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"JAMES BUCHANAN "BUCKY" BARNES".
La vista de Louise estaba enfocada en tal nombre. De reojo veía que Bucky seguía parado frente al personaje principal del museo, el Capitán América. Leía toda la información de su antiguo amigo, procurando no saltarse nada, intentando recuperar esa vida que esta le fuera robada. En el momento en que Louise lo vio muy concentrado, se separó silenciosamente.
Con los ojos fijos en todas esas palabras que contaban, desde la perspectiva de los historiadores y conocido de James en los años cuarenta, su historia. Veía fijamente las imágenes en la que su compañero aparecía, posando junto al Capitán América y solo con su traje de sargento. Louise reconocía esa vida, la veía muy lejana pero ahí estaba.
Girando el rostro un poco a la derecha, se encontró con un maniquí portando el traje militar de Bucky, junto varios otros trajes de los superhéroes en los que se convirtieron los integrantes del llamado "Comando Aulladores". Prestando mucha atención al traje, un destello plateado brilló, llamando su atención. Era una chapa de identificación, brillando el nombre de Bucky. Louise se acercó.
Leyendo la fecha de muerte que se encontraba junto a los trajes, las memorias vuelven a inundar el cerebro de Louise. Todos esos sentimientos que trataba en vano de esconder, que trataba de eliminar, la invadían. Era difícil pensar en su pasado, no tenía un punto de referencia puntual del que agarrarse, Bucky tenía gran parte de un museo, a Louise solo le quedaban memorias. Pero había un espacio en blanco que no lograba llenar, recordaba a Bucky y a su madre, también tenía vagos recuerdos de su hermano, su padre y su infancia, aún así había un agujero negro que, al pensar en ello le dolía el pecho pero su cerebro no le brillaba ninguna imagen.
Sentía que ese agujero era su identidad, y Louise la buscaba pero no encontraba más que un vacío. Todo lo que recordaba era sobre otros, faltaba esa gran parte en la que Louise se definía como persona. La única identidad que recuerda con total claridad es la de la Dama Roja, dándole la idea de que, tal vez, esa era la definitiva, no podía escapar de la sangre en las manos de la Dama, su alma ya estaba oscurecida y definida como la de la Dama Roja.
—Este eres tú —la propia voz de Louise la sobresalto, sacándola del trance y giro a ver a Bucky, quien se paraba a su lado.
Bucky asintió sin mirarla, todavía aturdido ante toda la información sobre su vida pasada.
Louise volvió a clavar la vista en el tablero de información, con la palabra IDENTIDAD gritándole en el cerebro y ese vació retumbándole en la memoria.
