LA DETECTIVE SULLIVAN (3/3)

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Pero final de esta historia dio pie a otra. Era sábado en la mañana y había ido a la Universidad a hacer un examen estaba muy emocionada porque lo había aprobado, iba caminando por el campus mientras me prometía festejar con una cerveza, llamaría a Julio, a. C.J y Lilian, pero el sonido de una corneta me sacó de mis pensamientos. Una Toyota MERU blanca se detuvo mientras caminaba era la teniente Sullivan, bellísima, sonriente, me invitó a subir. Pensé en inventar una excusa para alejarme, pero mi corazón empezó a latir aceleradamente que mis pasos no podían obedecer ninguna orden emanada de mi cerebro.

—He estado investigándola, jovencita— dijo muy sonriente.

—¡Ay! Dios y eso por qué. ¿Me va a arrestar? — Mi pregunta iba en serio.

—¡Umm! Todavía no lo sé. Podría también secuestrarte ¿Cómo estás de tiempo?

En sus ojos había una chispa semejante a la que noté cuando fue a despertarme en el refugio y esta vez una oleada de deseo me invadió al recordar ese cuerpo precioso envuelto en la transparencia de su camisón.

—Estoy libre hasta las 5:00 PM—dije mientras veía el reloj de mi celular. La camioneta se enfiló hacia una vertiginosa avenida, en realidad todo fue vertiginoso a partir de ese momento, llegamos a un bar y nos sentamos en un rinconcito apartado, ella pidió un licuado de manzanas y yo acepté un refresco.

—¡Escucha! No sé cómo empezar— dijo —el caso está solucionado, ni siquiera va a hacer falta tu testimonio, pero mantente atenta, nunca se sabe lo que son capaces de hacer los abogados, yo... quería disculparme contigo por todo lo que tuviste que pasar... ya tú sabes, nuestro trabajo a veces no es nada grato— decía al tiempo que sonreía y me tomaba de la mano y empecé a descontrolarme.

—¿Cómo vas en la Uni?

—Muy bien— logré decir.

—Te noto nerviosa. ¿Te pasa algo?

—No... en realidad no sé qué me pasa, quisiera irme si no le molesta. —Ella sonrió, aunque también se le notaban sus nervios.

Ya en su auto me explicó que debía pasar por su casa a buscar una carpeta —Es solo un momento, si quieres me esperas en el carro.

Pero el estacionamiento subterráneo del edificio era demasiado solitario y me dio miedo. Preferí acompañarla. Me pregunté una vez más de qué tenía miedo, «¿qué podría hacerme esta mujer?» Solamente me atraía como si estuviera... no... no puede ser... me dije... yo no...

Entramos a su departamento. Una sala no muy amplia pero decorada con exquisito buen gusto me hizo sentir en otro mundo. Una biblioteca cubría toda una pared, había un centro musical, un televisor pequeño, un sofá y una mesita ovalada de hierro forjado. Las paredes no tenían cuadros ni afiches, solo pequeñas repisas que sostenían estatuillas de ídolos de diferentes culturas, distinguí un cemí taíno y una reproducción de una venus paleolítica.

—¿Te puedo ofrecer algo de tomar?

—Si. Agua, por favor— Tenía la garganta seca. Cuando me la trajo mis manos temblaban tanto que al momento de agarrar el vaso volqué casi la mitad del contenido sobre el piso y sobre mi camiseta de algodón. Ella quiso abrazarme, pero me resistí, solo al principio... mientras mi mente se convertía en un campo azotado por una tempestad, sentí que los ojos profundos, bellísimos, de la detective me escudriñaban y se me aflojaron las piernas, caí literalmente en sus brazos y solo cuando sentí su primer beso creí empezar a despertar. Sentí como su lengua se abría camino, invadiendo mi boca que me anularon los pensamientos. Me colocó delicadamente sobre el pequeño sofá y comenzó a besarme el cuello. Yo repetía que no, no, pero no podía soltarla, sus brazos me envolvían, sus manos viajaron por todo mi cuerpo, cerré los ojos y supe, por el aire de su respiración sobre mi piel, que mi ropa me había abandonado. Se tendió a mi lado en el sofá, sin quitarse la tanga, y me acarició largamente mientras con toda la dulzura del mundo me decía que me deseaba, que yo le había entrado por los ojos desde que me vio, que apenas pudo contener sus ganas de visitar mi cama la noche en que dormimos en el refugio.

Censurado Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora