?
— ¿Hace cuánto lo sabés? Por qué no creo que esa mierda que tienes sea reciente.
— ¿Qué harán conmigo? —evade su pregunta.
—Es la tercera pregunta y debo de decirte que haces muchas —se sienta enfrente de ella—. Ahora mismo te has convertido en mí mayor tesoro. Deberías considerarte suertuda. Muchas desearían estar en tu lugar.
—No, gracias.
—Eso dices ahora. Pero cambiarás de opinión tarde o temprano —se le acerca—. Sabes lo que harían contigo si supieran lo que eres. Hombres y mujeres que han hecho tantas cosas desagradables para sobrevivir allá afuera. Y que la cura esté a un paso de su alcance, dime, ¿tú qué harías si fueras ellos? ¿No intentarías buscarla y experimentar con ella? Conozco a hombres que serían capaz de violarte si supieran de ti. Pero para tu buena suerte, odio a los violadores y no voy a permitir que nada te ocurra.
— ¿Cuál es el costo? ¿Por qué lo estás haciendo? No pareces el tipo de hombre que da algo sin recibir nada a cambio. ¿Cuál es el costo de ser tu tesoro?
   Negan sonríe.
— ¿Qué puedes darme a cambio de tu seguridad?
—Nada, por que puedo cuidar de mi trasero yo misma.
— ¿Segura? —se acerca más— Por qué no lo parece para mi.
   Su imponente figura la supera por una cabeza. Él procura intimidarla acercándose minuciosamente a su rostro, su dedo índice sujeta su mentón. Tiene sus labios a su alcance, pero se detiene.
—Deberías dormir un poco antes de que salga el sol. Quiero ver si realmente puedes cuidar de tu trasero tú misma —se levanta y camina hacia la puerta, golpeándola dos veces hasta que alguien del otro lado la abre y sale.
   Pensar en los deberes el nuevo día lo amargan nuevamente. Pero en el fondo, muy en el fondo, sabía que era el único que había elegido estar donde estaba, ser quien había elegido ser. Dicen que el pasado es el pasado, nunca lo olvidamos por más que así lo queramos. Es como una pequeña mancha negra en un historial perfecto, Bueno, no tan perfecto en realidad. El cual no podemos borrar aunque arranquemos las página. Negan muchas veces se sentía así, como la pequeña mancha negra que no podía borrar. Todos decían ser él pero cada uno de ellos lo odiaba tanto como él mismo. Solo que nunca lo dirían, ni él tampoco. Alguna vez existió una persona que lo amo por quien era. Una mujer que lo hizo sentir humano, que le mostró su mejor versión, su lado bueno. La única y amada. Pero había pasado un largo tiempo desde entonces.
   Entra a la sala de reuniones y se sienta en su lugar, en la silla de la punta, con Lucille y un vaso de whisky sobre la mesa. El silencio es abrumador pero es mejor que nada. Se recuesta con pesar y mueve su cabeza hacia atrás para descansar un momento. Los ojos se cierran lentamente hasta que el cansancio es alcanzado por el sueño y se queda dormido en la silla.
   El sol sale y la luz que irradia, se refleja en la sala. El fin del descanso llega a su fin y Negan se despierta por la claridad a su alrededor. Toma a Lucille y mueve su cabeza para descontracturar su cuello. Abre la puerta y decide ir por Darya y el Dr. Carson para que lo acompañen a visitar a Dwight en las celdas. Primero va por ella, el Salvador que custodia su puerta le advierte a Negan que ella ha golpeado la puerta toda la madrugada. Él sonríe y le señala que abra.
—Buenos días... —se detiene al verla y la observa mientras está dormida en uno de los sillones. Debajo de ella, en el suelo, hay cristales rotos de un florero y un trozo de vidrio yace en una de sus manos. Por su postura y la escena, luce como una mujer que ha permanecido toda la noche en alerta.
   Sonríe de lado y busca entre sus cosas una gasa. Le quita el cristal de la mano con cuidado de no despertarla y rodea la gasa blanca para cubrir la herida. Se sienta en frente de ella y espera a que se despierte... Al pasar un largo rato esperándola, su paciencia se agota y se levanta para hacer ruido. Pisando los cristales en el suelo con fuerza.
   Darya abre los ojos adormecida y se pone a la defensiva.
—Ahora que veo que despiertas, se me ha ocurrido visitar El Reino. ¿Qué te parece? Saludar a Benjamín y al tal "Rey".
—Está muerto.
— ¿Quién?
—Benjamín —dice ella mirándolo con cierto rencor.
   Negan se queda callado.
—Lo siento, por el chico.
—No lo hagas. El idiota que debía disculparse ya esta muerto.
—Vamos, hoy serás mi espectadora principal.
   Lo sigue a la sala médica para llamar al Dr. Carson y continúan hasta las celdas en busca de Dwight. La huida de Daryl queda a manos del rubio por estar a su cargo y como castigo, recibió una paliza por parte de otros Salvadores. Terminando en las celdas sin comida todo un día. Negan creía que era la manera para que recapacite por su error. Los tres llegan a la celda y Darya se queda detrás esperando junto con el Dr. Carson.
—Buenos días, alegría. ¿Es tan acogedor cómo lo recordabas? —pregunta Negan desde el otro lado de la puerta—. Pasaste mucho tiempo en el lado equivocado de la puerta después de ese estúpido viaje con tu esposa y Tina. Así que hablemos ahora de ello. Salimos a buscar tu pequeño proyecto fallido por unas horas, solo alrededor del perímetro...una total erección, cómo si fuera...justo el momento en el que te tiré aquí y cuando regresé, me di cuenta...de que me faltaba...una esposa.
— ¿Cuál? —pregunta Dwight.
—Sherry.
— ¿Sabés algo sobre eso, pequeño Dwighty? Por qué tengo que decirlo, esa es una maldita coincidencia, ella yéndose sólo unas horas después de que Daryl se largó. Y él no forzó la salida. No. Alguien le abrió la puerta.
—No fue Sherry.
   Negan no responde y permanece el silencio durante un par de segundos.
—Pequeño Dwighty...¿fuiste tú? ¿Funcionó al revés? Se suponía que tú lo doblegarías a él. ¿Te doblegó él a ti? Digo, afrontémoslo... tienes algunas quejas bastantes legítimas. ¿Cambiaste de ideología, Dwighty? ¿Estás comenzando a ver las cosas diferente?
   Dwight no responde nada y Negan golpea la puerta dos veces con fuerza.
—Después de todo esto...antes y después... rayos, después de todo...¿quién eres Dwight?
—Soy Negan.
   Negan sonríe al oírlo y abre la puerta para verlo. Se recuesta sobre el umbral de la puerta y lo mira.
—Daryl no es cómo tu. Él es...sensible. Así que o está camino a casa o regresará aquí para matar a más de nosotros. Más que nada a ti y a mí. De cualquier manera, lo encontraremos — no deja de mirarlo—. Así que...¿crees saber adónde fue Sherry?
—Sí.
—Tráela de regreso. Arréglalo —lo mira y luego gira a ver al Dr. Carson qué está detrás de él—. Sutúralo. Arregla lo que puedas arreglar —termina de decir y mira a Darya para que lo siga.
   El doctor Carson acompaña a Dwight a la sala médica para revisar sus heridas. Le sutura el corte en la frente y aprovecha para hablar sobre Sherry.
— ¿No crees que ella lo hizo?
— ¿Tú crees que si? —le pregunta Dwight.
—La conocí un poco. Lo suficiente como para saber lo que sucedió — termina con Dwight—. Vio a Daryl aquí, en el estado en el que estaba. Lo dejo ir. Fue blanda. Tiene un gran corazón. Fuiste golpeado y tirado en una celda... injustamente, si me preguntas. Y estás de vuelta.
—Podría terminar dirigiendo un puesto de vigilancia para él —enciende un cigarrillo.
—Lo entendiste. Me gustaría creer que así es.
   Dwight lo mira y se baja de la camilla para agarrar su remera y ponersela.
— ¿Quién es la chica?
—No puedo hablar de ella.
—Gracias —le dice Dwight y toma un puñado de chupetines antes de salir.
   Un día largo se venía venir. Por un lado, Dwight, salió en busca de Sherry en una de las motos del Santuario. Con destino a su antigua casa de casados donde no halló nada más que los anillos de su esposa y una grabación de despedida. Está situación lo puso en aprietos. Negan no sé conformaría con decir que había muerto. Y por eso, debía pensar en algo.
   En paralelo, Negan le mostró a Darya las instalaciones en las que se iba a quedar. Desde la azotea de su Santuario, observaron a Eugene, su nuevo trabajador traído de Alexandria, cómo revestía los caminantes con hierro fundido que estaban en la reja del frente.
— ¿No tienes curiosidad sobre nada? Vamos, algo tienes que decir. Debés tener curiosidad por alguna maldita cosa.
— ¿Cuándo me iré? —preguntó Darya.
— ¿Enserio? ¿Esa es la mierda que vas a preguntar? Vamos, se que eres más inteligente qué eso. Si hubieras querido irte lo hubieras hecho hace rato —le sonríe.
—Entonces quítame esto,—señala las esposas en sus manos— prometo no matarte cuando lo hagas.
—Me intriga saber qué hacías antes de toda esta mierda, enserio.
—Señor —un Salvador se les acerca y le habla al oído de Negan. Eran malas noticias.
   Negan puso mala cara y señaló al Salvador que la acompañe adentro para reunirse frente a la estufa gigante en el salón del Santuario. Dwight ya estaba esperando adentro junto a la estufa con la famosa plancha. Darya, el Salvador que la llevaba y Negan entraron de últimos. Todos se arrodillaron ante la presencia de su líder.
—Van a querer ver esto —les dice Negan a todos y toma a Lucille para golpear de la nada al Dr. Carson. Este cae al suelo por el impacto y luego es levantado por dos Salvadores.
— ¿Por qué? No hice nada.
—Encontré este recuerdito,— le señala un pedazo de papel con una nota— estaba escondido en tu escritorio.
   El Dr. Carson lee "Adiós, cariño", en el papel y niega confundido por la situación.
—No sé lo que es.
   Negan lo golpea con la punta del bate nuevamente y este gime de dolor. El líder de los Salvadores deja a un lado a Lucille y se pone los guantes protectores para tomar la plancha caliente.
—Tu...dejaste la puerta abierta y dejaste que se fuera mí querida esposa. Sabías que Sherry odiaba que Daryl estuviera aquí, así que lo dejaste salir por ella, para ser un héroe y así después podías insinuarte. Eso...es una mierda muy ladina.
—Pero no lo hice. Ella fue la que esca...
— ¿Se escapó? ¡¿Sabes por qué escapó?! Por qué sabía que la culparía, lo que... sí hice. Pero Sherry le dijo al pequeño Dwighty toda la historia antes de ser despedazada. Una chica súper sexi, asesinada horriblemente por culpa de tu codicioso, ilusorio y pequeñísimo pene. No es verdad. ¿Dwight?
   Ambos miran al rubio frente a la estufa.
—Está mintiendo. Nunca haría eso.
— ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué lo haría? ¿Por qué intentaría lastimarte intencionalmente? Sherry está muerta. Y si está mintiendo...y está allá afuera, la encontraré. Y después quemaré el otro lado de su cara hasta que se muera. Así que ¿qué iba a conseguir con esto? No. Verás, conozco a mí Dwighty. Todo lo que necesitaba...era una noche más en el hoyo y poner su loca cabeza en orden. Funcionó antes y funciona ahora. ¿No es así, Dwight?
   Dwight asiente con la cabeza.
—Sí.
Negan se acerca al pelirrubio y toma la plancha.
—Por favor, no por favor. ¡Por favor, por favor, por favor! ¡Por Dios, no me quemes! ¡Por favor! No. ¡No, no, por favor!
—Sabes que odio esta mierda. Solo dime lo que hiciste, que lo sientes y no tendré que hacerlo.
—Sí, lo hice...todo ello. Lo siento. Lo siento mucho. Por favor...
Negan suelta la plancha y abre sus brazos con una sonrisa en su rostro.
—Eso es lo que tenías que decir —se da media vuelta y observa a su alrededor. Toma del guardapolvo al Dr. Carson y lo arroja entero a la estufa de fuego. Todos quedan horrorizados—. Lo bueno es que tenemos un repuesto para el Dr. Carson —dice Negan palmeando la espalda de Dwight.

The Walkers And The Cure(TWD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora