20. Comprometidos

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Esme

Miré mi anillo con una hermosa sonrisa y entré a la casa encontrándome una escena que nos enterneció tanto a mí como Draco que sonreímos. Lucius y Narcissa están con los niños en brazos, cantando una canción de cuna para que lograran calmarse. Debo de admitir que cuando se ponen en este plan son insoportables. Solo Draqui y yo podemos calmarles

-Miren quienes están de mal humor- dije agarrando a Adhara mientras que Draco a Scorpius- ya está, mamá y papá ya llegaron-

El llanto paró de repente y ambos gemelos se miraron "sonriendo". Son tan cómplices como lo somos Harry y yo lo que me hace reír, aunque tengo ventaja. Se las estrategias que tendrán en el futuro para sus travesuras.

Sonreí y me mecí de un lado a otro al igual que Draco quien canta suave para calmar a los niños mientras que los mecemos logrando que poco después se quedaran dormidos ante la sorprendida mirada de los Malfoy mayores quienes parece no lograron hacerlo

-Solo se duermen con nosotros- expliqué ante sus miradas- en el hospital fue igual, varias enfermeras intentaron dormirlos un par de veces cuando ambos estábamos ocupados y no funcionaba-

Con el antes mencionado subimos las escaleras y dejamos a los bebés en su respectiva cuna para después volver a bajar, recibir un regalo por parte de Lucius y Narcissa (el cual es más ropa) y acercarme a la puerta para despedirlos. Se que ambos quieren consentir a los niños y comprarle cosas que necesiten, pero ya es suficiente. Esto ya es demasiado

-Tendré que hablar con mis padres- dijo Draco riendo- ya no cabe nada en el armario de tanta ropa que nos dieron entre todos-
-Lo bueno es que vamos a tener para cambiarlos- dije doblando la hermosa ropa- se vomitan mucho-

Ambos reímos y nos sentamos en el sillón de la sala algo exhaustos. Por más que estemos felices de ya tener a los niños no podemos negar que son bastante... difíciles de tratar.

Suspiré y apoyé mi cabeza en el respaldo de la cama para cerrar los ojos y estaba a punto de quedarme dormida cuando sentí el timbre de la puerta. Por suerte fue Draco quien se acercó a esta, él está más descansado que yo.

Escuché la voz de Draco junto a otra que no logré identificar muy bien hasta que se acercaron a la sala. Es la voz de Cedric, uno de mis mejores amigos cuando de Hufflepuff se trata. Cuando se enteró de lo de Draco (ya que no estaba en las vacaciones de navidad) se preocupó y me ayudó mucho

-Lamento no haber venido antes- dijo con una sonrisa apenada- tenía muchos deberes pendientes-
-No hay problema- dije sonriendo- igualmente entre todos los Weasley, Sirius, etc. no habrías podido ver nada-

Ambos reímos y el antes mencionado se sentó a mi lado extendiéndome una caja algo grande. No parece ser ropa así que lo recibí gustosa y al abrirlo mis ojos se abrieron como dos sandías. Es un ajedrez mágico

-Gracias Cedric- dije abrazándolo
-Para cuando no puedan dormir por los niños- contestó sonriendo- mamá dice que es muy común los primeros meses-

Asentí de acuerdo. En las pocas semanas desde que los niños nacieron nos habían desvelado varias veces con sus llantos y (en parte) es una razón de nuestro cansancio.

De repente la mirada de Ced se posó en mi mano derecha donde el hermosos anillo de diamantes que Draco me dio reluce ante la luz de la sala. Sus ojos se abrieron como dos sandías al notarlo. Yo solo sonreí enormemente

-¿Se comprometieron?- preguntó con una sonrisa
-Me lo acaba de pedir- grité emocionada- fue la mejor declaración del mundo-
-Tampoco exageres- dijo Draco metiéndose- fue algo sencillo-
-¡¿Sencillo?!- pregunté indignada- ¡¿Desde cuando eres tan humilde?!-

𝓔𝓶𝓫𝓪𝓻𝓪𝔃𝓪𝓭𝓪 𝓭𝓮 𝓾𝓷 𝓲𝓭𝓲𝓸𝓽𝓪 |𝓓𝓻𝓪𝓬𝓸 𝓜𝓪𝓵𝓯𝓸𝔂|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora