EL RETRATO DE MI MADRE (2/5)

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Cuando terminé de leer tenía una sensación de confusión muy grande, si no es porque es su propia letra, no me lo creería. Además, fue duro conocer la razón por la que se fue de casa aquel día sin dar explicaciones, descubrir que mi padre, al que adoraba y daba la razón, no era más que el típico hombre que sólo pensaba en satisfacer sus instintos más primarios con la primera mujer que se ponía delante. ¡Muy triste!

La verdad es que la muchacha que trabajaba aquí era muy cariñosa con nosotros, pero mi hermano siempre decía que era muy zorra, nunca me gustó que se refiriera así de ella y pensaba que eran las tonterías de un adolescente con exceso de libido. Por otra parte, mi madre siempre me había parecido una mujer muy seria, recatada hasta el punto de creer que era una frígida y amargada que no le interesaba en nada el sexo, pero al leer estas líneas parecía que estaba como en un despertar sexual o quizás era insaciable, una viciosa que disfrutaba al máximo del sexo y qué con mi padre no había alcanzado el placer sexual. ¡Uff! La verdad que mi cabeza explotaba.

Sin perder tiempo pasé la página, ahora era peor porque estaba llena de curiosidad.

Querido Diario:

Hacía mucho tiempo que no dormía tan bien, aún me encontraba algo agotada, pero me sentía estupendamente. Esta mañana había quedado con Sonia, para ir de compras, me había convencido para renovar mi vestuario íntimo por prendas más atrevidas, sinceramente me parecía cómico y a la vez loco cuando me lo propuso, pero tenía razón, usaba el mismo estilo de siempre y me hacían parecer una abuela. Así que desayuné con calma y me fui a duchar, antes de entrar a bañarme, me paré frente a un espejo que tengo de cuerpo completo completamente desnuda, quería verme así, me centré en mi sexo, recordé la apariencia de Sonia cuando me abrió la puerta y me gustó la idea, quizás mi ropa interior no era lo único iba a cambiar.

Abrí el agua caliente y me metí debajo del chorro dejando que cayera por todo mi cuerpo, mis pezones se endurecieron rápidamente con el cambio de temperatura; cerré los ojos y empecé a visualizar lo sucedido el día anterior, imaginando la estupenda forma y tamaño de aquel miembro. Noté como mi cuerpo ardía por dentro, el baño siempre ha sido el ideal para masturbarme, así que di rienda suelta al deseo.

Me apoyé en la pared arqueando mi cuerpo, el agua recorría mi espalda como un río que desembocaba entre mis piernas aumentando mi excitación, llevé las manos hasta mis pechos, los apreté fuertemente, mi respiración se aceleró al retorcer y estirar mis pezones al máximo, me puse a cien al sentir sus descargas haciendo que mi vagina se humedeciera, me dejé llevar hasta tal punto que empezaba a perder la sensibilidad de apretarlos durante tanto tiempo. Bajé la mano por mi vientre, al llegar a mi sexo mis dedos ya no se entrelazaban con mi vello púbico como siempre, sino que era suave porque unos de los cambios que hice fue depilar mi vagina y ahora que estaba limpia y muy sensible... Me provocaba un cosquilleo en las yemas de los dedos, era diferente, pero me gustaba. Abrí unpoco las piernas para dejar a mi mano espacio, el chorro de agua se adentró más mezclándose con mis jugos, me acariciaba el clítoris pensando en aquel hombre de 30 años, incrementé el ritmo para correrme de gusto, gemí sin reprimirme mientras mi cuerpo temblaba de placer. Al final iba a llegar justo a mi cita en el centro comercial.

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Cuando llegué ya estaba esperándome Sonia con su sonrisa, después de saludarnos nos dirigimos directamente a la tienda de ropa interior, dentro no me atrevía a elegir nada, así que me dejé aconsejar; creo que escogimos unos cinco o seis modelos diferentes entre tangas, bragas y demás complementos. Justo cuando nos marchábamos me sugirió llevar ya alguno puesto, la verdad es que no vi las razones para no hacerlo, así que me metí en el probador. Me fijé que mi amiga no me viera en forma disimulada, quizás aquella propuesta no fuera más que una excusa para verme desnuda, conociéndola estaba segura de ello, pero decidí darle el gusto, me desvestí completamente, me puse el sujetador y me senté en un taburete para ponerme las bragas abriendo las piernas hacia su ángulo de visión, sonreí al ver su cara de sorpresa al mirar mi sexo depilado. Al salir del probador en su cara se reflejaban las ganas de haber entrado para comerme entera.

Censurado Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora