𝗱𝗼𝘀 - 𝖯𝗋𝗎𝖾𝖻𝖺 𝖽𝖾 𝖿𝖺𝖼𝖼𝗂𝗈𝗇𝖾𝗌

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Frunzo el entrecejo y miro a mi alrededor, después de pestañear varias veces comienzo a ver mejor la habitación, entra mucha luz debido a los ventanales del edificio. me siento en la cama y veo las sábanas blancas, las almohadas negras y todo blanco y negro a mi alrededor— que darks —digo riendo por lo bajo, al levantarme y tocar el frío suelo descalza, la puerta se abre y me giro rápidamente tapando mis piernas, sólo llevaba una camiseta grande encima.

—Hay por favor Grace, te he visto desde niña, yo te bañaba antes, así que deja eso, hoy es la prueba, debes vestirte e irte —dice mi madre al sujetar el pomo de la puerta, me observaba un instante y después sonríe, no me di cuenta, pero sus ojos cafés brillaban de emoción—, puedo ver que anoche no dormiste bien, tranquila, harás la prueba y todo irá bien, venga dúchate y vístete —dice antes de cerrar la puerta, voy al baño y me veo en el espejo, hace años me acostumbré a esta apariencia; ojos profundos y cafés, cabello lacio y castaño oscuro, con dieciséis siento que tengo una buena estatura y físico, renací o algo así en este lugar, mejor conocido como: el mundo de Divergente.

Es una serie de películas y libros, la verdad muy buena, pero lamentablemente cuando entré aquí era bebé, recién nacida, así que tuve que esperar años para poder escribir notas respecto a los sucesos de la trama original, algunos los recuerdo vívidamente, otros los olvidé y otros ya ni sé si son reales o de mi imaginación. Me apresuró en ducharme y vestirme, cuando veo la ropa que hay en los cajones hago una mueca de desagrado, la mayoría son vestidos comprados por mi madre.

Qué horror.

Elijo uno de los pocos pantalones negros que tengo y una camisa blanca, me pongo unas zapatillas blancas y salgo de la habitación.




Mi cabello está suelto y se mueve con el viento, es como el café, me lo recuerda, porque cuando la luz le llega, se ve con reflejos anaranjados, me gusta, es algo heredado de mi madre. Al principio no sabía en qué ciudad estábamos hasta que a distancia vi la Noria de Chicago, toda la ciudad parece como destruida, el mar se secó y solo quedaron lagos y ríos, la vegetación creció, los edificios se veían oxidados y abandonados, por ello no podía reconocer mi entorno.

—Grace ¿qué estás haciendo? —un brazo me rodea los hombros, me giro para verle el rostro y me doy cuenta de que es un chico de cabello castaño y ojos avellana; Peter.

—Voy a la prueba —digo. Me críe con Peter, es un chico malicioso y algo mentiroso, a veces solo sigue su conveniencia, pero lo he aprendido a querer, a ver como un hermano que mamá recoge del basurero y lo adopta.

—Bien, vamos, es por aquí —dice al soltarme y caminar junto a otros chicos vestidos de la misma manera que yo; blanco y negro. A medida que caminamos llegamos a unas largas filas y hay al menos cuatro, cada una es de personas vestidas de diferentes colores, la primera es de colores cálidos; rojo, amarillo, naranja, la segunda de los blanco y negro, la junta a esta es de grises (que tristes se ven) y después de un espacio vacío hay personas vestidas de celeste.

Puedo distinguir las facciones por mis recuerdos que me he forzado a guardar como un tesoro valioso. Se supone que este mundo está por acabar de una forma no muy buena, pero sólo recuerdo eso, los detalles se perdieron en mi memoria a medida que absorbía la información de este mundo.

—Ah, entonces —dice Peter— ¿Toda la comida que no nos dan, ustedes se la dan a los abandonados, no es así? —su tono de voz es acusador, me acercó más para ver con quién está hablando, entonces distingo al abnegado vestido de gris se ve muy pequeñito en comparación a Peter—. Mentiroso ¿Por qué me mientes? —el chico de gris se ve asustado, y los otros agachan sus cabezas con miedo—, todos saben que ustedes se la quedan ¿Por qué no lo admiten? ¿Eh?

—Oye —digo casi en un murmullo, mi voz no sale completamente.

—Te estoy hablando ¿los estirados son sordos o qué? —Esta vez Peter alza un poco su mano empujando al chico gris, mi corazón se acelera y mi cuerpo parece calentarse, me estoy enojando, no conozco al abnegado ni sé el contexto entero, pero ver esto es estresante y quiero golpearlos a todos.

—Oye —digo más fuerte, Peter se gira para verme, pero entonces escucho un ruido fuerte que nos distrae, me giro y veo un tren acercarse, hay personas dentro, frunzo el ceño y me muevo un poco entre las personas, necesito ver esto desde un ángulo mejor.

Gritos de alegría se oyen, chicos y chicas saltan del tren en movimiento al césped y después de dar unas vueltas en el suelo se levantan y corren en dirección al espacio vacío, a la fila que faltaba, todos vestidos de negro y solo se les veía un rojo sangre en sus ropas.

Osados. 

𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄 ━━ 𝖣𝗂𝗏𝖾𝗋𝗀𝖾𝗇𝗍𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora