Batalla de las bandas Kenny vs Tolkien

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Kenny volaba sobre la casa. Parecía un buitre esperando a atacar algún cadáver, tenía su arma de luz preparada. Como todas las virtudes, tenía un arco y flecha.

El primer flechazo lo dió Wendy, y dió certero como siempre. Pero algo andaba mal, las sombras seguían activas. ¿No tendrían que dispersarse si su amo dejaba el campo?

Suponía que ese sujeto no era el original, por ende siguió esperando hasta que se presentará algo.

La venida de Estella fue algo impactante, no pudo hacer nada a pesar de ser más rápido, lo había tomado de sorpresa que saliera sin protección así sin más.

Deja de volar, y empieza a caer por la gravedad. En medio de la caída empieza a volar con la mira al suelo, yendo aún más rápido al duro piso de tierra.

Con un estallido, Kenny se posa de manera cool en el suelo, había hecho un agujero y desparramado la nieve a su alrededor.

-¡Salgan adoradores del pene! -

Levanta ambos brazos como si fuera un niño y los deja caer a sus costados. Con sus alas las mueve en el aire, había levantado demasiada tierra.

Estornudo varias veces para ver en el interior de la casa las ventanas, estaba atento para cualquier movimiento.

...

Sus ojos oscuros se abrieron de par en par en cuanto Estella pasó por su lado maldiciendo, tragó grueso, si era mala idea molestar a aquella rubia cuando acababa de despertar, no imaginaba que males les acechaban a los traidores y a ellos mismos por haber interrumpido su sueño. Prefirió no replicarle y, como ella se encargó de derribar a la virtud pelinegra, cambió su objetivo, ahora a quién tenía en la mira era a aquel ángel tan codiciado por Damian, una de las piezas faltantes, que hizo una entrada dramática al campo de batalla junto con una frase infantil, rodó los ojos, sus opciones eran limitadas más no iba a acobardarse ahora, las sombras serían inútiles ante un ángel que estaba literalmente echo de luz, dejaría que ellas apoyaran a Pocket con los demonios junto a sus sabuesos, se las arreglaría con lo que tenía y vería que tanto duraba esa estúpida confianza arrogante que tenía aquel emplumado rubio.

Hizo aparecer su arma, un Hacha Zulu y en todas sus copias también se presentó, las virtudes eran jodidamente rápidas, simplemente debía aturdirlo con sus trucos lo suficientemente como para sacarle algo de sangre y hacer algo un poco más significativo, pero afortunadamente Estella hizo ese hechizo drenador al esconder el lugar y funcionaba bien, ser un ángel en esas condiciones era contraproducente, que ellos tuvieran una energía casi ilimitada solo les permitía tomar más y más. Lo primero que salió de la cabaña en prácticamente ruinas fue un hacha volando en dirección a la cara de su contrincante, permitiendo que todas sus copias y él mismo salieran en desorden gracias a la distracción para eventualmente "rodearlo", se movían rápida y desordenadamente por el perímetro del ángel pecoso, como humo de cigarro grueso desvaneciéndose a la más mínima muestra de ataque.

- Kennet Mckormick, huérfano desgraciado, fuiste vendido como un mero objeto al igual que tus hermanos.-

- Kevin.-

-Karen.-

Narraba todo lo que sabía de él, pudo enterarse de muchas cosas gracias a sus amigas más antiguas, sabía prácticamente todo de quiénes Damian escogió, continuando con cada variante distinta de él, formando una espesa niebla al rededor de Kenny, pasaba de un lado a otro rápidamente meneando su hacha en dirección al gran idiota dorado.

- Quién te compró te usó como un objeto para un ritual.-

- Siempre serás nada más que un objeto para todos.-

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