Me consigo muy raros nuevos amigos

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Narradora.

después de evitar que Jade le diera un golpe a Jake con otro pan, siguió la lectura Harry.

El viaje a Hogwarts es si no es complicado. El mundo mágico está ocultado de los ojos de los muggles, por si no sabes qué son....bueno, tienes suerte de no conocer nada de esto, y tener una vida normal. Básicamente eso son los muggles,los que no pueden hacer.
Así que, conociendo esto, es de suponer que el camino a Hogwarts estará  protegido y ocultos de los muggles tontos y despistados  que pueden terminar ahí por accidente. Solo se debía tomar un tren en King's Cross, en la plataforma nueve y tres cuartos a la que se accedía por una barrera protectora en la pared divisora de las plataformas nueve y diez.

Sí, genial, ¿no?.

Bueno, el problema es viajar cuando son seis hermanos, un niño recogido de la casa de unos muggles, y dos padres que al final terminan discutiendo sobre que elegir, si el método "legal"o el rápido. Y no me refiero a nada extraño, son los hechizos que papá le realizó al auto, entre los cuales se tocaba volar y volverse invisible al auto y a quién estuviera dentro de él para evitar miradas curiosas que pudieran ocasionar un desastre.

-- ¿Ese es el auto que manejaron tu y el idiota de Ron?-- preguntan Jade y Jake a Harry que asiente sonriendo ante la sincronía de ambos, Jade al darse cuenta se sonrojo levemente, lo cual vieron Cassidy y Annabeth que se burlan con la mirada.

Regla número uno de un mago: Nunca dejes que los Muggels descubran que eres un mago. Eran unos idiotas la mayor parte del tiempo, solo veían en lo que querían ver, a lo demás le intentaban poner algún sentido tal vez con una entidad superior de su religión. Quién sabe. de todos modos, nosotros también teníamos nuestros modos y siempre podíamos borrar los recuerdos de las personas en caso de que nuestro secreto fuera descubierto por error.

El caso aquí es, y la verdad no me sorprendió, que llevamos tarde a la estación de trenes. Yo aún andaba con una bata sobre mi pijama, buscando mis libros y arrojándolos despreocupadamente al baúl. Estaba segura de que no los podría leer y que me iba a ir tan mal mis exámenes que me acabarían expulsando y rompiendo mi varita. Suspiré frustrada mientras cerraba con fuerza mi baúl. Ya me había distraído nuevamente entre mis pensamientos. Eso me pasaba muy seguido.

La puerta de mi pequeña habitación se abrió con un estrépito y Ginny entró dando fuertes pisadas--¿Dónde tienes mi libro de transformaciones?.

Me encogió de hombros. Ni podía distinguir entre el libro de transformaciones y encantamientos, y apenas podía saber cuál era el de pociones porque tenía un pequeño caldero en la portada.

Ginny me ignoró,entró a mi habitación y saco de vaya a saber  Merlín dónde, un libro de cubierta negra junto a un libro de texto que me era imposible leer el nombre--. Claro que lo tenías.

--¿Yo que iba a saber Ginevra?-- gruñi  hacia ella. Era mi hermana y todo pero era malditamente irritable el que se creyera la princesa de los Weasley, aunque bueno eso prácticamente era.

--Si cómo no.-- Puso los ojos en blanco y salió indignada de mi cuarto, ella ya estaba medio vestida.

Tomé mi ropa y corrí a darme un muy rápido baño, eso también era difícil con Cinco hermanos qué se pelean a diario por quién va primero y, aunque no vayan a bañarse en ese momento, cuatro de ellos siempre lo hacen para molestarte. Para mi suerte ni Bill ni Charlie estaban en casa. Ambos trabajaban lejos, uno rompiendo maldiciones para Gringotts, y el otro entrenando dragones. Odio los dragones también, !esas cosas son enormes!, y encima vuelan y escupen fuego. Gracias pero prefiero mantenerlos lejos de mí.

LEYENDO Cassidy Weasley y Los Elegidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora