Nadie!

Parte 7: ¿En dónde estamos?

-Ya es de día, despierta- me dijo cariñosamente, algo raro en él. -Aléjate de mí- le dije.

- ¿Tienes hambre?

- ¿Desde cuándo te importo yo? - le dije

-No, me importas, tienes razón, pero encontré algo de comida, hay esta por si quieres-

Veo como se aleja lentamente, y si consiguió algo para comer, ni idea de cómo, porque el tren está en movimiento, me asegure que estuviera bien lo que me dio, y no dañado. Por suerte estaba bien, comí con muchas ganas y caí en cuenta que no había comido en un día entero.

Así que como es debido comí como nunca en la vida.

-¿Te ha gustado verdad?, reía irónicamente Matthew

-Sí- le dije muy seco

-Oh que bien, pero la niña se ha decidido a hablarme- dijo mientras se reía, al parecer hoy está de buen humor, pero yo no estoy para bromas. -Solo cállate- dije

-Bueno prepárate para saltar-

-¿Saltar?-

-Sí, saltar, en quince minutos llegamos-

-¿Y a donde se supone que vamos a llegar?, dime si es que se puede saber -

-Bueno te voy a enseñar algo o más bien alguien que tiene mucho que ver con la carta que encontraste- okay esto si me interesa.

- ¿Cómo que alguien? -

-Ya veras, paciencia- dijo rodando los ojos

-¿Y cómo siguen tus muñecas? -

-¿Y por qué ese repentino interés tuyo? – le dije mientras me acercaba a el

-Solo quiero saber, porque eres así tan fría ese carácter de hablar así de seco es algo un poco nuevo en ti-

-Soy así porque quiero, tienes algún problema- que le pasa hoy porque le intereso tanto ahora

-Bueno, ya estamos llegando será mejor que te prepares-

Me asome por la enorme puerta que había en el vagón, y logre ver que estábamos en una especie de bosque, pero ya casi al final, porque casi a lado de ellos había un edificio que tenía aspecto de estar abandonado.

Lo vi saltar del vagón, debía hacer lo mismo para bajar de ahí porque si me quedaba sabía que nunca bajaría. Así que salte. Y caí por encima de rocas, que me lastimaron muy fuerte las piernas y mis manos.

-¿Estas bien?, me dijo. Camine mientras ignoraba su pregunta, ¿que como estoy?, que clase de pregunta es esa. Nos escondimos por detrás de una pared enorme de concreto

-Harás lo que te diga- dijo mirándome fijo a los ojos

-Y sino quiero, que con ello- le dije retándolo -Resígnate a obtener respuestas, que quizás si tenemos suerte te puedo dar-

-¿Tu? – le dije mientras reía, problemas eso me has dado.

-No hay tiempo para respuestas espera aquí, no te muevas, yo vengo por ti-

Y antes de que pudiera responderle algo, él ya se había ido

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-Encontró lo que le dejamos-

-Sí, señor-

-Y te deshiciste de ella-

-Por supuesto-

-Muy bien, sabes que tendrás lo que me pediste, confió en ti-

-Señor, traje a mi compañera, que me ayudara a buscar lo que esconden esta gente-

-Muy bien, siempre has sido así con todos-

-Señor, esto solo es trabajo-

-Si lo sé. ¿Y dónde está la chica?-

-Afuera señor-

-Bueno que esperas tráela ya sabes que hacer-

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-¿Por qué te tardaste tanto, dónde estabas? - le dije

-Haciendo algo-

-¿Algo como qué? – al parecer la única forma de hablar con él es sacándole las respuestas

-Algo dije- dijo recalcando cada palabra al hablar

-¿Y ahora qué?-

-Ven conmigo- confió en el o no confió en el, llevo casi un día con él y lo único que he conseguido son golpes y nada de respuestas.

Caminamos por un largo pasillo que tenía muchas puertas, el camino era largo, el caminaba muy rápido, intentaba llevarle el paso, pero al caer del tren, sentí como si mi pierna se hubiera doblado por completo, no grite por que el maldito este estaba ahí, así que me trague el dolor para dentro. -Caminas lento, mueve las piernas Jannie-

-Idiota, eso es lo que eres, un idiota y desalmado, te odio, no sé por qué estoy contigo, ni por qué te hice caso ojalá nuca en la vida te hubiese encontrado, eres lo peor que me ha pasado después de lo de mis padres, no sabes todo el odio...-

-Cállate, y escúchame, sé que me odias no necesito que me lo digas, pero ahora dime te importa saber por qué mataron a tus padres y por qué te quieren matar a ti- dijo tomándome fuerte del brazo, -Suéltame maldito- le dije mientras intentaba soltarme de él. -Cállate, bonita, cállate y deja de gritar, ¿Quieres hablar mal, bueno hablaremos mal?, y dime que es lo que te pasa- dijo mientras se agarraba la cabeza.

-Tú, y tu llegada es lo que me pasa- ya no puedo más estoy desesperada, ya no soporto más la tensión de todo esto y él no puede seguirme escondiendo cosas si quiere que confié en él.

-Bueno confórmate y entra en esa puerta, y desde ya te digo habla y tu sola cavas tu propia tumba, haz lo que te digo te conviene, no digas nada y déjame hablar a mi

El entro primero y pude ver que donde entramos había una cierta cantidad considerable de personas, -Señor, ella es mi compañera- ¿Compañera dije en mi mente?, mientras él seguía hablando, -Ella me ayudara a buscar lo que escondían, estos malditos científicos a los que matamos - ¿los que mataron?, el noto como me iba alterando para decir algo, así cuando él dijo que me callara, yo estaba a punto de decir algo cuando el lanzo una mirada fulminante hacia mí, con lo cual me calle pero por dentro de mi tenía mucho que decir. Ese imbécil me está mintiendo en algo, lo sé.

-Muy bien, Matthew puedes empezar-

-Sí señor, ahora mismo- dijo Matthew muy seguro, -Pueden retirarse-

Salimos de la habitación en donde nos encontrábamos y apenas vi que el cerró la puerta, le grite de una vez, -¿Qué es lo que me escondes?, dime ya, como piensas que confié en ti si no me dices lo que pasa –

-Vamos de nuevo con lo mismo- dijo mientras se acercaba ligeramente hacia mí y puso su mano en mi barbilla, como para que lo mirara a los ojos, -Escúchame atentamente lo que te voy a decir, tú te callas y me haces caso, que no entiendes que te pueden matar, no sabes con quien y con que estas tratando, no tienes ni idea. Así que haz lo que te conviene. -

-Y dime algo, según tú ¿Que me conviene?, porque si tú crees que lo sabes todo dímelo ya- le dije mientras me reía sarcásticamente -ah crees que lo sabes todo, pero no es así Matthew. No sabes nada, Nada. Y aléjate de mí de una buena vez. -

Me soltó de mis brazos y miro hacia atrás -Crees que no se nada. ¿Verdad?, eso es lo que crees cierto, bueno entérate Jannie, no todo gira entorno a ti. No tengo todas las respuestas a todo lo que quiero saber cómo tú, a mí nadie me ayudo, nadie estuve más solo que tu agradece que me tienes a mí. Agradéceme y deja de quejarte de todo lo que hago porque yo sé por qué lo hago. -

Un silencio se apropió de todo el lugar, el siguió caminando y note que no estaba bien, igual ni yo tampoco, la verdad quisiera saber qué le pasa, no lo conozco en nada, pero sé que algo tiene puede que no me lo quiera decir, pero si sea cierto Matthew esconde algo y yo lo voy a averiguar.