—¡¿Qué?! —YeoJin al parecer no se lo creía, quizás era el hecho de que haya gritado de pura sorpresa o su confusión en la cara, pero eso me hizo sentir un poco mal, el lobito en mi regazo se levantó por inercia al escuchar el grito, estaba listo para atacar, lo bueno es que no hizo escándalo, si hubiese tratado de morderme por verme como una amenaza, entonces lo hubiese dormido junto con mi hermana para que se tranquilizaran, un simple golpe en la nuca sería suficiente para noquearlos... Lastimosamente no puedo hacer eso.
—Soy un demonio. —Dije de nuevo, sin miedo y con la cara más seria que pude hacer para que lo tome en cuenta, aunque hay un 50% de mí que quiere que YeoJin tome esto como una broma, también hay otro 50% de mí que quiere que me haga caso. —Los abuelos dijeron eso y afirmaron ser lo que dije, así que conecte dos de mis neuronas y llegue a la conclusión de que yo no soy la única demonio.
Sip, tengo una buena deducción, las conversaciones que tengo conmigo misma a las 12 de la noche, me dijeron que era imposible ser yo la única demonio, mis padres también debían serlo y cada vez que pensaba detenidamente en eso, me daba cuenta de que mi pensamiento no era del todo loco, en todo caso tenía mucha sentido, a Jongho no le gustaba entrar a las iglesias, tenía alergias increíbles cuando tocaba el agua bendita, siempre comía cosas rojas (que me gustaría no pensar mucho en eso para mantener mi inocencia) y su porte tenebroso mantenía alejado a las personas "malas"
Todo esto era similar con Yeosang...
Entonces, si yo soy hija de esos dos demonios, la matemática básica le decía que la suma de sus padres daba igual a ella y a su hermana. Simplemente es algo de familia, algo del que estuvo ciega por 17 años.
YeoJin soltó una risita, como había predicho, ella no le estaba creyendo y solo quedaba una cosa por decir para que ella tomará la explicación (más normal del mundo sobre nuestros padres) para que entendiera que esto no era un chiste.
El lobito que no había dicho ni una cosa en todo el rato, se levantó asustado de mí, casi cayéndose del sofá y de mi regazo por el miedo, lo podía oler en él, la confusión y la extrañeza. Bueno, al menos alguien parece creerme en este loco mundo.
—Sunoo, no le creas, simplemente está mintiendo para ocultar algo. —Ya me gustaría que todo esto fuera mentira, ya tuve esos episodios donde me quedaba en cama esperando que alguien me dijera que todo esto era una broma de mal gusto, pero no había nadie, ni siquiera Yeosang o Jongho vinieron a explicar ya que ellos creían que todavía no sabía sobre el tema.
—Tengo dientes afilados, eso puede asegurar lo que dije. —Esta vez volví a mirar al lobito que estaba mirando a YeoJin, tratando de buscar una explicación: —Tienes que tenerme miedo, te puedo cortar la cabeza si quiero.
—Todo el mundo tiene eso. —YeoJin todavía seguía reacia a creerme. —También tengo ese tipo de dientes muy filudos, pero porque... Ah, simple genética, nuestros padres tienen lo mismo, pero no creo que la razón sea por el hecho de que seamos seres demoniacos, tonta.
—Pues créelo, algún día nuestros padres nos lo dirán a la cara y estaré completamente segura de que se asustarán cuando sepan que yo ya lo sabía. —Me cruce de brazos incapaz de entender por qué se le hacía tan difícil a YeoJin entender algo tan básico, eran demonios, punto final. Yo tuve que aceptarlo rápido para que mi familia no preguntara por qué cambie tan repentinamente, solo mi hermana se dio cuenta y cuando finalmente preguntó, se propone en ser una terca.
Mal para ella, porque yo no voy a obligarle a entender, mis palabras fueron suficientes, si no me entendió entonces era idiota.
—Vamos, no deberían de pelear. —De alguna manera, Sunoo cambió a su forma humana enfrente de nosotras, solo que yo no lo quería ver. Nunca antes había escuchado los huesos de una persona romperse de una manera tan fea, pero ¿quién era yo para juzgar? Literalmente estoy hecha para eso y claramente no quiero hacerlo.
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I don't understand | Yuchae
FanfictionEntre la bondad y la maldad. Ningún humano se ve obligado a elegir uno de los dos, las personas somos grises por naturaleza. Aun así, Yuna piensa que hay algo raro con ella, no se siente cómoda con ninguna de esas representaciones, pero una cosa es...