Profesor para brujos inexpertos

27 3 2
                                    


No pudo dormir en las pocas horas que tenía de la noche.

Decidió simplemente trasnochar teniendo visiones buscando respuestas del futuro.

Pero solo se vió en otras vidas, vidas que siempre las dedicó a luchar contra la fuerzas oscuras.

Dios le debía un favor.

Siempre habían sido cuatro, un grupo de figuras difusas pero reconocibles. Aunque en ese momento no comprendía de quiénes se trataban.

Fueron rápidas y borrosas, los recuerdos fugaces de lo que alguna vez fue.

Ahora estaba él en el bosque, un tipo anormal le hablaba del hombreosocerdo.

Ese tipo otra vez no. Ni siquiera recordaba su nombre, estaba seguro que ese político que hablaba extraño tenía el nombre de uno de los personajes de Winnie Pooh...¿Piglet?

Rodó los ojos con desgano y esperó hasta que terminase su eterno monólogo de reprimenda, de por haber esperado tanto ya era demasiado tarde, y no había manera de parar a ese monstruo. La leyenda contaba que Satanás murió en sus garras.

Disociando tomó por instinto la cruz colgada de su pecho, aquella era una reliquia con la que debía tener cuidado, porque si se rompía, los resultados iban a ser irreparables.

Por eso tomó el oficio de cura, de Padre de iglesia. Porque debía proteger a todos de sí mismo.

Ese monstruo vivía, en algun plano del universo, la cuarta o quinta dimensión, una a la que nunca pudo acceder ya que no tenía permitido pasar, pero sabía que ese ser destructivo estaba pendiente para el día en el que la reliquia se rompa para tomar su cuerpo y fusionarse con su alma.

Stan era un mortal, pero uno que podía soportar ser el contenedor de satán, un humano con capacidades únicas que servirían para luchar contra todo mal que acechara al mundo, podría soportar lo que sea, hasta el hombreosocerdo.

Vaya poder de mierda, él no quería ser un super héroe. Estaba seguro que nunca sería reconocido como tal, y su sacrificio no iba a ser valorado como lo merecía. Pero no reprochaba eso, lo habia asumido y aceptado relativamente bien, a los buenos no siempre les va de maravilla.

Aquella criatura que mataba por placer y por hambre, quería un cuerpo y alma mortal, su cuerpo. Obtendría un disfraz y una conciencia, lo harían un ser mucho mas poderoso que los llamados omnipotentes.

Si bien, Stan era el único humano capaz de esa "responsabilidad", el acuerdo lo estaba torturando permanentemente, como una llamada de atención para que no olvidara nunca, su único propósito.

De la nada abandonó abruptamente la última visión y vió al gordo, su gran amigo gordo. Ese hombre chillon y quejoso que no soportaba o veía hace mucho.

"–Marchal, escúchame marica de mierda, tu y el judío corren peligro, el niño que te coges también. -"

–Qué haces en mi visión gordo de mierda, años juntos y aún no te sabes nuestros nombres, te dije que no quería volver a hablar con vos, estúpido pretencioso. -

"–Estoy muerto imbécil, tengo información del más alla, te dije que si existía un plano fantasmal. -"

–Ese invento comercial de Hollywood, que carajo haces allá, ¿te contrataron como algún zombie gigante? Espera...¿estás muerto? El colesterol si pudo con vos -

"–Vas a morirte idiota, el portal se va a abrir. Y tú con los involucrados van a caer como cucarachas. - "

–...Debe haber alguna manera de evitarlo. -

•|Paranormal Park|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora