¡Les dije que volar es peligroso!

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Jade estaba afuera del comedor buscando a alguien con la mirada, siente un pequeño golpe atrás de su nuca, cuando da la vuelta ve a su mamá que le da una sonrisa.

Jade: ¡Mamá! -Exclama con una sonrisa de oreja a oreja para luego abrazarla- vi tu carta, ¿van a venir ellos?

Su mamá asiente, no es de muchas palabras pero era buena expresándose con solo la mirada.

Jade: en ese caso que se vallan preparando por que muy seguro de aquí saldrán directamente a la enfermería de tantos paros cardíacos que les va a provocar Cass -Rie antes de mirar a las puertas del comedor- debo volver a seguir con la lectura ¿vienes ma?

La Mujer asiente por lo que madre e hija caminan de regreso al comedor, al momento de entrar varios las miran más a la mayor, ella solo mira al frente con una mirada segura para luego sentarse al lado de Cassidy pero a una buena distancia.

En cambio Jade mira mal a los que vieron a su madre, sabía que su mamá es una mujer guapa la cual muy seguro en su juventud tuvo miles de pretendientes pero ahora no quería a nadie con su madre.

Se sienta para que empiece la lectura.

Las semanas siguientes giraron en un torbellino en torno a las mismas preguntas: ¿Existía una cámara de los secretos? ¿Quién era el heredero de Slytherin? ¿Quién sería la siguiente persona en quedar como estatua de jardín?

Esas y muchas otras preguntas fueron el centro de atención. Bueno, eso y Harry Potter. Todos señalaban a Harry como el heredero que abrió la cámara de los secretos, porque ¡vamos! Harry Potter con solo un año derrotó al mago más tenebroso de los últimos tiempos; el año pasado peleó y venció a un troll en los baños luego de llevar menos de dos meses sabiendo que era un mago; poco después de eso superó unas cuantas pruebas para llegar a detener a el-que-no-debe-ser-nombrado para que no tomara la piedra filosofal para él. Sí, Harry Potter siempre estaba metido en grandes problemas, así que no sería ninguna sorpresa que también estuviera metido en este nuevo problema.

Mis hermanos gemelos tampoco ayudaban, iban abriendo los pasillos frente a Harry gritando a todo el cuerpo estudiantil que se apartaran porque él iba a pasar y que, si no lo hacían Harry los convertiría en piedra. Ni que el chico Gryffindor fuese ese personaje del cuento mitológico muggle que Percy una vez encontró entre las cosas de papá y me leyó. Creo que se llamaba Medusa, había sido maldecida o algo así por una diosa griega y ahora llevaba serpientes en el cabello y cada vez que alguien la veía a los ojos se volvía una estatua de piedra.

Para nuestra suerte yo varias veces detuve a Harry a medio pasillo solo para verlo directo a sus ojos verdes y aún seguía viva. Entonces Medusa aún no poseía el cuerpo de Harry como lo hizo Voldemort el año anterior con el asustadizo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Además, los dioses griegos no existían, ¿verdad? Así que aquella historia de la dichosa Medusa no era más que un simple mito o leyenda, como sea que lo llamasen los muggles.

En fin, el caso es que ahora todos los estudiantes siempre caminaban por los pasillos en grupo de no menos de tres personas. Literalmente no se despegaban (especialmente los nacidos de muggle). Y claro, los Slytherin veían esto completamente divertidos, al final todos nosotros éramos sangre pura o mestizos, no nos veríamos afectados como el principal foco de la amenaza escrita en sangre en la pared.

-Señorita Weasley -llamó Lockhart desde el frente de la clase. Levanté la mirada al mismo tiempo que Ginny, en la primera fila, también lo hacía-. Pase al frente a leer este interesantísimo capítulo del libro conmigo-Ginny se levantó pero Lockhart la detuvo. Me refería a la señorita Weasley de Slytherin -me dedicó una sonrisa demasiado brillante, creo que si sus dientes estaban un poco más blanco podrían dejarme ciega.

LEYENDO Cassidy Weasley y Los Elegidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora