No hay nada más destructivo que una mujer dolida

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Rió con soberbia confirmando lo dicho por la chica, amaba llamar la atención y que lo adularan, era una parte de él que había estado ahí desde que fue engendrado en las entrañas del infierno, había nacido para eso.

– Anotado. -

La miraba trabajar intentando no burlarse por lo mucho que temblaba, era bastante rápida con lo que hacía, no tuvo que esperar mucho antes de que le mostrara resultados de la investigación, veía la pantalla apreciando los mugrosos rostros de quienes impedían que estuviera con sus amados y que cumpliera con el destino que había trazado para la humanidad, parecían tan patéticos como cualquier humano, no olvidaría sus caras, en cuanto los tuviera a su merced los quemaría vivos como a las brujas en salem.

– No le hagas mucho caso, mis esposos han estado agotados estos días, seguro solo se están recuperando. -

Con un par de movimientos en sus manos hizo aparecer una botella de vino champanizado  junto a una copa que se encargó de rellenar, volviendo a su posición esta vez con la copa en la mano muy tranquilamente.

– Mmm, suena bien, de hecho por lo que sé, antes de que ellos se fueran de su hogar natal sus padres habían tratado de internarlos por la fuerza e incluso llamaron a las autoridades, con el expediente médico de ambos y sus padres de nuestro lado podríamos convencer a todos de que dos hombres usaron la religión para manipular las mentes débiles de dos jovencitos y así separarlos de su familia. -

Tomó un largo trago del líquido efervescente estructurando el contexto a su favor.

– Investiga más a Stan y Kyle, si son de South Park deben tener algún tipo de antecedente, ese pueblo solo tiene escoria. -

Mencionó con toda seguridad, incluso desde antes que Estella lanzará la maldición sobre aquel pueblo era un sitio caótico y bizarro, algún problema debían tener en su comportamiento que los dejara mal parados en el caso que estructuraria Leslie, y con lo sensacionalistas que eran los medios con los casos de secuestro y desaparición sería cuestión de tiempo en que todos se enteraran, esos pequeños rubios no tendrían escapatoria.

– Te traeré un número mañana. ¿Sabes? Estaba pensando en que tienes potencial para ser más que un manojo de nervios sudoroso y chillón, solo tienes que demostrarlo... A todos los humanos les llega su momento para probar de que lado están. -

Jugueteo con la copa un poco, pasando su dedo índice por el borde de forma circular mientras veía el líquido menearse levemente, para luego posar su mirada roja nuevamente sobre los ojos ajenos.

– Pasa la prueba y no tendrás que preocuparte por nada más en tu existencia. -

Se acabó el contenido de la copa dejándola sobre el escritorio junto con la botella y se levantó de su sitio estirándose la ropa dándole la espalda a la pelinegra, el ambiente se hizo un poco más pesado y las luces comenzaron a fallar en la habitación nuevamente.

Hasta mañana Leslie. -

Y tras esa simple frase desapareció igual de repentinamente a como apareció en aquel lugar.

Prueba... Una puta prueba.

¿Por qué le gustaba jugar tanto con ella? ¿A caso será así cuando muera también? Ya vivía un infierno en la tierra, ¿Qué cambiaría estando en el mismo infierno?... Al menos no era parte del grupo de mortales que intentan enfrentar a su un jefe, algo de lo que puede sentirse tranquila.

Tal vez... Podría ganar favores de parte de Damian entre mas logros y utilidad gane, todo será mejor.

Tiene que intentarlo, es su única opción.

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