Capítulo 17: Un cuento voraz

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La noche cayo dejando un cielo totalmente oscuro, uno que callan las voces, pero no los pensamientos

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La noche cayo dejando un cielo totalmente oscuro, uno que callan las voces, pero no los pensamientos. Hoy he vuelto a dormir sola, el gran alfa rey dispuso que hoy no requiere de mi compañía en su misma alcoba, por lo tanto, pidió una habitación aparte para mí un tanto alejada de la suya. Es irónico. En mi vida he revivido muchas órdenes y varios seres han estado por encima de mí, y aun así es la primera vez que me siento como... objeto. No sé si estoy siendo exagerada, pero la forma en que me ignoró y ordeno que me llevaran a otra habitación me genero un malestar que nació directamente de mi orgullo. Quizás el problema sea mío. Quizás él tiene mucho en que pensar, quizás no cree en mis palabras, quizás y solo quizás le estoy dan vueltas de más a este asunto.

No debería importarme, por el contrario, sería mejor que se distanciara de mí y dejara de hacerme ganar enemigos dentro del castillo, pero aun sabiendo esto no puedo dejar de sentir un cosquilleo incomodo en mi pecho que me hace girar e incomodarme sobre la pequeña cama del hostal. No me gusta este sentimiento. Nunca he sido una persona muy social, por eso puedo entender la curiosidad que siento hacia el rey, pues tanto con él, como con la reina y Shein he podido establecer cierta conexión. Supongo que al no saber quién soy en realidad, pueden permitirse actuar de esta manera conmigo, pero yo si soy consciente de quien soy, y por mi bien, no puedo permitirme sentir lo que sea que es esto.

Al sentir mi mente tan despierta y mis nervios alerta, concluyo que no podré dormir. Con cierto fastidio me levanto y me asomo por la venta recibiendo el aire frío y seco de la noche, mi poca visión no me deja ver mucho pero mi magia me dice que hay algunos de la jauría de lobos patrullando el lugar.

— No me digas que tu mala cara ya espanto hasta tu sueño — escucho una burlesca voz en forma de susurro y sin verlo sé que el beta fastidioso está afuera haciendo guardia justo debajo de mi ventana.

— Si es así, entonces es un miedoso.

— Pues yo digo que es inteligente.

— Lo dices porque eres también un miedoso.

Escucho una breve risa y después el silencio reina mientras los minutos pasan y la oscuridad nos acoge con su soledad. Mi mente se mantiene en blanco, no quiero pensar en nada, así que solo me dedico a sentir el flujo de mi magia por mi cuerpo haciéndome sentir calmada, en paz y... libre. Irónico, en medio de una condena me puedo sentir libre solo por la esencia que corre por mis venas de forma salvaje.

— Me dejo vigilándote, lo que paso hace unas horas lo dejo muy pensativo — sus curiosa voz trato de hacerse notar burlesca pero en medio de todo la seriedad se deja sentir. — Que aburrido.

Desconfía de mí y no puedo culparlo, entonces por qué saber eso solo hace que la molestia en mi pecho crezca un poco más. No puedes seguir pensando en eso, Anastasia. Me reprendo sabiendo que es lo mejor, necesito distraerme. Los pasos de Shein me recuerdan de su presencia y decido que él será la mejor distracción para mí, bueno, tampoco es que tenga demasiadas opciones. La jauría de lobos antes de poner algún tipo de atención me encerraría bajo llave en esta habitación.

El harén del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora