MI DUEÑA

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Charlotte D'Aragon era la dueña de una empresa, la cual tenía una particularidad, era dirigida solo por mujeres. En el mundo de Charlotte, los hombres eran simplemente objetos desechables, los pocos que trabajaban ahí, eran usados para el trabajo pesado, otros para labores de aseo, y otros tantos para diversión de las mujeres, pero todos sin excepción estaban a los pies de la dueña.

Todas mañanas llegaban las 30 o 40 mujeres, por lo regular al momento de aplicar eran escogidas por un patrón... chicas jóvenes de bellos y esbeltos cuerpos, mirada altiva, piel morena o blancas, no había distinción en ese particular. Sus outfit eran de diseñador lujosos que las hacían lucir sus bellos cuerpos, todas usaban medias y zapatos de tacón alto, después de las 10: 00 AM lo que más se escucha en todos los pisos era el ruido de los tacones yendo y viniendo por todo el edificio y el aire se impregna de perfume femenino. Los hombres que llegaban eran por múltiples razones y eran llevados por alguna de las empleadas de la bella y exuberante, Charlotte D'Aragon, deseosos de ser sometidos en ese lugar contratados por la misma dueña, con previa explicación de que iban a trabajar, pero como sirvientes de ella, conforme van llegando los hombres se olvidan de su condición de ser hombres, algunos tienen la orden de vestirse como criaditas, otros deben de permanecer desnudos y en distintos lugares del edificio.

Todas las mañanas una decena de hombres permanecían desnudos y con sus traseros expuestos en el piso donde Charlotte tenía  su oficina, estos hombres estaban así para recibirla, mientras que una de sus secretarias la espera afuera del elevador con una carpeta y una fusta de cuero en la mano, cuando la mujer sale del elevador, después de saludar cordialmente a su secretaria, toma la fusta y le pregunta si están listos, su secretaria solo respondía «Si jefa» y sonriendo comenzaba a caminar hacia aquella fila de hombres sumisos y se detiene en el primero, ella mira sonriente aquel trasero depilado y sin decir más eleva el brazo y lo baja fuertemente impactando sobre los glúteos de aquel hombre, mientras fuertemente dice: —Buenos días, sumisos.

El hombre sabía que tenía que responder de la misma forma. Así qué después de recuperarse del tremendo azote, le da los buenos días, Charlotte complacida avanza hacia el siguiente y de la misma forma le da tremendo azote en las nalgas, y el sumiso responde igual que el anterior, —Buenos días ama Charlotte—  La dueña avanzando, a algunos les da solamente un solo azote a otros les daba dos o más, pero todos responde de la misma manera, hasta que llega a su oficina entra y cierra.

Como a las 11:00 AM la dueña había pedido un café, pero el sumiso que le fue a llevar el pedido lo derramó sobre su falda, la mujer vociferó una serie de palabras altisonantes sobre aquel hombre para después llamar a otras secretarias., rápidamente entran a la oficina cinco mujeres más preguntando que sucedida.

— Este imbécil ha derramado el café sobre mi falda. ¡Hay que castigarlo!

Una de las secretarías tomó la palabra. —Es obvio que el café estaba caliente y si es así el castigo debe ser igual. —dijo mirando al sumiso que estaba con su cabeza mirando al suelo. Las otras secretarias se reían y al unísono todas responden —¡Penetración! 

La dueña respondió —Preparen todo. Atenlo con determinación en el escritorio. Ya vengo.

Mientras tanto en la oficina las chicas sujetan al hombre y lo acuestan sobre el escritorio, sus brazos son extendidos y sus muñecas son esposadas a unos círculos metálicos que todos los escritorios tienen y sus piernas son separadas hasta quedar a la altura de las patas del escritorio y de igual forma son aprisionadas a estas, dejando al hombre completamente inmovilizado, para ese momento Charlotte, ya había regresado y estaba parada en la entrada de la oficina, mira alrededor y sonríe al ver que sus empleadas tienen todo listo.

—Me gusta chicas. Tan competentes como siempre. ¿Tiene todo listo? — preguntó.

—Si jefa. Solo esperamos que escojas el dildo con el que será penetrado.

Censurado Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora