19. The keys.

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2.7. Capítulo 19: Las llaves.

—Negan. Quiero hablar con Negan— hablan a la radio.
—Hola. Hablas con Negan— contestó Simón—. Mi certificado de nacimiento dice "Simón", sin embargo. ¿Con quién tengo la desgracia de hablar?
—Con Maggie. Maggie Greene, la viuda.
—Hola de nuevo, viuda Greene. Y permíteme ofrecerte mis condolencias por lo que pasó y por lo que va a pasar. Por si no te quedó perfectamente claro, quien te habla lo hace en representación de Negan, y te aseguro que él recibió en persona tu paquete de entrega inmediata. Noté que era la caja que yo te di de buena fe. Me engañaste, pero el día llegó, y tú y tu gente van a pagar. Y me temo que les saldrá muy caro.
—Sus treinta y ocho personas están sanas y salvas. Regresen por dónde vinieron, déjennos en paz, y seguirán así. Pero si ustedes no se van, tengo treinta y ocho balas, que dispararé personalmente— extiende la radio a uno de los prisioneros.
—Es una noche muy linda para morir despacio, ¿no lo crees, Simón?

   Con Maggie decidida a no dar brazo a torcer, el ataque de Simon a Hilltop daba inicio en medio de la noche sin prever el plan de Maggie en su comunidad para emboscar a los Salvadores. Con ambos bandos disparando entre sí, aquellos que tenían sus armas infectadas herían a tantos de la comunidad de Hilltop cómo podían. Mientras, en las cercanías del Reino, el líder de los Salvadores, Negan, y Darya continuaban alejados de la matanza que se estaba dando en Hilltop. Desconociendo por completo el ataque ordenado por su mano derecha, Negan se refugió en la casa abandonada para pasar la noche allí con la compañía de Darya.
   Antes de pasar la medianoche, ambos se sentaron frente a la chimenea para recibir el calor de la fogata improvisada. Por un largo tiempo, ninguno encontró tema de conversación, incluso Negan, que siempre sabía cómo acabar con el silencio. Todas las oportunidades de mirar cada espacio de la casa se habían agotado. Él se aproximó más a la mesa y tomó asiento frente a ella.
   A la mañana siguiente, Darya se levantó antes que Negan para buscar comida y ropa en el Reino. Regresó a la casa y preparó diferentes cortes de frutas sobre dos platos. Todo cortado lo más prolijo que su cuchillo le dejó, formando un caracol de diferentes colores y texturas. Puso dos vasos con agua y ambos platos uno frente del otro. Mientras esperaba a que Negan despierte, salió al patio donde había escondido el auto para intentar conectar con la radio de Ezekiel pero no recibía respuesta del otro lado.
—¿Está todo bien?
—Sí— camina de regreso a la casa—. Trate de hacer lo mejor que pude— señala el desayuno.
—Se ve bien. Gracias— se sienta primero y Darya lo acompaña.
—Puedes tomar el auto. Puede que lo necesites mas que yo.
—Mi esposa se llamaba Lucille— confiesa Negan de repente y continua:—Ella me ayudó. Yo no le di un carajo y ella me sacó adelante en la vida. La vida cotidiana. El bate me ayudó a sobrevivir a eso. Así que le puse su nombre. Es todo lo que tiene el bate en común con ella. Es el último fragmento de ella que aún conservo.
—Lo siento— le dice Darya.
—Ven conmigo.
—Lo he pensado mucho, sabes,—lo mira— el hecho de que siempre me encuentre contigo. Me he cuestionado todo este tiempo la lealtad a absolutamente todo, a ellos, a ti, a mi misma... Fui la que insistió a Ezekiel que luchará contra ti, ¿cómo carajos puedo hacer eso? ¿Va a cambiar en algo lo que haga? ¿Vas a dejar de pelear?— lo miró a la espera de una respuesta.
—Puedo arreglar las cosas.
—Toma las llaves del auto. Sabes cómo terminará esto. Esto va a ser lo último que haga por ti, Negan. No quiero ver morir a alguien que me importa...
   Negan sujeta su rostro con ambas manos y la besa, sus labios se aprietan a los suyos con fuerza para que no escapé. Ambos toman una bocanada de aire después de un tiempo y se separan. Darya intenta controlar su respiración y vuelve a besarlo con voracidad como si necesitará besarlo sin control alguno. El calor en ambos sube de temperatura, Negan la levanta sobre sus caderas y camina tanteando hasta llegar a la mesa. La deja sobre está y comienza a desprenderse de su ropa con prisa sin dejar de sentir el calor que emanaba de su cuerpo. Su rostro lucía tan complaciente y feliz, y entre ropa y ropa, los dos apreciaron la piel desnuda uno del otro. Negan totalmente embobado con la mujer que estaba enfrente a él y Darya excitada con lo que todo aquello le estaba sintiendo por primera vez. Los sentimientos generados por el placer les recorría por todo el cuerpo. Entre besos que se deslizan por el cuello de Darya y terminan en su boca, dedos hundidos sobre la espalda de Negan, gemidos ahogados. La tensión acabó en un último suspiro, dónde Darya hundió su cabeza sobre el cuello de Negan, ambos sin aliento.
   El cuerpo de Darya se relajó sobre la mesa y quedó recostada por un largo tiempo, mientras miraba el techo polvoriento, pensó en quedarse, seguirlo a dónde fuera pero seguirlo. Negan sonrió ante aquella Darya tranquila y pensativa. Dio la vuelta a la mesa y se sentó en la punta donde estaba la cabeza de Darya.

The Walkers And The Cure(TWD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora