Las gemelas me cuentan un secreto

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[Dejar avisos se me va a hacer costumbre pero bueno,tengo este y otros dos capítulos en borradores, los otros dos los subiré en unos días y luego tomare un pequeño descanso para poder tomar inspiración]

[Y sabe alecxanderblack como me quedo cuando se trata de inspiración]

[Se que hice un especial de como se conocen Jade y Cassidy pero lo voy a modificar un poco para que se acople a la historia espero no les moleste]

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Ciertamente mantenerme oculta de los ojos de mis dos hermanos me mantuvo más tiempo debajo del baño. Fawkes se llevó volando a los tres de Gryffindor y al profesor inútil que resultaba haberse borrado por completo la memoria a sí mismo.

Luego, Fawkes regresó por mí, sin soltar mi tridente, tomé las plumas del ave fénix y este me llevó volando de regreso al baño de niñas. Yo no me quejé sólo porque estaba demasiado agotada para ello, y me concentré en mantener los ojos cerrados hasta que sentí el suelo bajo mis pies, el lavabo se cerró detrás de mí.

Suspiré y me quité la capa.

Nunca jamás volveré a ir a un baño en Hogwarts sola, a Ginny casi la mataban por ello. Myrtle la llorona salió de su cubículo para verme y soltó una risita al ver mi aspecto, yo solo le agradecí por su ayuda y salí del vacío baño. Caminé lentamente por los desérticos pasillos. Suponía que Harry ya había llegado con los demás a la oficina de Dumbledore, pero yo me detuve para recargarme en la pared, sentía mi brazo palpitar y ahora que lo veía bien, mi muñeca estaba en una posición extraña. Era increíble como la adrenalina en el momento de la pelea me había hecho no sentir absolutamente nada de dolor.

Mordí mi labio inferior y mi mano tocó la estrella del centro del tridente (como si mi cuerpo ya supiera lo que debía de hacer) haciendo que, extrañamente, el arma se volviera a convertir en una pequeña e inofensiva concha marina que cayó sin problema alguno en mi mano. Continué mi camino mientras veía el pequeño objeto sintiendo un poco de nostalgia.

¿Quién pensaría que al llegar junto a Dumbledore me encontraría con Hestia y Flora Carrow? ¿Y que las gemelas me dirían algo extremadamente raro e importante que haría cambiar mi vida?

-Adelante, señorita Weasley -me indicó Dumbledore desde el interior de su oficina cuando llamé a la puerta.

Me aventuré al interior, era una sala redonda llena de extraños objetos plateados, con Fawkes comenzando una pequeña canción al verme desde su perchero en un rincón. El profesor Dumbledore se encontraba sentado tras su escritorio, con las gafas de media luna en la punta de su nariz, y viéndome de forma muy seria y analizadora.

-Señor, yo...

-El señor Potter ya me explicó absolutamente todo -suspiró Dumbledore y entrelazó sus manos frente a él-. Pero quisiera escuchar también todo de usted.

Y, ¿qué más iba a hacer yo? Se lo conté absolutamente todo. Debí explicar cómo tenía la capa de Harry así que también me vi obligada a admitir que me había escapado del toque de queda estricto en varias ocasiones, más no dije palabra alguna sobre la profecía.

-¿Me permitiría ver esa increíble arma de la que me ha hablado, señorita Weasley? -yo asentí, tomé más fuerte mi tridente en forma de concha y lo deposité en su mano un tanto recelosa. Dumbledore lo tomó, lo observó desde cada ángulo, y luego le dio tres golpecitos con uno de sus largos dedos. Ahora en su mano estaba mi brillante tridente de color bronce, verde mar y algunos escasos tonos azules y celestes-. Ciertamente, esta es una gran arma, señorita Weasley.

LEYENDO Cassidy Weasley y Los Elegidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora