El sol a caído, pero aun así un color anaranjado alumbra la tierra del reino de los lobos como si los rayos se le estuviesen escapando al gran astro que todo lo ve. A lo lejos puedo ver desde el balcón como el carruaje custodiado por una pequeña jauría de lobos y un par de hadas se aleja del castillo rumbo a mi tierra, rumbo a ver a mi gente. Una sensación de añoranza me embriaga queriendo estar dentro de ese carruaje, pero es imposible, al menos por el momento. Aun no es la hora de regresar. Necesito esperar que mi hermano se case con la nueva reina para así poder destruirlos legalmente, mientras, debo seguir disfrutando de la buena compañía que he encontrado en este castillo.
La primera vez que vi un lobo fue cundo tenía diecinueve años. Mi madre, para aquel entonces, me había mandado a llamar a su despacho para hablarme sobre una pequeña misión que debía ir a cumplir a la dimensión, cuando de pronto entro una bruja diciendo que un lobo mensajero había llegado desde el castillo Lunar. Aquel día fue la primera vez que vi en los ojos de un ser refinado un salvajismo natural. La bestia que llevan por dentro es lo único que no pueden educar lo lobos, es lo único que les recuerda que no importan sus ropas o costumbres, siempre serán seres a los cuales hay que respetar, pues llevan la fuerza de la naturaleza recreada dentro de ellos, retenida dentro de un rincón oscuro que pocas veces van a visitar. Me fascine en aquel entonces de su porte pulcro y de su actuar suave, a pesar de su cuerpo fornido y sus rasgos fuertes. En aquel momento nos comparé y descubrí que los lobos son lo contrario a las brujas. Ellos esconden su lado salvaje mostrando uno completamente diferente, en cambio, nosotras mostramos nuestro lado salvaje manteniendo fuera de la vista de cualquiera nuestro lado tranquilo y armónico.
No volví a saber mucho de los lobos, en los aquelarres vivimos más pendiente de lo que pasa dentro de la dimensión que de nuestros vecinos los lobos. Máximo escuche rumores cuando fue coronado Argus como rey y como la ex reina se impuso como regente a pesar de que su nieto ya es mayor; también escuche habladurías cuando empezó a reclutar concubinas, recuerdo que en ese entonces hice una cara de asco al escuchar las burlas de las brujas que estaban bajo mi mando, pues hablaban de que muchas en todo Frunbor se morían por ser concubinas. En fin, el caso es que terminé acá, donde nunca pensé estar y siendo algo que nunca pensé ser, pero bueno, ya no soy concubina, ahora solo soy una princesa hospedada en este castillo, y como siempre, odiada por unas cuantas, envidiada por otras, pero a estas alturas de mi vida se lidiar con eso. Solo es un poco más de lo que siempre he vivido. Hace mucho tiempo dejo de incomodarme esas actitudes y sentimientos hacia mí.
La noche poco a poco cae sobre nosotros y pronto se empieza a formar una Luna llena en todo su esplendor, esta parece tener curiosos destellos rojizos que me hacen suspirar. ¿Son señales? Una luna con destellos rojos no es el mejor augurio, en sí, el color rojo es el color la turbidez, de sensaciones fuertes y demandantes. El problema es que Shein se fue y entre tanto agite por la llagada de los vampiros y su partida con la gran ex reina y con las hadas, no pudo darme la lista de los diez sospechosos, así que sigo igual que esta mañana, llena de sospechas y sin ningún rumbo claro que seguir, pero al menos tengo el grimorio y ya con menos miedo voy a leer la parte de Dorotea, quizás encuentre cosas no tan macabras que me ayuden.
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El harén del Alfa
FantasyEstá no es una historia cualquiera, en sus líneas está narrada la historia de la más grande bruja de todo el mundo de Frunbor, un mundo frágil que requiere de hipocresía y falsos modales para conservar la paz y la armonía. Una traición familiar pone...