Capítulo 22: Anastasia Qubelle

428 41 10
                                    

Todo se complicó como era de esperar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Todo se complicó como era de esperar. Después de decirle que linajes recorren mis venas y marcan mi alma el silencio y el frío fue lo único que me acompaño duran el resto del viaje a las tierras de los lobos. Tanto el alfa, Shein y el resto de lobos de la jauría mantuvieron su distancia de mi intentando ni siquiera cruzar simples miradas. El rey alfa es quien parece más afectado por mi revelación, pues sumido en una burbuja de ira, sus ojos lucen apagados y suele quedarse viendo a la nada incluso cuando su beta intenta hablarle, es como si aún no pudiera procesar el quien soy y todo lo que viene unido a mí. No sé porque, pero incluso me alcanza a doler esa reacción, es como si olvidara que Anastasia Qubelle, es la misma bruja que ha dormido las últimas noches en su cama, quien lo cuido cuando cayó en fiebres y quien le ha mostrado ser de fiar.

Me frustra todo esto. Me duele que siempre sean mis apellidos quienes hablen por mí, incluso me duele hasta el punto de querer gritar, porque siempre ha sido así de injusto, siempre he tenido que lidiar con cargas que no me pertenecen, de las que no tengo culpa, pero eso los demás no lo entienden, prefieren culparme a mí, señalarme mientras me juzgan por un pasado que no me pertenece y que solo me corresponde gracias a que nací. ¿Qué culpa tengo yo de lo que hayan hecho mis antepasados? Ninguna. Pero la gente necesita alguien a quien culpar, a quien señalar. Durante toda mi vida ha sido lo mismo. Miradas de temor. Miradas de rechazo. Palabras despectivas.

Ahora, vista como un problema para el reino de los lobos, me encuentro sentada en el despacho del rey alfa. Recién llegamos en plena madrugada al castillo Lunar, fui traída al despacho del rey por Shein, quien me indico que debía permanecer en este lugar y que no debía hablar con nadie hasta que el rey se presentara, después de eso salió sin más dejándome en el solitario despacho del rey solo con dos velas encendidas. Como casi siempre, acompañada únicamente de la soledad que desde muy niña me abrazó. No sé qué vaya a pasar, por un lado, no me pueden devolver a los aquelarres por la sencilla razón de que fui entregada bajo una condena y los lobos aceptaron mi permanecía en este lugar sin rechistar o investigar, para devolverme tendrían que ponerse de acuerdo con la reina de los aquelarres para que revoque mi condena, pero eso es algo que sé muy bien no se podrá hacer, mi regreso pondría fin a su reinado de una o cualquier forma. Definitivamente esto es una encrucijada.

De ahora en adelante, quizás lo más sensato es pensar que por fin se van a cumplir mis deseos de cuando llegue aquí, que consistían en pasar desapercibida y tener poco contacto tanto con el rey como con cualquier otro ser que habite este castillo, pero el hecho de verme como una sombra en este castillo siendo ignorada por todos no es una imagen consoladora en este momento. Quizás me haga falta enfrentarme a la reina, quizás me haga falta las charlas con la ex reina o la compañía de Clara, quizás y hasta la actitud curiosa y sarcástica del beta me hagan falta. Es curioso como un puñado de personas han creada un diminuto espacio dentro de mi vida cunado son pocas las personas que lo logran, aunque bueno, quizás fue el hecho de que ellos no me ven con ojos ambiciosos, controladores y juzgadores, quizás es porque a ellos no tuve que darles un juramento para que me dedicaran, aunque sea una mirada cordial, porque esa es mi verdad. Soy la princesa a la que todos temen y hasta rechazan. Soy la heredera de un reino que me termina de aceptar a pesar de todo lo que hecho por ellos. Soy la sombra de un pasado el temor de un futuro. Soy la calma antes de la tormenta.

El harén del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora