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LA DAMA ROJA. Un mito que iba de boca en boca, siempre junto al nombre del Soldado del Invierno. Eran el perfecto mito urbano de historias de terror: los amantes asesinos. Compañeros en crimen, compañeros de vida.
Pero el mito estaba equivocado.
Porque ellos no tenían vida. Siendo descongelados únicamente para experimentar o enviarlos a misión. Ni siquiera tenían control de si mismos, ocho palabras y obedecen a quien las diga, matan porque es lo único que les enseñaron.
Pero funcionan juntos. Primero llegó el Soldado y luego la Dama, complementándolo. Eran mejor dos que uno. Aprendieron a pelear en pareja. Nunca estuvieron realmente juntos, Hydra teme dejarlos en la misma habitación sin darles la orden de pelear, aún así la idea de separarlos y los ponerlos en una pelea en contra, sería algo muy peligroso...
El Soldado del Invierno y la Dama Roja. El dúo asesino.
Su última misión, matar a Nick Fury, pareció ser completada. La Dama Roja le había dado tres balas directo al pecho y, según los infiltrados en S.H.I.E.L.D, el objetivo estaba muerto.
Cada vez que una misión se muestra exitosa, es un alivio para la Dama, quien no tendrá que sufrir ninguna tortura o castigo. Pero ese alivio no llegaba hasta que se confirmara la muerte del objetivo. Y si el disparo no fue directo a la cabeza, o el objetivo fue al hospital, el alivio tarda unas veinticuatro horas en llegar. Durante ese tiempo, la Dama entrena para seguir con sus siguientes misiones, golpeando a los soldados de prueba con más enojo que antes, manera de liberar un poco la ansiedad.
—Atentas todas las unidades —Rumlov habló a la radio—. El objetivo está localizado y en movimiento. Chevrolet negro, patente "2H-6D1F", en el puente. Cuatro personas se encuentran en el auto, entre ellas el Agente Sitwell, Natasha Romanoff y Capitán América. Es muy probable que los objetivos estén armados.
Su nueva misión: matar al Capitán América.
—Maten al traidor primero, sáquenselo de encima —Rumlov los miró, entregándoles armas. La Dama acomodó sus cuchillas en el traje, y las dos katanas en la espalda—. Luego, vayan por América.
El Soldado y la Dama asintieron.
El helicóptero descendió un poco, quedándose en movimiento en el aire. Las puertas se abrieron y el Soldado saltó primero cayendo encima del auto. Rompiendo la ventana, saca al Agente Sitwell y lo tira por los aires, dejándolo ser aplastado por un camión.
