LÍNEA CALIENTE🏳‍🌈

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Estaba cursando mi 2do año de Comunicación Social, por lo pronto mi meta era graduarme y llegar a ser unas de las mejores periodistas, me gustaba la investigación. En esa época tendría 23 años y los estudios iban muy bien. Aquel comienzo del nuevo año académico me tocó una profesora en Periodismo de Investigación, su nombre era Olivia Estévez, una mujer joven que escasamente llegaba a los 35 años de edad, esa profesora era la protagonista de muchos sueños húmedos de la mayoría de sus alumnos. Era exageradamente hermosa, tenía un cuerpo de esos que tanto gusta a todos los hombres, con curvas y relleno.

Desde principio de año ella y yo conectamos muy bien; es más, tenía la sensación de que me prestaba más atención de la que merecía, de modo que cuando me llamó a su despacho no sentí el más mínimo desasosiego.

-¡Hola! Laura. Siéntate por favor.

Olivia me recibió con mucha amabilidad y eso me hizo sentir muy cómoda. Esta tarde estaba realmente linda, llevaba el cabello recogido con una cola de caballo, vestía un traje de sastre moderno azul marino, el detalle de la manga recogida llamaba mi atención y dentro una blusa blanca con un escote bellísimo que dejaba ver el nacimiento de sus senos, no demasiado grandes.

-Bueno. Te he llamado porque quería hablar contigo. He visto cuanta pasión tienes por tu carrera y eso ha hecho que ponga mi atención en ti más que en cualquiera de tus compañeros. Me gustan mucho tus redacciones, tu forma de escribir, pero me gustaría que hicieras algún trabajo especial para poder evaluarte mejor.

-Ok. Usted me dirá qué quiere que haga- respondí con expectativa.

-Algo más personal, Laura. Algo que salga de tu ser, que trasmita tus sentimientos.

-Ok. Pero no estaría entendiendo qué tiene que ver eso con el Periodismo de Investigación.

-Es cierto, pero quiero que abras la mente, que escribas de tus experiencias, quiero que vivas a través de la escritura. Estas en el 2do año, aprovéchalos para explorar.

-Disculpe. Pero sigo sin entender.

Ella se removió en su silla y se levantó y se sentó a mi lado. Mi corazón comenzó a latir aceleradamente, pero trataba de controlar mis gestos.

-Dime una cosa. ¿Tienes novio?

-No- respondí tajantemente.

-Ok. Pero sales con alguien, me imagino.

-No tengo a nadie en especial.

-Pero habrás tenido alguna experiencia en algún momento.

Guarde silencio, porque no entendía muy bien aquellas preguntas. Hasta que ella cambio de parecer y dijo: -Disculpa. Quizás me esté metiendo en donde no me llaman, solo trato de... -no deje que terminará la frase.

-Tranquila no importa- dije con una sonrisa -Me parece interesante lo que me propones, pero, aunque cueste creerlo no tengo mucha experiencia con chicos...ni mucho menos con chicas - añadí para evitar falsas interpretaciones.

-Ya... Se me hace raro, porque eres realmente linda, normalmente una chica como tú y a tu edad ya ha tenido experiencias.

La conversación empezó a resultarme interesante.

-Pero tampoco creas que soy una monja o algo así. Cuando digo que tengo poca experiencia me refiero a que aún no me he acostado con nadie, pero sí que he hecho otras cosas.

-Entiendo. ¡Ves! A eso me refiero. ¿Serias capaz de escribir sobre esas sensaciones? - preguntó.

-Quieres decir, ¿qué siento cuando un chico me toca o yo lo toco a él?

Censurado Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora