Morir no es aterrador

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Salió de su cuarto, con un vestido largo y de color vino con un esponjoso abrigo de animales albinos. Había ultrajado muchas tumbas de personas ricas que no merecían prendas tan hermosas, hechas a base del sufrimiento de animalitos inocentes.

Ella le daría un mejor uso

Se pone un gorro de lana de conejo y espera a que Tolkien la busque, o ella iría para que ambos se vayan de la casa.

Aunque necesitase desesperadamente volver a dormir, no queria quedarse y escuchar el sufrimiento de la pobre alma que habían condenado.

Ni siquiera tenían el derecho de sentirse así, ellos mismos sabían que lo volverían a hacer pasa salvarse el culo.

Se lo recomendaría, en algún momento podrá ofrecerle algo de valor para igualar el favor que les está haciendo por aguantar esto en ese momento.

Después de unos minutos escucha los pasos de su compañero y lo roma del brazo, enganchándose y acostándose en su cuerpo. Estaba tan cansada que lo obligaría a que la arrastre por el bosque. Tampoco importaba mucho, no era tanto trabajo extra.

Ambos salieron de la casa silenciosamente, caminando lo suficientemente lejos como para no ver la casa ni aunque la buscasen con la vista.

Se sientan en las ramas mas altas de unos árboles gruesos. Miraban la luna mientras encendían sus cigarros. Sería una larga noche de suspiros y charlas silenciosas.

Ninguno hablaba realmente, no hacía falta porque ya sabían lo que pensaba el otro. Simplemente la chica apoya su cabeza en el hombro del otro. Dejando escapar el humo de su boca.

–Sus alas son muy suaves, es muy sensible allí. -

Fruncido los labios, temía por ese hermoso par de alas, nunca se habían enfrentado a alguien como Kenny. Suponían que iba a ser un reto.

...
                                             
Salió rápidamente de casa tras Estella sin decir ni pio a Pocket, simplemente se llevó sus cigarros y su encendedor, para después de un largo camino sentarse a fumar en la copa de un árbol, estaban del lado contrario del bosque a donde los aliados de Kenny hicieron un caos y murieron, sintió a la rubia aferrarse a sí mismo, acomodandose para quedarse dormida en cualquier momento y no le extrañaba para nada, uso cantidades absurdas de energía en poco tiempo y ni siquiera durmió bien.

– ¿En la base?, es normal creo, si las personas normales son sensibles en la espalda no imagino como será para un ángel.-

Le dio un largo toque a su Habano, tratando de dejar de pensar en las potenciales atrocidades o batalla que podrían estar teniendo, se guardó el humo unos segundos para luego soltarlo muy lentamente, por más que no quisiera pensar en ello le seguía invadiendo la mente.

– Que muerte de mierda.-

Sentenció pensando en sí mismo, en el contrato, en el harem y todas las consecuencias de sus actos, la vida después de la muerte le sonreía, pero era una estúpida sonrisa macabra, pero al menos tenía a Estella como compañera y como había llegado después ignoraba como le fue al llegar.

...

–...Tu que crees que suceda, cuando nos juntemos todos. -

No podía fumar, tenía un nudo en la garganta. Frota su mano contra el brazo del otro, lo sentía frio.

Le parecía una locura la forma en la que se habían vuelo...¿Amigos? Tolkien fue lo único bueno que le sucedió en el infierno, el único que comprendía a parte de ella, que estaban rodeados de enfermos.

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