— Estoy apunto de cometer un crimen contra mi cliente. — Fueron las palabras que salieron de mi boca mientras grababa una nota de voz para una de mis amigas.
¿Cuánto tenía trabajando en eso? Una semana, casi dos y sentía que estaba en el mismo punto que cuando había iniciado con esa comisión. Los clientes indecisos eran el peor en enemigo de quienes se dedicaban a los trabajos gráficos, sin duda.
"¿Tan malo es? ¿No puedes cobrarle extra por cada cambio?"
Leí el mensaje antes de suspirar y hacer girar mi silla. Sentía que la cabeza me iba a reventar. Eran recién las seis de la tarde pero yo lo sentía como si ya fuera la media noche. Necesitaba tomarme al menos diez minutos o acabaría enloqueciendo de verdad.
"Es mi némesis convertida en cliente. Ni el cobro extra lo hace desistir 😭😭"
Fue mi último mensaje para mi amiga antes de dejar mi escritorio y bajar a la cocina. Una vez ahí me di cuenta que necesitaba hacer una visita al centro comercial. Las alacenas estaban vacías igual que el refrigerador. Apenas me quedaba un par de paquetes de galletas de canela, dos sobres de té, café, azúcar y poco más. Suspiré pesadamente, una parte de mi quería irse al remedio fácil: Pedir comida por delivery, pero mis finanzas ya estaban en números rojos por ese mes.
— Estoy jodida. — Murmuré mientras empujaba el café de grano a un lado para tomar mi último sobre de café instantáneo.
La última esperanza que me quedaba para pasar ese mes sin ir a hacer robo hormiga a casa de mis padres era que el banco por fin autorizara los pagos a mi tarjeta de mis últimos cinco trabajos, si eso llegaba en los próximos tres días no tendría que preocuparme por lo económico por lo menos un par de semanas.
Mi teléfono volvió a vibrar.
Antes de revisar metí el café al microondas y entonces me senté a responder los mensajes y esperar que mi bebida estuviera lista.
"¡DUDE, ME SALIÓ! ALHAITHAM VINO A CASA"
Apenas leí eso, mi expresión se agrió. Lucy, una de mis mejores amigas, sabía mejor que nadie que mi relación con el banner de AlHaitham era complicada. Había gastado dinero real para ese banner pero el personaje nunca me salió. Por un lado estaba feliz por ella, por otro no podía evitar sentir algo de frustración porque metí dinero al maldito juego y ni así logré asegurarme al hermoso hombre del desierto en mi cuenta.
"Eso es genial, por más que yo lo intenté a mi no me salió. :("
Respondí rápidamente mientras me levantaba para sacar mi café, tomar uno de mis últimos sobres de galletas de canela y regresar a mi oficina donde el trabajo me esperaba. Ya no quería continuar pero mi miedo a las funas y el hecho de que odiaría conseguir un trabajo convencional, por la simple y sencilla razón de que odio convivir con gente, me mantenían resiliente pese a los malos ratos con clientes problemáticos.
Ocurrió lo de siempre, apenas volver y dejar el café en mi escritorio me volví a enfrascar en el trabajo.
Lo admito, soy una Workaholic. Condición que solo se vio agravada desde que me había mudado de casa de mis padres. Para cuando el último avance del día fue revisado y aprobado por mi cliente, era la media noche y mi café se había enfriado totalmente. Suspiré, al menos logré cierto avance y mañana las cosas serían más sencillas que las últimas casi dos semanas, con ese pensamiento tomé la taza y así frío me bebí el contenido. No tenía ganas de levantarme para calentarlo.
Revisé la carga de mi teléfono, tenía un buen sesenta porciento de carga. Ideal para una partida rápida de Genshin impact antes de ir a dormir.
Antes de abrir la aplicación le envié un mensaje a Lucy.
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Y ahora... ¿Que hago? | Genshin Impact Fanfic |
FanfictionMelissa está apunto de volverse loca. Su normalidad se ha destrozado desde que nueve personajes de Genshin impact han invadido su mundo y, sobre todo, su casa. ¿Cómo puede una simple freelance lidiar con nueve héroes y ayudarlos a volver a casa? ¿y...