17. Sueño

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Esme

Las palabras de la señora Kim me suenan en la cabeza como una especie de mantra y sentí mi corazón achicarse en mi pecho. Se que tengo que superar este sueño. Poder vencer a mi mayor miedo para despertar mi máximo poder, pero ahora, con mi rostro bañado en lágrimas parece imposible.

Contra todo pronóstico logré llegar hasta la varita sin que un solo ataque del antes mencionado, pero cuando exclamé la maldición de «Avada Kedavra» no salió aquella maldición haciendo que la risa de Voldemort más fuerte.

Al sentir la ira y el miedo llenarme cerré los ojos. No conseguiría superar esta prueba si dejaba que mis emociones me superaran como a los anteriores magos, debía ser fuerte, debo poder resistir para poder ayudar a Harry a vencerlo. Para poder hacerle frente a cualquier mago que quiera seguir los pasos de Voldemort.

De repente me vi rodeada de una luz blanca, la figura de una señora mayor se apareció delante de mí y se acercó con su arrugada cara llena de orgullo. Frente a mi está mi antigua maestra en el arte de la magia. Mucho antes de que entrara a Hogwarts ella me entrenaba para cuando llegara este momento

-Estoy muy orgullosa de ti querida- dijo la figura con voz temblorosa- lograste llegar hasta aquí. Serás la primera en cincuenta años-
-Que se puede decir- dije sonriendo- no hay muchos que sobrevivan a la maldición de Avada Kedavra-
-Y es por eso que te elegí para este poder Esme- dijo sonriendo- sabía que lo lograrías. Tengo fe en ti-

Y con esas palabras sentí que todo rastro de amargura se fue y para cuando llegó el momento de ejecutar la maldición contra mi más grande miedo pude hacerlo sin problemas. La luz verde cegó mi vista.

Me desperté con una especie de sentimiento reconfortante y renovador sintiendo que hoy sería un buen día. De esos en los que el sol sale resplandeciente y todo te termina saliendo bien.

Bajé de la cama con cuidado de no despertar a Draco y regresé a la sala en común de Hufflepuff viendo que todavía no hay nadie despierto. Normal, son las seis de la mañana, todavía falta un buen rato para que el desayuno empiece.

Me senté en unos de los sillones que hay y permití analizar aquel sueño con más detenimiento, sintiendo como mi corazón se acelera ante la imagen que tuve en aquel lugar.

Mi mayor miedo... Que Draco y los niños terminaran muriendo... realmente no importaba que era Voldemort quien los amenazara porque es la única figura que yo tengo al que creo capaz de efectuar ese acto tan infame. Matar niños.

Dejé de pensar en eso cuando la soledad empezó a apoderarse de mí y las lágrimas bajaron por mis ojos, pero rápidamente las sequé y negué con la cabeza. Hoy sería un gran día, estará lleno de emociones y nuevas aventuras así que no hay tiempo para llorar por simples pesadillas.

Me levanté y dirigí hasta la biblioteca que hay en el colegio para después buscar un libro en específico. Recuerdo que Draco ya lo devolvió a la biblioteca antes de que las vacaciones empezaran. Tiene que estar en el estante de «Historia de la magia».

Exclamé un bingo al encontrar el dichoso libro. Es un antiguo tomo de un libro que modernizaron hace poco. Modificando varias de las historias para que fueran más aptas para los niños.

Pasé las páginas en busca de una leyenda en específico logrando encontrarla poco después sintiendo una especie de nostalgia. La señora Kim solía contarme esta historia de chica.

En las altas torres del castillo de Stoatshead estaba sentado el Rey Arturo junto a su pequeña hija Esme Jameson quien (al contrario que su padre) era una pequeña muy buena y bondadosa además de que poseía una gran belleza digna de admirar y es por eso que estaban allí.

𝓔𝓶𝓫𝓪𝓻𝓪𝔃𝓪𝓭𝓪 𝓭𝓮 𝓾𝓷 𝓲𝓭𝓲𝓸𝓽𝓪 |𝓓𝓻𝓪𝓬𝓸 𝓜𝓪𝓵𝓯𝓸𝔂|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora