Capítulo 11

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La profesora Moon no volvió.

Creí que había estado enferma así que no me apresuré en buscar respuestas sobre mi halo y dejé que los días pasaran.

Al quinto día de su desaparición me dieron ganas de arrancarme los pelos, pensé que esperar era algo positivo para tu cabeza, pero terminé teniendo estrés por lo desesperada que estaba sobre las respuestas.

Pero ella ya iba a regresar, ¿no?

Lamento haber estado equivocada. Ella no volvió.

Ni esa semana ni la anterior, era como si se hubiese esfumado, con un solo pestañeo el curso de botánica fue quitado de mi horario solo para meterme al curso de religión con un hombre que me caía muy mal, era simplemente asqueroso verlo y yo no entendía cuál era la diferencia entre él y la profesora Moon, ambos eran ángeles, pero ella me caía más o menos, muy diferente con este profesor "Jung Hoseok" que podía irse por donde vino, peor era saber que nadie me apoyaba, todo mi salón (incluido varones) estaban enamorados de él.

Descubrir que el profesor de religión era un ángel fue la cosa más fácil del mundo, el día que paso por nuestro salón con aires de soberbia y mucha, pero mucha felicidad falsa lo supe... Era un ángel y no uno que me llamará la atención.

Estaba triste, se supone que mis padres habían quitado este curso por razones muy obvias, ¿Cuándo el director pensó que meterme en algo que no di mi permiso estaba bien? Encima no quería quejarme, era un adolescente, me daría vergüenza culpar al director como si fuera una niña de 5 años.

Y cuando tenía 5 años, ni me quejaba.

—Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida. Proverbios 4:23. —Dijo el profesor mientras paseaba por el salón, todos mis compañeros, incluso Sunoo estaban mirándolo como si el fuera la luz y los demás mosquitos.

Iría a la casa de la profesora Moon si tan solo supiera donde vive, quiero saber todo de una buena vez, la profesora no tiene el permiso de desaparecer cuando estaba a nada de decirme todo sobre esta extraña condición.

Tenía las ganas de presentarme a la iglesia solamente buscando a la profesora para que me mirara la cabeza bien. El maldito halo empezó a ser muy molesto, te pongo un ejemplo para que me entiendas: ¿Te imaginas levantarte después de una gran siesta, después de aplastar el halo en una pulsera extraña y que a la mañana siguiente te la encuentras otra vuelta en la cabeza? Pasa tantas veces que tengo que esconderme en el baño para que mis padres no lo noten, ¡para que nadie lo noté!

No estoy acostumbrada a tener este tipo de debilidad, así que es muy extraño esconderme de mi propia familia demoniaca. Cada día que pasa me la paso confundida, tanto así que intenté hablar con mis abuelos de manera "normal y humana"

"Síii hipotéticamente hablando yo... tuviese, como, un halo en la cabeza... Ustedes sabrían algo sobre eso, ¿no?" Pregunté de la forma más sutil

"No se supone que deberías saber qué es eso. Con el hecho de que sepas que eres familiar descendiente del príncipe de la lujuria, me basta y me sobra" Como el abuelo Seonghwa me respondió de esa manera tan fea, decidí no volver a preguntar de nuevo.

Intentar buscar respuestas por parte de mis abuelos no es una buena idea, mis padres pensarán lo mismo que ellos así que mejor me ahorro toda la conversación incomoda sobre mi extrañeza y mejor espero a que de la nada misma mi halo desaparezca, tenerla en la mano es bastante cómodo así que no pienso quitarla y ponerla en mi cabeza como por... El resto de mi vida.

—Oye, Sunoo. —Llamé a mi compañero al lado, quien a mi llamado ni siquiera me hizo caso, estaba entretenido mirando al profesor con esos ojitos brillantes, pensé que haber sido rechazado lo tendría hasta los suelos, pero lo he más fuerte que nunca, como si ese pequeño problema nunca hubiese pasado. —Sunoo...—Lo volví a llamar y al instante me chitó, como si escuchar al profesor Jung fuera más importante. —Hablemos más tarde, bien...—Susurré aburrida.

I don't understand | YuchaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora