Capítulo 15: El comienzo del viaje.

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La hora de partir llego

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La hora de partir llego. El ocaso apasionado se ciñe en el cielo mientras las aves sobre vuelan sobre nosotros buscando llegar a sus nidos antes de que la rojiza luz desaparezca dejándonos en penumbras. El ambiente se siente refrescante gracias al viento que empieza a bajar las altas temperaturas que nos asecharon hoy. Últimamente el calor ha aumentada y con el mi fastidio por tener que usar tantas prendas de vestir. Si el clima aquí fuera frío, entonces podría entender un poco la necesidad de usar tantas ropas, pero para nadie es un secreto que las tierras de los lobos son de las más calurosas de todo Frunbor. La sensación es más que sofocante. Ya no solo es la molestia por el corsé y el faldón pesado, sino también la humedad que me recorre gracias a las altas temperaturas. Es como si a estos seres les gustara auto torturarse. Es que no loe hayo otra explicación para someterse a esto. Definitivamente, el masoquismo existe.

Respiro hondo apreciando todo sin mayor importancia, a mi lado se encuentra el Shein, quien como siempre luce sarcásticos y divagante, inmerso en esa extraña energía blanquecina que siempre lo rodea con la misma intensidad. Es un ser raro. A simple vista parece curioso, amigable y un tanto ingenuo, pero luego de detallarlo bien, puedo ver que detrás de aquello se esconde un gran estratega. No hay nada que pase en el castillo o, incluso en el resto del reino, que él no sé de por enterado. Se toma muy en serio su trabajo como mano derecha del rey, y no es para menos. El alfa no asiste a ninguna reunión con los nobles comerciantes, ni mucho menos con nobles dedicados a las políticas públicas. A esas reuniones asiste Shein, y es quien se encarga de hacer fluir la información entre ellos, cortando de raíz los lazos con la aristocracia de este reino.

Pero aun así, pese a toda la responsabilidad que recae en sus hombros, nunca deja ese lado que a veces lo hace parecer como un inocente e ingenuo niño. De hecho, en este momento, está muy concentrado en bromear con un guardia de la muralla de piedra, luciendo como un ser cualquiera, relajado e ignorante de los peligros que nos están acechando. Qué envidia me da. Durante este tiempo que llevamos esperando cerca del gran portón que sirve de entrada a la fortaleza del castillo, he estado pensando en los seres que lograron violar mis defensas mentales. Sé que los dos son poderosos y puedo deducir que se conocen, lo cual es mucho más sospechoso. La voz femenina trato de avisarme algo mientras la voz de aquel ser masculino me torturo, haciéndome pensar que los dos están detrás de mis pasos, los dos saben quién soy y los dos saben algo del futuro que yo no sé, y es por esto que tengo que ir al territorio de las hadas. Necesito saber qué fue lo que paso, y descartar que esos ataques no tienen nada que ver con los dos intrusos que me atacaron.

Pero si llegan a estar relacionados, me temo que las cosas se pueden complicar.

— Cuando te quedas tan seria realmente das miedo — el beta a mi lado me hace salir de mis pensamientos cayendo en cuenta que la noche cayo y que solo la luz de unas cuantas farolas de fuego nos alumbra.

— Si te da miedo mi rostro serio entonces asegúrate no hacerme enojar — lo veo de forma neutral pero un poco más animada al ver su rostro con un deje de temor.

El harén del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora