Charla de víboras

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┍─━─┙𝙏𝙤𝙡𝙠𝙞𝙚𝙣 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠┕─━─┑
♟️🪡 ¡ᵗʰᵉ ᵍʳᵉᵃᵗ ᵛᵒᵒᵈᵒᵒ ʷⁱᵗᶜʰᵉʳ! 🪡♟️

A las afueras del pueblo de South Park, en medio de la oscuridad de la noche, se podía distinguir la silueta de un hombre alto, de tez oscura y cuerpo bien definido, vestido con traje casi en su totalidad, llevaba el saco sobre los hombros y las mangas recogidas, sus manos estaban cubiertas por finos guantes de cuero negro, en su cabeza llevaba un elegante sombrero, sin embargo, lo que más lo vestía era su carisma, pues una resplandeciente sonrisa adornaba su rostro, estaba esperando que sus "amigas" llegaran a saludar. Cinco sombras aparecieron de entre los árboles, apresuradas, muy energéticas, hablando y susurrando sin parar, al verlas llegar las recibió con alegría y sus ojos oscuros se tornaron en rojo vivo.

–¿Ah si?... No me digan... ¿En serio?. -

Su sonrisa incrementó de tamaño, tenía un par de buenas noticias para Estella a ver si así borraba la amargura que tanto la caracterizaba, claro, por fuera de que había otro ángel entrometido, esta vez una fémina.

– Gracias queridas, sigan atentas a todo y me informan cuando vengan en camino acá.-

Les hizo la seña de que se fuera mientras se dio vuelta para desaparecer entre la oscuridad, apareciendo en donde estaba la cabaña del sexto elegido, el chico al que le otorgo sombras para custodiarlo y evitar precisamente que se les escapara, ese rubio era realmente escurridizo, se lo reconocía, más si no fuera por esa rata alada no hubiera tenido tanta suerte. Entró al lugar, era bastante grande, suficiente para que ellos dos y los dos que faltaban se quedarán con comodidad.

– Un buen trabajo como siempre Estella, ¿qué opinas? Los idiotas vienen hacia acá como se supone que lo harían, y no vienen solos, traen a Kennet, además si son lo suficientemente estúpidos, puede que hasta atraigan a Phillip.-

Se tomó la libertad de agarrar un habano y encenderlo de un chasquido, para darle una buena inhalada, dejando salir el humo por todas partes, era una sensación que no cambiaría por nada.

–Preguntaría porque Herbert y el príncipe tardan tanto, pero a lo mejor se están divirtiendo y no quiero formar parte de eso ahora.-

Dejó su saco en el mueble para luego sentarse, de todas maneras tampoco es que extrañara al pelirrojo, no hacía más que comportarse como una puta cerca de Damian, ser extremadamente arrogante e irritante. Sí, quizás, él también era arrogante, pero al menos lo bueno que tenía era capturar la atención del príncipe, así este no los molestaba de más a Estella y él cuando andaba de buen humor, aunque ninguno se salvaba.

Estaba tan concentrada en hacer hechizos que no se dio cuenta de la llegada del negro hasta que lo escuchó hablar.

Sentada en el suelo, con las manos juntas formando una esfera de energía con su aura de colores similares a los del portal, se veía tan elegante como siempre.

–Cállate, no necesito que me adules. De todas formas no me sorprende lo idiotas que pueden llegar a ser, después de todo están del lado puro y blanco. Y en cuanto al príncipe y Pocket...ni idea, ojalá terminen lo que estén haciendo y se queden sin ganas. Me tienen hasta la verga esas salchichas flácidas y cachondas.-

–Relájate princesa, si no estuvieras muerta te saldrían arrugas. Lo que pides es imposible, la lujuria es un pecado y bueno, tú sabes. Aunque no hay mucho de que preocuparse, en cuanto lleguen los nuevos juguetes nos dejará en paz un rato, sabes cuanto le obsesionan los fugados.-

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