Censurado Vol.2

BÉSAME 🏳‍🌈

Estamos en el mes de julio y las vacaciones escolares ya estaban entre nosotros, muchas actividades recreacionales se abren en esta época del año para el disfrute infantil, pero a mi hijo y a mi, nos gustaba ir al club dónde Roberto había comprado acciones desde que llegamos a vivir a la costa del país. Estoy casada desde hace 10 años con un Militar de la Armada, concebimos un bello niño que ahora tiene 5 años, su nombre es Alonso y prácticamente él (niño) y yo vivimos en esta casa solos, ya que Roberto se la pasa viajando.

Una mañana del sábado, decidí ir al club, entonces metí un par de toallas en el bolso, una botella de agua, proyector solar, ropa y un libro, ese interminable y fiel amigo que me acompaña a todas partes, también un par de juguetes para el niño. Por mi parte me puse un bikini, una preciosa tela estampada en tonos fucsias y rosas que me sentaba de maravilla. El sostén realzaba todo mi generoso busto, y la tanga de talle bajo favorecía mi trasero, luego me coloqué una túnica a juego semi transparente, cogí a mi pequeño de la mano y me dispuse a pasar el día en la piscina.

—Nos vamos Alonso- le doy un llamado de atención desde mi habitación a la suya, él sale de su habitación y toma mi mano para bajar las escaleras.

—¿Llevas todo lo que vas a usar? —le pregunté, el asentó así que seguimos a la puerta de salida. Mientras abría la puerta, Alonso detuvo el paso y me dijo, —Ya va, mami... ¿Puedo llevar la pelota de spiderman? - el solo escuchar su ronca voz tierna me hace sonreír.

—¡Claro! Mi amor. Búscala, pero has de recordar traerla de nuevo y no te olvides de los fletadores—En menos de un minuto se me planta delante con su carita de felicidad y diciendo

—Ya está, mami.

Soy de la ciudad capital, pero por compromisos laborales de mi marido he tenido que mudarme varias veces y honestamente ya me estoy cansando, porque nunca puedo hacer nido en ninguna parte, Puerto Cabello, es donde he durado más. Aquí vivimos en una zona residencial solo para los militares, no hay muchas familias en los alrededores, contamos con todos los suministros que una familia pueda necesitar. Roberto es un militar, un buen hombre, pero de recias costumbres y modos austeros. Nuestra casa es muy bonita, pero está dentro del recinto militar y rodeada de alambre de espino y vigilancia constante, no tengo mucho trato con los vecinos, cada quien está en sus cosas, vivo un anto aislada en ese aspecto, aunque he hecho una que otra par de amistades

De camino al club, tengo que decir que nos fuimos caminando porque no vale la pena sacar el carro para ir ya que queda muy cerca, escucho una corneta y veo que es el carro de mi amiga Valeria parar a mi lado.

—¡Hola! Suban, los acerco al Club.

Valeria es una buena amiga y vecina que conocí en el sector donde vivo...Es viuda y sin hijos, pero quiere mucho al mío; en más de una ocasión, cuando la he necesitado se ha ofrecido a cuidar de Alonso y el niño la adora.

—¡Vale!— le grita el niño con un gran entusiasmo. —Si, si. Yo quiero ir en el carro de Vale.

—Además, así me quedo un rato con ustedes y me doy un chapuzón— dijo. Así que aceptamos y nos subimos al carro.

Valeria es una mujer muy bonita, estará por alrededor de los 34 o 35 años, yo seré un poco mayor ella y desde hace 5 años es viuda; su marido lamentable murió en un accidente de auto con solo año y medio de casados. Por lo que se comenta no se le ha vuelto a ver con un hombre e incluso la gente chismosa dicen que le gustan las mujeres aun que nunca se le viera con ninguna en actitud cariñosa! Pero yo no lo creo...y desde luego, nunca me ha dado muestras de nada. Además, y si así fuera, bien poco me importa. Cada cual es libre de elegir lo que le guste o con quién acostarse. ¿No?

Ella y yo nos llevamos bien, es divertida, jovial, extrovertida y muy buena gente. Siempre dispuesta a ayudar a todo el que lo necesite. Tiene unos ojos azules impresionantes, un cabello liso muy oscuro, unos labios preciosos y una figura envidiable, senos pequeños y un trasero pequeño paradito...en conjunto es una hermosa mujer. Había nacido en esta parte del país y en una oportunidad me dijo que le habría gustado salir de aquí, vivir en la capital y tener otro estilo de vida, pensando es de verdad ella era para vivir en la gran ciudad. Nos acompañamos mutuamente y es una amiga inmejorable y una confidente estupenda.