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LA DAMA ROJA SE ARRASTRÓ HASTA SU COMPAÑERO. Empezaba a recuperar el aire de a poco, aún así su brazo derecho lo sentía completamente inútil, lo más probable es que estuviera dislocado o roto.
—Soldado —susurró mientras le levantaba la cabeza, tomándole el pulso. Estaba vivo. Lo sacudió, tratando de despertarlo—. Soldado —repitió. Veía a Steve correr devuelta a la máquina de blades, tenía que detenerlo.
Aún en el suelo, la Dama sacó su pistola y disparó, dándole en la pierna. Rogers se colgó de la maquina, ignorando el dolor de la bala, dispuesto a cambiar el blade y detener a HYDRA. La Dama volvió a disparar, apuntándole a la mano. Rogers quedó colgado con un brazo, antes de retomar su agarre.
Vio cómo sacaba el blade de su bolsillo así que volvió a disparar, caminando hacia él. Con una bala directa en el estomago, Rogers cayó al suelo. Con las ultimas fuerzas que le quedaban, se levantó y cambió el blade.
El helitransporte comenzó a ser disparado. La Dama corrió en busca del Soldado pero no lo encontraba por ningún lado.
—¡Soldado! —gritó con la voz llena de desesperación. Tenía que cubrirle la espalda, tenía que ayudarlo, esa siempre fue su misión. Dos es mejor que uno, dos funcionan mejor, dos se protegen. Pero perdió a su compañero, estaba fallando su misión.
Ante los disparos, la Dama resbaló y cayó. Escuchó un grito y giró hacia el lugar donde vino. Su compañero estaba atrapado bajo las instalaciones del helitransporte. La Dama corrió hacia él e hizo fuerza, tratando de levantar lo que lo mantenía atrapado, pero su brazo estaba seguramente roto y la instalación era demasiado grande para levantarla sola.
De repente sintió que la instalación se volvía más liviana. Miró a su costado y vio a su objetivo ayudándola. Estaba a punto de soltar el metal y sacar su arma para terminar con la misión, pero Steve habló.
—Louise —esto la descolocó de inmediato—. Louise St. James. Enfermera del ejército. Nacida el 16 de febrero de 1919. Padres, Penny y Marcus St. James; hermano, Thomas St. James. Lo conocías, a Bucky —la Dama miró a su compañero.
Bucky, Bucky, Bucky. Repitiéndose en su cabeza. Las memorias le pasaban como flashes. Todo se veía tan cercano, toda una vida... Pero Rogers era su misión y estaba a toda la disposición de matarlo, solo tenía que soltar la instalación de metal y disparar. Pero si la soltaba no tenía ayuda para sacar al Soldado de ahí abajo.
El Soldado la miraba. La reconocía.
—No lo hagas por mi —dijo Rogers—. Hazlo por él.
Bucky, Bucky, Bucky...
"Dos es mejor que uno" se repetía en su mente.
La Dama dudo un segundo, pero enseguida volvió a concentrar su fuerza en levantar la instalación y Rogers también. El Soldado también hizo fuerza desde abajo. Cuando la instalación estaba suficientemente arriba, el Soldado se arrastró hacia atrás y salió.
