3.4. Capítulo 26: Peor que muerto.
—Dame un minuto— le dice Maggie a Dianne y baja del caballo para matar al caminante que se está acercando. Le da el primer golpe en la cabeza y el caminante cae al suelo pero sigue gimiendo. Maggie toma con fuerza la barreta y le da un golpe más, y otro y otro más hasta destrozarle la cabeza. Dianne luce preocupada por lo que acaba de ver pero se mantiene callada. De uno de los bolsos que tiene en caballo en la montura, Maggie saca un trapo para limpiar la barrera y luego su brazo.
Las buenas noticias comenzaban a llegar hasta Alexandria desde el camping: Aaron había despertado después de una noche larga. Pero también surgían las malas noticias, muchas más de las esperadas. Dos hordas acercándose al campamento, el puente varado por las fuertes lluvias, contratiempos en Alexandria, todo parecía salirse de control lentamente. Todos debían de seguir con su trabajo, ir de un lugar a otro, pensar en soluciones, mantener bajo control los disturbios y pensar en el día siguiente. No había tiempo para pensar en negativo. Rick era el principal en pensar en eso, si había problemas con el puente tomaría la mejor salida para terminarlo, si las hordas estaban sobre ellos, buscaría la manera de alejarlas. Michonne hacía lo mismo en Alexandria, lo había estado haciendo bien, su gente estaba organizada y todo se mantenía en su lugar. Así lucía a la vista, Alexandria nunca pudo verse mejor.
—Buenos días, Nora. ¿Ya es hora?
—No muestres tanto entusiasmo. No son siempre todas noticias malas.
—Perdona. ¿Qué clase de día tendremos hoy?
—Malo, en su mayor parte.
Ambas sonríen.
—Los cuervos tomaron un cuarto de la plantación de tomates.
—Debemos plantar más estacas y banderas— sugiere Michonne.
—Podríamos, pero son demasiados. Parece una de esas cosas en que el mundo empieza a llevar las de ganar.
—Cuando tengamos funcionando el molino, perderemos menos. Y cuando regresé Eugene, hablaré con él— Michonne suena optimista.
—De acuerdo.
— ¿Qué más?
—Negan. Scott intentó darle de comer está mañana. No quiere. Tampoco comió ayer. Yo iba a probar al mediodía...
—Descuida. Yo me encargo.
— ¿Segura? Por qué no...
—No. Es mí responsabilidad. Estoy segura. Pero gracias, Nora.
—Solo hago mí trabajo.
Michonne la despide y cierra el portón del patio para retomar el desayuno con la pequeña Judith. Los momentos con su hija eran importantes por lo que trato de no pensar en los problemas que Nora había mencionado. Los problemas le demostraban lo difícil que era llevar a una comunidad adelante. Había dormido poco, con los días se acumulaba el estrés y por momentos creía perder cierto control sobre ella misma. La vida de esposa, madre y líder la estaban llevando a la perdición. Algo dentro suyo se estaba saliendo de eje.
Antes de visitar la celda de Negan, se tomó el tiempo de limpiar la mesa del patio donde había desayunado con Judith. La huelga de Negan no era tan importante como para apresurar el tiempo con su hija, por lo que se tomó todo el tiempo del mundo. Observo el cielo, era un lindo día soleado, debería tratar de mantenerse positiva, más si tenía que ver a Negan. Juntó ambos panes con su respectivo relleno y lo dejó sobre una bandeja para llevárselo de desayuno. Mantenerlo con vida era algo necesario para su visión del futuro, una forma de castigo para que pudiera ver en lo que podían convertirse y todo lo que podían lograr dentro de un mundo de paz y sin problemas, trabajando juntos. Un momento antes de entrar a la celda, tomó una bocanada de aire y entró. Dejó la bandeja en el suelo con cierta frialdad y caminó hasta estar frente a los barrotes.
—La huelga de hambre termina hoy.
Negan se sentó en su cama y la observó durante unos segundos.
—No estoy haciendo huelga— respondió.
— ¿Entonces qué haces?
—No tengo ganas de comer. Pero es lindo saber que te importa— se mantiene desinteresado y muy tranquilo.
—Queremos que sigas vivo. Y los vivos comen. Así que come, Negan. Es un día bonito.
Negan deja salir un corto suspiro y continúa en silencio.
—Volveré en una hora— continua Michonne—. Quiero que termines ese plato— se da media vuelta.
— ¿No tienes nada más?— habla antes de que ella se marche, haciéndola regresar.
—Tengo mejores cosas que hacer.
— ¿Quiéres que coma? Yo quiero que te quedes a charlar conmigo. Yo soy la prueba de que construyen una civilización ¿cierto? Eso dijo tu novio, así que... Será difícil presenciarlo si muero de hambre— sonríe.
—Dijiste que no era una huelga de hambre.
—No lo es, si te quedas a charlar conmigo.
Michonne regresa a su lugar y lo mira de mala gana.
—El sol llegará a ese barrote en unos 20 minutos. Ese es el tiempo que tienes. Luego comerás hasta el último bocado— señala la comida— ¿Querés charlar?— arrima la silla y se sienta —charlemos.
—Maldita sea. Suena más aburrido que mí día. Así que estás aquí atrapada con el equipo perdedor...mientras Rick está ahí afuera...riendo con sus constructores— se acerca a los barrotes— ¿Por qué?
— ¿Piensas que estoy atrapada?
—Pienso que yo no nací para pudrirme en una celda. Pienso que la guerra que hay en ti...no nació para plantar verduras y hacer sana sana.
— ¿Piensas que eso es todo?— se levanta—. Estamos reordenando el mundo. Reconstruyendo el gobierno y creando leyes. Estamos sentando la base de todo...sin nada que nos detenga...mientras tú te pudres aquí dentro sin nada— se limpia el codo y vuelve a sentarse.
Negan se da media vuelta y rasca su barba.
—Me... Me alivia que mí esposa no esté aquí para verme así.
— ¿Quieres decir que así es peor que el idiota que eras antes?— pregunta graciosa.
—Ella era...era un ángel. Merecía una suerte mejor.
— ¿Qué le ocurrió?— muestra cierto interés mientras que Negan suspira y se recuesta sobre la pared.
—Lo que ocurría antes. Cáncer. Nos habría encantado tener un hijo. Nos habría encantado tener un hijo como Carl. Tu fuiste afortunada.
—Pienso en él todos los días. Pero él sigue aquí. En todo lo que hacemos. Miro alrededor y lo veo en todas partes.
— ¿Lo ves en esta celda?
—En todas partes.
Ambos se miran en medio de la oscuridad, los destellos de luz que entran por la ventana contornean sus figuras. Michonne se siente más relajada que al principio pero se mantiene alerta.
—Carl no fue tu primer hijo, ¿cierto?
—Te quedan unos diez minutos para comer esto y luego me voy.
— ¿Cómo murió él? Era un niño, ¿no? ¿Tenía tus ojos?
—Se llamaba André y no sobrevivió— confiesa casi forzosamente.
—Lo siento.
—Logre aceptarlo.
—Ya sabes,— se desliza para sentarse en el suelo— en mí opinión...es mejor así.
— ¿Como diablos es "así"?
—Mi esposa no había nacido para esto. Cuando murió, estaba débil. Y sentí alivio, en cierta forma. Ahora lo sé. Sé que gracias a ella no soy débil. Y contigo... Contigo es igual.
—No somos iguales— lo interrumpe.
—Estábamos destinados a más. Sigue siendo así, Michonne. Tres muros, barrotes...nos morimos. Pero afuera es como una adicción.
Michonne se levanta repentinamente y Negan también lo hace.
—Sé que sabes de qué hablo. Y por eso, tú también estás agradecida— continúa hablando.
— ¿Agradecida de qué?
—De que André haya muerto. Porque sabes que él te habría vuelto débil.
Michonne lo mira y agarra la bandeja para tirarla al suelo, vuelve a mirarlo y lanza la bandeja vacía hacia la pared. La puerta se abre y sale de la celda enfurecida. Trata de recuperar la cordura, respira profundamente y se toma el tiempo de tranquilizarse. No era una buena idea armar un alboroto con Negan. Vuelve a la casa y se dedica a preparar un nuevo sándwich, alcanza los panes, la lechuga, las rodajas de tomate, el aderezo y los presiona para juntar todo. Mientras lo hace, piensa en las palabras de Negan y recuerda la adrenalina al matar los caminantes. La vida como una esposa perfecta era una mentira, podía reconocerlo, matar en las noches era lo más cercano a sentirse viva. No podía negarse a sí misma que sus salidas nocturnas le producían cierta satisfacción que sus quehaceres nunca le darían. Lo había hecho por mucho tiempo que se había vuelto algo inevitable, no podía dejar de hacerlo. La vida en familia no era para ella, amaba a su hija y amaba a Rick pero no estaba preparada para esa clase de vida familiar y despreocupada.
Abrió la puerta una vez más y entró. Miro la bandeja sobre el suelo y pensó en solo tomárselo con calma. Nada personal, más si venía de Negan y su apego a las bromas de mal gusto.
—No quería que te enfades- responde desde su cama—. Quiero que lo sepas.
— ¿Por qué te importa lo que pienso?
—Porque tú nunca bajas aquí. Siempre vienen Rick u otra persona.
— Darya ¿por ejemplo?— Michonne lo mira.
Negan se cruza de brazos y cambia el tema de conversación.
—No debí mencionar a tu hijo. No estabas lista para escuchar eso.
— No cambies de tema.
—Todo o nada. Tu estás atrapada, como yo...conectada a los muertos, como yo. Somos iguales...y no puedes soportar esa realidad— continúa.
—No somos iguales. Sí, hacemos lo que hace falta hacer. Pero tú lo disfrutas. ¿Yo? Todos los días intento que vivamos mejor. Imagino formas de unir a las personas...no de volverlas unas contra otras. Hago sacrificios...y concesiones. Y sí, halló fortaleza en los muertos pero vivo para los vivos. Y no me disculpo por eso. Mis hijos murieron. Pero este mundo será mejor para mí hija y para todos los niños que vengan a él.
—Ou- suspira-. No te da miedo ser como yo...te da miedo acabar como yo...sin nada ni nadie amado.
—Estás desesperado por conectarte conmigo. ¿Hiciste lo mismo con Darya?
—No le metas en esto— responde cortante.
—Se que hay algo entre ustedes y sé que se está arriesgando por ti, lo ha hecho todo este tiempo aun sabiendo que puede poner a todos en su contra. ¿Realmente lo vales?
—Si lo sabes ¿porque no has dicho nada, porque no vas corriendo a donde está Rick? ¿Qué estás esperando?
- Se acabó el tiempo. Come Negan. De uno u otro modo tendrás que comer.
—Espera— da un mordisco al sándwich y lo deja en la bandeja.
— ¿Qué?
—Antes de que te vayas, quiero preguntarte algo. Hay cosas de este mundo...a las que nos aferramos cuando no queda nada.
—Todo este tiempo...pensaste que yo era tu última opción. Por dios— se ríe.
—Quiero verla. Necesito verla...
—No.
—Por favor.
—Negan...no tenemos tu bate.
— ¿Dónde está? ¿Qué hicieron con ella?
—Sigue ahí afuera.
—No. No... ¡Devuelvanmela!
—Come, Negan. La comida está rica— termina de decirle y sale de la celda dejándolo a solas.
Negan se aleja de los barrotes y da la vuelta para caminar en dirección a la pared delante de él. Apoya sus manos en el concreto y golpea su cabeza repetitivamente hasta que se deja caer en el suelo. El dolor es punzante pero no es lo que más duele, el desapego con su bate lo sobrepasa. Se da la vuelta, mirando a los barrotes y se queda tendido en el suelo de la celda. Los moretones en su cara se pierden en la oscuridad pero los siente, las lágrimas brotan de sus ojos.
En tanto transcurre el medio día, en el campamento Darya termina de cambiar el vendaje de Aaron. La herida luce bien y es fuerte por lo que está segura de que solo es cuestión de tiempo para que se recupere. Le indica cómo debe mantener la herida limpia y lo acompaña un rato hasta que llega Enid para hacerle compañía. En sus planes estaba regresar en cuanto terminará de ver a Aaron, por lo que habla con Rick acerca de cómo está Aaron y regresa a Alexandria después de eso. Su último sueño le hizo pensar en las cosas que podían llegar a suceder en el futuro. Era imposible no pensar en Maggie y su reacción si se enteraba que el hombre que había matado a su esposo, ahora tenía las mínimas oportunidades de ser feliz y de amar de nuevo cuando Glenn lo había dejado de hacer por qué Negan lo asesinó. Podía ser injusto y doloroso al mismo tiempo pero no tenía el poder de encerrar a Negan por siempre, tarde o temprano tenían que dejarlo salir, dejarlo que vuelva a comenzar. Darya tenía la esperanza de que eso pudiera llegar a suceder, lo había soñado durante mucho tiempo. La casa cerca del Reino, que había estado preparando para los dos, era un claro ejemplo de su anhelo.
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The Walkers And The Cure(TWD)
Fanfiction¿De qué son capaces los humanos para sobrevivir? ¿Qué están dispuestos a hacer a cambio de vivir? ¿Qué están dispuestos a perder para salvar su propia vida o la vida de quienes les importa? Los caminantes crecen cada día. La comida escasea, las bala...