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EL SUAVE GOLPE EN LA PUERTA la sobresaltó, sacándola de su ensimismamiento. Miró asustada hacia la puerta como si esta fuera abrirse, sabía quien tocaba y Louise necesita recomponerse antes de que él la vea.
Se miró en el espejo, tenía la cara irritada. Se sentía estúpida y odiaba tener que salir viéndose así, pero no podía hacer más que esperar a que la irritación se fuera. Se mojó una vez más la cara y salió.
Bucky estaba parado ahí, con una bolsa de frutas en la mano. Al verla frunció el ceño pero no hizo comentario alguno. Aunque Louise se mantuviera cabizbaja, su rostro seguía siendo visible.
Levantó la bolsa, enseñándosela.
—Compre ciruelas y uvas —dijo, con su típica expresión incómoda sonrisa.
Louise asintió con la cabeza tratando de sonreír y lo siguió a sentarse en la vieja mesa de madera.
El departamento que consiguieron consistía en un mono-ambiente con una ventana; una cama de plaza y media, la cual era únicamente la base, el colchón y unas sábanas; la cocina que tenía una pequeña heladera y, debido a la falta de horno, se manejaban para cocinar en la hornalla; por último, estaba la pequeña y vieja mesa de madera, con dos sillas desiguales.
No era mucho, de hecho era casi nada para dos personas, pero a Louise le gustaba, le daba cierta comodidad y paz tener su propio lugar para vivir. Tampoco era muy lindo, aún así ella se sentaba en la cama todos los días, observando el lugar y apreciándolo, para ella era especial y lo único que podía llamar propio desde hace mucho tiempo. Las pocas cosas que tenía era sus memorias y su departamento, y este último era el único que podía tener asegurado que nunca desaparecería o se pondría en su contra.
Sin que ninguno diga otra palabra, en silencio, Bucky lavó la fruta y Louise hizo café para ella, ya que Bucky mantenía su disgusto por tal bebida.
Sentados frente a frente, con la fruta y el café en el medio, no tocaron nada. Louise trazaba el borde de la taza con el dedo, evitando la mirada de Bucky que le preguntaba si estaba bien. Y la verdad es que Louise seguía bastante avergonzada e intentaba ocultarlo.
—¿Soñaste algo nuevo? —preguntó Bucky, siendo este el tema más hablado entre los dos. Todos los días, generalmente a la mañana, se sentaban a hablar de las memorias y pesadillas con las que soñaron. No era precisamente un tema muy agradable pero ambos se sentían bien al hablarlo y era mucho más fácil discutirlo entre los dos, siendo que ambos pasaron por el mismo trauma.
—Lo de siempre.
Louise evitó el tema.
—¿Y tú?
Bucky también evitó el tema.
Hacia unos pocos días que ambos llevaban evitando hablar del tema, o, al menos, ignorando parte de lo que recordaban. Bucky sabía que a Louise le costaba más hablar sobre las memorias de su pasado, aún así había algo más que ambos le ocultaban al otro.
Durante el resto de la tarde, la casa de mantuvo en silencio. Louise pretendió dormir, mientras sentía la mirada de Bucky sobre ella. Finalmente escuchó un poco de movimiento, los pasos de Bucky intentando ser silencioso y otros ruidos que Louise no supo reconocer que hacía, hasta que, por último, la puerta se escuchó abrirse, cerrarse y pasos alejarse.
Louise giró con cuidado, como si pretendiera estar despertando aún cuando estaba segura que Bucky salió. Vio una pequeña hoja en la mesa, era una notita de Bucky avisando haber salido a comprar la cena.
Se volvió a mirar en el espejo del baño, notando como su rostro ya no estaba tan irritado. Se mojo la cara, despertando su mente, obligándose a pensar en otra cosa. Se hizo una taza de café y se sentó a mirar la ventana. Ni tenían una vista nada especial, de hecho, la ventana daba hacia las ventanas del otro lado del edificio.
El sol estaba bajando y vio como la luz de uno de los departamentos se encendía. La silueta de una mujer y la de un hombre aparecieron. Ella usando un lindo vestido de flores violetas, con un hermoso pelo largo y lacio suelto.
El hombre se quedó parado cerca de la puerta mientras la mujer dejaba su cartera. Ella giró a mirarlo y le extendió la mano, invitándolo a acercarse. Quedando justo frente a la ventana, el hombre la tomó de la mano y con la otra le corría el pelo de la cara. Ambos sonreían. El hombre se inclinó a besarla, aún sosteniéndose las manos.
Louise no pudo evitar mirarlos, fijándose en cada detalle. Como ella sonreía entre el beso, como él nunca le soltó la mano. Como él la tomaba delicadamente de la cintura.
Experimentando un sentimiento conocido, alguna vez en el pasado lo sintió, pero que no sabría nombrar, se levantó y volvió al espejo del baño. Se soltó el pelo atado, dejándolo caer en sus hombros, se lo peinó con las manos. Imitando la delicadeza del hombre, se lo puso detrás de las orejas. No le gusto, resaltaba la irritación de su cara y su ceño fruncido, su seriedad. La mujer sonreía, Louise no.
Cuando volvió a la ventana, la del departamento de enfrente estaba cerrada y las cortinas corridas.
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HOLA!!
Como prometí acá otro capítulo están semana en recompensa a no haber publicado nada la anterior. Díganme que les pareció, ¿les gustó?
¿Qué creen que se ocultan Bucky y Louise? ¿Qué piensan que le pasa a Louise? ¿Cómo creen que Louise se siente respecto a la pareja de la ventana?
