Por favor perdóname cariño

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Pudo ser un buen día, pero lo impredecible que resultaban las reacciones de Kenneth, lo insoportable que podía ser Pocket, y la estúpida mirada de su esposo esperando que pasase algo, hacían que esa posibilidad quede en una pobre fantasía que pronto abandonaría.

Los odiaba a todos.

Con un movimiento de dedos enrolló con una cortina de terciopelo oscuro a Kenny dejándolo inmóvil como un gato escapando del veterinario, dándole el trabajo de moverlo a Tolkien. Ella se iba a encarcar de apaciguarlo y prepararlo para que se viera decente, solo debía seguir órdenes, no debía pensar más allá. La sola iniciativa de ir en contra de los deseos de su marido tendría consecuencias para todos y nadie estaba dispuesto a sacrificarse hoy.

Mientras caminaban por los pasillos solo podía pensar en el vago recuerdo del día anterior, hasta parecía un mal chiste o un dejá Vu.

Tomo entre sus manos las bolsas de ropa y caminó rápidamente a su cuarto. Tirando la ropa en la cama y mirando a los muchachos detrás de sí.

Nunca lo había visto tan claro como ese día, las alas de ángel en la pared fue lo más retorcido que vió que haya hecho Damian contra uno de sus amores.

Podía tomarlo como un acto de disciplina, ya que era nuevo y tal vez "necesitó" demostrarle quien mandaba. ¿Pero con Tolkien?...¿Con ella? Qué quedaría de ellos si seguían actuando con tanta indiferencia.

Odiaba tener contacto con Damian, olvidó el tiempo que llevaba de haber empezado a consumir sustancias para que la abstinencia de los labios de su infernal esposo no la golpearan tan fuerte.

Así le enseñó a Tolkien, lo invitaba a fumar cosas fuertes para que no notase el paso de tiempo y no sintiera la necesidad carnal. Había sido excesivamente humillante vivir esa sensación, supuso que a Ken le había pegado muy fuerte o entró en una especie de modo Berserk.

Dejó a Tolkien sentado en su cama mientras ella se encargaba del rubio en el cuarto de baño. Dejó que gruñera un rato para que ella pudiera hablar y actuar sin que el otro lanzara alguna mordida o rasguño. Después de algunos minutos de berrinches y rabietas violenta, no sabía que hacer realmente.

¿Cómo debía actuar con un niño tan...salvaje? Solo podía mirar con impotencia a Kenny, todos habían sufrido abusos de niños, ¿pero Ken? Siempre fue tratado como un animal, era normal que actuara tan a la defensiva e incivilizado.

Hizo un amague para abrazarlo o acariciarlo, pero solo quedo con la mano extendida. Cambiando de rumbo su primera intención.

–Kenneth, por favor quítate la ropa y entra a la bañera. Será mejor para todos que hagamos caso. -

Que clase de mensaje era ese, claramente uno que tenía en ma mente hace mucho tiempo, pero siempre lo ignoraba.

Realmente no iba en contra de los deseos de Damian, solo lo evitaba la mayor cantidad de tiempo posible. Pero más allá trato de no tener problemas; superando expectativas, vistiendose linda para él, actuando femenina, ayudando con puntos de vista y mejorar las estrategias o planes de Damian.

¿Lo único que importaba era comportarse como una perra?

Suspiró cansada y se agachó a la altura del niño, cómo podía decirle que su vida había acabado en el momento en el que entró al bosque, simplemente era cruel, no había otra palabra para describirlo. 

–Prometo que no te voy a hacer nada que tú no quieras. -

Ablandó sus facciones, y se vió más calida para que el chico entrase en confianza. Era algo difícil, pero parecía que funcionaba.

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