17.- Fuego

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Lo golpeo en el pecho mientras las lágrimas comienzan a escapar de mis ojos.

—¡Maldito seas Aren! ¿Por qué lo hiciste? —le grito a su cuerpo inconsciente en el suelo. Entonces pienso rápidamente, necesita sangre. Me levanto a toda velocidad y comienzo a buscar por el suelo de la habitación. Encuentro el pico de la botella y regreso con él. Y sin pensarlo dos veces, llevo el cristal hacia mi muñeca y me doy un corte. Contengo el grito de dolor mientras veo como la sangre comienza a fluir. Acerco mi mano a su boca, se la abro y la presiono contra ella—. Bebe. Por favor. —gimo mientras lo observo ahí, inerte.

No sé que puedo hacer, no tengo idea de como revivir a un vampiro. Solo entonces me fijo en sus brazos y en su cuerpo. Está lleno de mordidas y arañazos de lobos. Mordidas y arañazos que no han curado a pesar de que ha bebido de la sangre de ellos. Mi sangre comienza a escurrir por su boca, separo mi mano, rasgo un pedazo de su camisa de cuadros negros y rojos y me hago un torniquete improvisado.

Me quedo por un momento arrodillada a su lado. Admiro su belleza incluso cuando la vida lo ha abandonado. Hizo todo por salvarme. Las lagrimas que salían de mis ojos repentinamente dejan de hacerlo mientras la furia crece en mi interior.

—Te voy a vengar. Todos los lobos que te hicieron esto, lo pagarán—juro sobre su cadáver. Me quedo mirando sus mordidas y unas palabras se forman en mi mente. — Quarere. —pronuncio en alta voz.

Rápidamente las mordidas toman un color diferente cada una y de ellas. Y de cada una comienza a fluir una estela de luz que sale de la habitación. Miro nuevamente a Aren. Me inclino hacia él y beso sus labios antes de ponerme de pie.

Salgo caminando de la habitación mientras sigo el flujo de luz de diferentes colores. Cinco colores para ser exactos, los cinco se entrecruzan y todos fluyen en la misma dirección hasta llegar a la estancia principal de la enorme mansión. Desde allí fluyen en diferentes sentidos. Dos van hacia un lado y otros desaparecen por la puerta que lleva fuera de la casa.

Camino con paso decidido siguiendo el flujo de dos colores y abro la puerta por la que se pierden. Justo como indicaban, hay dos lobos en la habitación. Están desnudos y en pleno acto sexual. La mujer debajo de ellos está llena de mordidas. El suelo está cubierto de la sangre que ha escapado de sus heridas. Uno la toma por detrás mientras el otro se masturba frente a ella. A quien sea que están poseyendo, está gritando, y no precisamente de placer, mientras es violada por estos salvajes. Hago un gesto con mi mano en el aire y el lobo que está detrás de la mujer sale volando hasta estrellarse en la pared más cercana. No sé cómo lo hice, solo visualicé en mi mente y repetí. Es como si todo este conocimiento siempre hubiese estado en mí.

El otro lobo se percata de mi presencia y abre los ojos asustado. Y debería tener miedo. Con mi otra mano la agito y lo hago volar. Lo sostengo en el aire unos segundos y después lo lanzo por la ventana de la habitación.

Libertas—murmuro mientras las esposas con las que tienen a la mujer atada se abren. Y cuando se incorpora, me llevo una sorpresa—¡Lena! —ella se gira hacia mí.

—¡Lizzy! Pero que...—y se quede congelada mientras me mira fijamente.

—¿Sucede algo? —pregunto mientras ella me mira entre asustada y asombrada.

—¿Que te sucedió?

—Intentaron violarme, pero él lo impidió.

—¡Mi hermano está vivo! —niego con la cabeza mientras siento un profundo dolor en el pecho.

—Las mordidas de los lobos fueron demasiado para él. Llegó muy tarde a mí, Lena. No pude hacer nada para salvarlo. —contengo las lágrimas que quieren volver a escapar de mis ojos.

Puro Fuego©✔️(+18) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora