Negación.
Una sola palabra que describía completamente mis sentires en ese momento. Con la habitación llena y nueve pares de ojos fijos en mi, mi mente aún se negaba a creer que eso era real, que estaba pasando. Solo fue hace unas horas que mi mayor preocupación era un cliente fastidioso y ahora estaba ahí, en mi sala con nueve personajes de un jueguito gacha que me había descargado por insistencia de Lucy. Era... No, simplemente no podía creerlo. Me negaba a creerlo.
¿Que probabilidades hay de que algo tan mágico le ocurra a alguien tan mundano como yo? Aún si todos suenan convencidos de sus palabras, hablan e incluso actúan como esperaría de ellos... Una parte de mi quiere convencerse de que no son los héroes reales de Teyvat, que son solo cosplayers algo locos. Pero, aún si eso último fuera verdad ¿Qué punto hay en colarse a la casa de una don nadie como yo? No tengo nada que ofrecer, ni siquiera tengo comida suficiente para preparar la cena para mí y mis invitados improvisados. Solo soy una chica ermitaña que había decidido vivir como una rata, escondida dentro de su casa y sin ánimos de salir al mundo o tratar con otras personas más allá de una pantalla.
Todos me miraban a la espera de que dijera algo y eso solo me ponía más tensa.
— Bien... Eh... — Intenté hablar, levantando la cabeza para al menos intentar proyectar algo de confianza pero apenas mi mirada dio un recorrido rápido por todas las personas ahí presentes, no pude. Simplemente no pude.
Otra vez terminé con la mirada en el suelo.
Yo no tengo confianza en mi misma, yo no puedo tratar con ellos... Pero al mismo tiempo, la parte de mi que en verdad les cree me está gritando que no puedo simplemente arrojarlos a la calle. En un mundo donde no hay visiones, orden del abismo o cualquiera de los enemigos típicos de Teyvat... Esos hombres eran el verdadero peligro y, por ahora, yo era la única que podía intentar evitar que hicieran un revuelo. Es gracioso como siempre digo que odio a la gente, pero aquí estoy, cuidando de nueve tipos con poderes solo porque no quisiera que algún idiota tuviera un encuentro desafortunado con ellos y, quizá, también porque me daría bastante pena arrojar a esos nueve tipos a la calle.
No tengo el corazón tan frío cómo a veces me gusta presumir.
Me aclarea garganta, no, aún no había reunido valor pero debía hacerlo o las cosas se irían al demonio mucho más rápido. Por el rabillo del ojo pude ver la molestia en la cara del trotamundos y lo último que quería era lidiar con ese enojado. Era el más peligroso de todos los que estaban en mi casa.
— Esto es tan difícil para mí como lo es para ustedes. — Empecé con eso y no pasó mucho para que las miradas curiosas de Venti y Tignari casi me hagan volver a bajar la cabeza. Respire hondo intentando calmarme. — Aether me contó que al menos él, AlHaitham, Tignari y el trotamundos terminaron aquí luego de explorar unas ruinas en el desierto de Sumeru. — Al explicar aquello, los cuatro hombres nombrados asintieron con la cabeza.
Diluc dijo algo similar, él y Venti habían estado siguiendo los rastros de un mago del abismo en un dominio y cuando llegó el momento de salir de ahí, acabaron aquí, junto a los demás. Ahora que lo pensaba... El caso era similar en cada uno de mis invitados inesperados, seguir a una entidad del abismo hacia un dominio y en lugar de salir, acabaron siendo arrastrados aquí. Mientras pensaba en ello no pude evitar recordar ese sueño y la estatua de los siete de la misión de Dain.
— Primero que nada, nada de poderes en la casa. Evitemos accidentes o romper más cosas.
Me apresure a decir poco después, y cuando dije eso de romper más cosas, el trotamundos gruñó mientras varios de los presentes parecían mirarlo. Él había sido la persona que no solo me despertó con sus gritos, sino que aparentemente también había sido el responsable de romper el Pikachu de cerámica que había estado en mi sala. Agh, el problema no era la figura en si, sino que cuando la pedí... Había pasado meses rezando porque llegara entera. Eso de pedir cosas desde china era toda una odisea, especialmente cosas como figuras de cerámica o tazas.
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Y ahora... ¿Que hago? | Genshin Impact Fanfic |
FanfictionMelissa está apunto de volverse loca. Su normalidad se ha destrozado desde que nueve personajes de Genshin impact han invadido su mundo y, sobre todo, su casa. ¿Cómo puede una simple freelance lidiar con nueve héroes y ayudarlos a volver a casa? ¿y...