Capitulo 12: Alexandría: los caídos.
Darya Olsen
Mi estadía en el Santuario se estaba convirtiendo en un dolor de cabeza. ¿Qué me impedía irme cuando lo quisiera? ¿Por qué lo estaba haciendo? Eran las preguntas constantes que me hacía cuando extrañaba a mi hogar, a Ezekiel, Henry y a Ben. Me sucedía constantemente. Extrañarlos. Pero también recordaba la vocecita de Negan diciendo la clase de personas que había afuera, dispuesta a hacer lo que fuera para salvarse. No es que no quisiera ayudarlos ni mucho menos pedí ser la carga de la esperanza, nunca fue lo mio. Pero era aterrador intentar descubrirlo. También sé que hay otra cosa que me mantiene en el Santuario. Ya sea por miedo o por otra cosa. Se lo que está en juego si quisiera irme. No solo mi vida, sino la de los que me importan. Ese es el poder que tiene sobre mí. Eso es lo que realmente tiene de mí. Y probablemente es lo que tiene de todos los demás. El poder de hacer con las personas que nos importa lo que quiera. Contrariamente. Están las cosas que lo hacen un humano igual que el resto. Esa es la parte en la que más puedo encontrarme confusa respecto a él. Puedo verlo lanzar a alguien a una estufa de fuego y al mismo tiempo es el mismo que me venda la mano. Es el mismo al que le doy un beso, es el mismo que tiene esposas. Siempre es el mismo idiota. Si Ezekiel me lo preguntara, con respecto a los sentimientos, podría jurar que no lo se. El hombre que debía darme amor de pequeña, me mantuvo presa en una habitación compacta y me utilizó para sus experimentos. Nunca lo oí decirme las palabras que se supone que deben decirles todos los padres a sus hijos. ¿Qué demonios puedo saber sobre sentimientos? ¿Sueño con que sea diferente? Sí. Lo hago. Pero son solo sueños.
Un nuevo día comienza y me encuentro caminando detrás de él. Lleva su bate sobre su hombro y una bandeja de comida en la mano izquierda. No me ha dicho nada pero nos dirigimos a las celdas donde está Sasha. No conozco su planes pero estoy segura de que no es nada bueno. No, si viene de él. Me quedo atrás mientras abre la puerta. Ella está en el suelo y se sienta cuando Negan llega.
—Bienvenida al primer día del resto de tu vida, Sasha —la saluda Negan y le acerca la bandeja cerca suyo—. Ayudarás a asegurar que las cosas se pongan en orden hoy. Eres lista, sexy como el demonio, totalmente digna y no sufres ni un poco. Nadie quiere verte morir. Yo no quiero verlo. Así que no tienes que hacerlo. Pero alguien sí. Tal vez unos cuantos más. Pero no tú y no la mayoría de la gente. Ayudaremos a resolver la mierda. Come. Es un gran día —levanta la campana mostrando unos trozos de manzana verdes y frutillas cortadas, huevos revueltos y un pancake decorado con arándanos que formaban una carita feliz.
— ¿Qué necesitas de mí?
— Mierda. Directo al punto. Eso me gusta —sonríe—. Hoy iremos a Alexandría para visitar a mí querido Rick. Darle una sorpresa contigo como el buen amigo que soy. Te llevaré en un ataúd.
— ¿Qué?
—No pongas esa cara. Tu estadía será breve así que no te preocupes por eso. Y cuando salgas, ni una palabra. Renunciarán, si no es que ya lo hicieron. Luego Lucille conseguirá a tres personas y continuaremos con un nuevo entendimiento.
Los ojos de Sasha están cristalizados. No lo mira. Una lágrima corre por su mejilla izquierda pero se la limpia.
— ¿Me estás jodiendo? ¿Lloras de verdad?
—Puedo hacerlo, pero nadie tiene que morir.
—Te equivocas —la interrumpe—. El castigo...no sé puede hacer nada sin él. El castigo es como hemos construido todo lo que tenemos.
—Crees que me quedaré aquí y te dejaré...
— ¡Cuidado! —le advirtió. Sus ojos se volvieron oscuros—. No me dejarás hacer nada.
—Nadie tiene que morir.
Él sonríe nuevamente.
—Okey. ¿Qué tal esto? Uno. Solo uno. O sea, iba a cargarme a tres, pero solo uno y solo por ti.
—Bien. Solo uno tiene que morir.
Él se pone de pie y gira a verme.
—Me tienes comiendo de la palma de la mano. ¿Lo sabés? —la mira a ella— Y no es un asunto de hombre a mujer. No. Por qué tengo —me mira de nuevo— a otra mujer en mente pero si tuvieras verga, aún tendría estos sentimientos por ti. Nos vemos en 45 minutos.
— Le estás mintiendo, ¿no? —le digo en cuanto pasa por mí lado—. Harás más que matar a uno de ellos.
— Soy un hombre de palabra. Solo será uno, ¿quisieras hacer los honores?
—No. No voy a matar a nadie.
— ¿Qué hay del pobre Jared? —gira para verme y continúa— Bien que le destrozaste la garganta con tantos tiros.
—Se lo merecía.
—En eso tienes razón. Ahora. Me preguntaba ¿qué harías si disparan a nuestra dirección? ¿Qué estarías dispuesta a hacer para salvar tu lindo trasero?
— ¿Por qué lo preguntas? Creí que dijiste "renunciarán, si no es que ya lo hicieron." No debería preocuparme por mi lindo trasero.
Me detiene a mitad de camino. Ya podía esperar que me mirara con sus ojos fijos y serios o que me amenazara como era su costumbre cuando oía lo que no quería oír.
— ¿Enserio no quieres ser mi esposa? Tengo el puesto de favorita libre. Demonios. Puedo imaginarte con un lindo vestido negro.
—Eres un imbécil.
Continúe caminando hasta doblar en una de las esquinas del pasillo para ver al Dr. Carson. Quería verlo antes de que los camiones salieran camino a Alexandría. Era bueno para oírme y sus consejos me recordaban a los de Ezekiel. Me explicó algunas de las teorías que le surgían sobre el virus y mi inmunidad las cuales no estaban tan alejadas de la verdad, no poder tener el valor para decírselo era indudablemente algo que me hacía sentir culpable. Mirarlo por mucho tiempo a la cara me era complicado. Todos habían perdido a alguien a causa de los caminantes. Incluida yo. Pero también debía sumar a todas las personas que fueron usadas para que la cura sea posible. Mi madre, personas desconocidas que mi padre usó para validar su experimentos, y a él mismo. Solo puedo recordar que fueron muchas vidas, las cuales significaban mucho para sus familiares o amigos. Y ahí, estaba yo, escuchando al Dr. Carson elogiar a mi padre mientras mi mente repetía una y otra vez la imagen de los cuerpos muertos que pasaban por el pasillo donde estaba mi antigua habitación. Sentí un pequeño ardor en mi mano y miré hacia varios puntos inconclusos hasta enfocar a Harlan. No me di cuenta de lo que hacía hasta ese momento cuando cambiaba la gasa de mi mano por una nueva.
—No era necesario, gracias.
—Ni lo digas. Está sanando rapido por que es un corte superficial pero deberias tener mas cuidado. Tu más que nadie debería cuidarse.
—Lo sé.
Nos despedimos y me voy para encontrarme con Negan. Alcanzó a ver a Sasha entrando al ataúd. Lo cierra y ordena que lo carguen en uno de los camiones. Me da su bate para que lo sostenga y camina hacia una de las camionetas de carga. Lo sigo y noto que Dwigth me observa en todo mí trayecto a la camioneta, la cual él va a conducir. Negan sube primero y se sienta al lado de él, toma su bate y me extiende la mano para que suba a su lado.
El motor se enciende y nos ponemos en marcha. Los dos vehículos de adelante van con Salvadores armados incluyendo a Simon y Eugene.
—Toma —me da un arma—. Por si las cosas se ponen complicadas.
La tomo. Es el arma de Ben, con la cual maté a Jared.
— ¿Me das mi propia arma?
—Tómalo como un signo de confianza. Eres una maldita afortunada, cariño.
Dwight le toca el brazo y le señala el camino. Los vehículos de adelante se habían detenido. Árboles caídos obstruyen el camino. Los Salvadores se despliegan para vigilar los alrededores. Bajamos de la camioneta y sigo los pasos de Negan pero me quedo al margen. Observó la escena. Claramente es una distracción para ganar tiempo. Tienen a alguien entre los Salvadores.
— ¿Crees que fueron ellos? —pregunta Simón.
—Me cruzó por la mente —responde Negan. Tenemos un plan "B" —le sonríe mientras lo ve irse.
Simón me mira cuando cruza. Es un hombre intimidante pese a lucir como un anciano con barba. Ser el mano derecha de un líder como lo es Negan antecede su historial. Su propia base, sus propios hombres leales. Da mucho que pensar.
— ¿Qué piensas? —me pregunta.
—Tus hombres terminarán pronto.
Volví a la camioneta y me recosté sobre él frente a esperar. Para cuando despejaron los árboles lo suficiente para seguir el camino, lo hicimos. Eugene abrió camino y se adelantó al resto para convencer a su grupo y no llegar a un desacuerdo con Negan. Lo cual no le funcionó. Rick estaba dispuesto a volarlo junto con el resto de los Salvadores. Y le hubiera funcionado si no hubiera hecho un trato con Jadis. Aún así, Rick tenía agallas, de eso estaba segura. No mucho después del discurso absurdo de Eugene, Negan y el resto llegó a la entrada de Alexandria. El portón se abrió y bajamos de la camioneta mientras los salvadores se dispersaban en todo el frente de Alexandria. Estaban en aprietos y la cara de Rick era un claro ejemplo de eso. La jugada había dado un giro inesperado, la gente de Jadis apuntaba a la de Rick, el intento de bomba era desarmado por Salvadores y Negan estaba en su auge de poder y control. Que no estuvieran involucrados Ezekiel y el Reino en todo el espectáculo me daban la confianza para continuar con mí papel. El miedo de que me recuerden y me vean como una enemiga eran un peso sobre mí espalda. Pero continúe y me pare a un lado de Negan.
— ¿Alguna vez escuchaste del pequeño estúpido llamado Rick que penso que sabía todo pero no sabía nada y que hizo que mataran a todos los que le importan? —lo señala con el dedo—. Es sobre ti. Todos bajarán sus armas ahora.
—Nadie baja nada —dice Rick—. Teníamos un trato —le reprocha a Jadis.
—Tamiel vino por las cosas del barco. Siguió a los que las tomaron — responde ella—. Hizo un mejor trato.
—Me presionas, me presionas y me presionas, Rick. Trataron de volarnos, ¿no? Digo, entiendo que a mí y a mí gente —señala a sus hombres— ¿Pero Eugene? Él es uno de los tuyos. Y después de lo que hizo... Se ofreció. Ustedes —los señala— son animales. El universo les da una señal y ustedes solo —muestra su dedo de en medio— le meten el dedo por el culo. Dwight, Simon, andando.
Ambos suben al camión con el ataúd y lo desenvuelven para ponerlo de pie frente a la comunidad. Rick luce asustado al verlo. Sus ojos transmiten lo que siente. Negan sube al lado del ataúd y se dirige a Rick.
—Así que ya no les cae bien Eugene. Pero les tiene que caer bien Sasha. A mí me cae bien —da unos golpecitos en el ataúd—. La tengo justo aquí empacada para su conveniencia, viva y coleando. La traje porque así no tendría que matarlos a todos, y no matarlos a todos podría ser complicado. Verás, se que quedan un montón de armas ahí dentro, Rick. Entonces voy a hacer esto simple. Quiero todas las armas que han conseguido. Sí, se sobre eso también. Quiero una persona de tu elección...para Lucille. Daryl...—lo mira— Tengo que recuperar a mí Daryl. Y la mesa de billar y todos los palos y la tiza. Y lo quiero ahora — grita— o Sasha muere y luego todos ustedes. Probablemente. Vamos, Rick. Solo por qué la traje en un ataúd no significa que deba quedarse en él.
Rick no responde.
— ¿Sabes qué? Eres un imbécil, Rick. Realmente lo eres. No quiero tener que matarla, pero eso es exactamente lo que me estás obligando a hacer.
—Déjame verla.
Negan sonríe. Está consiguiendo lo que quiere.
—De acuerdo. Solo dame un segundo. Puede que tenga que ponerla al día. No puedes escuchar una mierda dentro de esta cosa. Sash,—golpea—no vas a creer esta mierda.
Sasha se lanza sobre Negan convertida en caminante, ambos caen al suelo. Todo ocurre de manera inesperada. Carl lo ve y comienza a disparar contra la gente de Jadis. Las balas suenan por todos lados y los bandos se rematan uno contra otro, los Salvadores y la gente de Jadis contra Rick y su comunidad. Me paralizó por un momento mientras veía a Sasha intentando comerse a Negan. Me agachó al suelo hasta cubrirme detrás de uno de los camiones. Un salvador ayuda a quitarsela de encima pero Sasha lo muerde en la cara. Negan aprovecha que ve a Simón y lo toma del brazo para esconderse donde estaba yo. Nos miramos.
— ¡Plan "B" será!
No entiendo a qué se refieren y me quedo estática. Estoy un poco aturdida y de alguna manera lo transmito al ver nuevamente a Negan. Su mano se agarra a la mía y camina sin dejar de sujetarme. Entramos dentro de Alexandria con el resto de sus hombres y nos dirigimos al fondo de la comunidad. La cual está en su mayoría, a la merced de Negan y sus hombres. Tienen a Carl de rodillas sobre el pasto y Jadis se une con Rick como su prisionero. Está herido pero es superficial.
—Hola de nuevo —saluda Negan y toma su bate de mis manos.
Rick es puesto de rodillas al igual que Carl.
—Bueno, mierda, Rick. ¿Simplemente no podías quedarte con nosotros? ¿Tenías que ir con esta gente inmunda de la basura? —Jadis lo mira— Sin ofender.
—El trato es por doce —dice Jadis.
—Diez. Las personas son un recurso.
—Doce.
Ambos se miran seriamente. La mujer es intimidada por los encantadores ojos de Negan y pierde.
—Diez— sede Jadis.
—Rick —suspira Negan— esto se va a poner triste. Te romperá. Vas a desear estar muerto —no deja de mirarlo—. Pero tal vez creo que el tipo que hizo lo que hizo a tus amigos no fui yo, cómo si hubiera sido una especie de truco, cómo si no fuera yo el tipo del bate...que solo soy el tipo que le prepara espagueti a tu hijo. Oh, mierda. Tal vez todo esto es por mí. Tengo que hacerlo bien. Creo que tengo que empezar todo de nuevo. Tengo que decirte, Rick, si tuviera un hijo, me gustaría que fuera como el tuyo, lo cual me lo hace mucho más difícil.
—No vas a ganar —habla Carl.
—Se acabó. ¿Por qué no diriges el único ojo que tienes a la calle y lo ves todo?
Hay cuerpos en la calle principal y los que quedan están puestos de rodillas mientras Salvadores les apuntan. Una mujer cae a lo lejos de uno de los balcones de una casa. Se oye el grito. Eso parece afectar a Rick y Negan lo nota y se agacha para verlo.
—Acabas de perder a alguien importante para ti...ahora mismo. Cielos. Qué sincronización.
Rick lo mira fijamente. De manera furtiva.
—Bueno, Rick... tú escogiste esto. Realmente no sé qué más podría haber hecho para advertirte. Y esto no es una advertencia. Esto es un castigo. Voy a matar a Carl ahora. Voy a hacerlo bien, con un duro golpe, voy a intentar hacerlo de un solo golpe porque me agrada. Lo voy a matar y después Lucille, te va a quitar las manos.
—Puedes hacerlo justo delante de mí—dice Rick—. Puedes quitarme las manos. Ya te lo dije... Voy a matarte. A todos ustedes. Tal vez no hoy, tal vez no mañana...pero nada cambiará eso...—se lo escupe en la cara— nada. Todos ustedes ya están muertos.
Negan no responde. Se muestra serio pero gradualmente amplía una sonrisa graciosa. Comienza a reírse. De alguna manera las palabras de Rick le resultan graciosas.
—Maldición. Wow. Rick. Está bien — se levanta rápido. Quita el sombrero de sheriff de la cabeza de Carl y se prepara para golpearlo.
En simultáneo, algo salta en el aire y cae sobre uno de los salvadores. Miramos exaltados y la reconozco, es Shiva. Miro de dónde salió y veo a Ezekiel. Mi corazón late tan rápido como le es posible. Me vé. Intento avanzar por inercia para alcanzarlo y esperar a que me rodee con sus brazos pero soy detenida. Es Negan. Me tironea para bajarme al suelo por los disparos pero intentó soltarme. Las balas eran la menor de mis preocupaciones. Los labios de Ezekiel gesticulan mí nombre, lo leo a la distancia... Oigo un zumbido. Su mirada cambia, se vuelve serio. Mi cuerpo se siente ligero, casi no siento mis piernas. Retrocedo hacia atrás y algo me sostiene pero me resulta confuso darme vuelta con rapidez. Ezekiel camina en mi dirección pero se vuelve más lejano como si no pudiera avanzar. Siento una punzada en la zona baja de mi abdomen, casi como un ardor persistente que no desaparece.
—Tranquila, no te muevas —sigo la voz y reconozco a Negan. Hay sangre sobre él y lo se porque resalta sobre su remera blanca. Pienso que es suya e intentó tocarlo para ver de donde provenía pero mis ojos me muestran una visión borrosa. No puedo mantenerme despierta. Lo intento pero es involuntario. Me siento sin control absoluto de mi propio cuerpo y me desvanezco.
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The Walkers And The Cure(TWD)
Fanfiction¿De qué son capaces los humanos para sobrevivir? ¿Qué están dispuestos a hacer a cambio de vivir? ¿Qué están dispuestos a perder para salvar su propia vida o la vida de quienes les importa? Los caminantes crecen cada día. La comida escasea, las bala...