Parte 23: ¡Sorpresa!

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-Enserio ya dime que me quieres mostrar Matt- dije dando le una sonrisa para convencerlo. Yo estaba de espalda y el coloco una venda en mis ojos y cuando la amarro como para que no se soltara y con toda la delicadeza del mundo tomo mis manos desde atrás y dijo susurrando a mi oído - ¿Confías en mí? -

-Claro que confió en ti Matt- le dije esbozando una sonrisa, -Entonces solo camina y déjate llevar por mi voz, no te caerás estaré detrás de ti- decía mientras tomaba mis manos y las acariciaba con delicadeza.

El trayecto era un poco largo, hacia un poco de frío, pero de pronto el ambiente se sentía acogedor y una calidez empezaba a recorrer todo mi cuerpo, había un tenue olor a vainilla que impregnaba todo el lugar. Subimos las escaleras y el olor aún seguía, pero era muy agradable. En realidad, no imaginaba en donde estábamos, Matt me quito las vendas de los ojos y pude ver todo con más claridad, estábamos dentro de la cabaña, el ambiente era cálido, pero a la vez estable, empecé a recorrer todo el lugar tocando cada mueble u objeto que se encontrara hay. Matt solo me veía recostado del marco de la puerta y dijo con curiosidad - ¿Por qué tocas todo como si nunca hubieras visto algo así?

-Es que nunca he visto algo como esto- dije mientras seguía recorriendo la habitación.

Cuando de pronto vi algo que me llamo la atención, era una pequeña cadena de oro y tenía en ella pequeños diseños de estrellas. Mire la cadena embelesada con tal hermosura, Matt se me acerco y empezó a acariciar mi cabello, cuando de pronto empezó a besar mi cuello hasta intentar besarme de nuevo. Yo solo veía la cadena con gran fascinación. -Sabes te la iba a dar hoy mismo aquí pero pensé que era mejor que tú la encontraras- dijo mientras pasaba sus manos lentamente por su cabello. -Creo que ella me encontró a mí- dije con gran emoción.

- ¡Y no te la piensas poner! - dijo Matt mientras me abrasaba por la cintura. -No me la voy a poner hasta que me des un beso- dije riéndome. -Chantajista- me respondió con una divertida sonrisa en su rostro. Y luego de eso me miro a los ojos y me dio una cálida sonrisa, y me dio un beso, de esos que cuando suceden parece que no hubiera más nadie en el mundo que nosotros dos.

***

Ya es un nuevo día y estoy más radiante que nunca, Matt aún está dormido así que me levanto con cuidado y bajo las escaleras para ir a la cocina, a ver si hay alguna taza para tomar algo. A medida que las bajo, voy admirando todo, en verdad en un lindo lugar todo se ve tan acogedor, recorro los cuartos para verlos, todos son muy hermosos, ya empieza a hacer frío, cuando de pronto veo una habitación que me llama la atención tiene una repisa con muchos cuadros con fotos, hay solo habían de una mujer muy hermosa con un niño muy lindo, estaban en distintos lugares, pero la que más me gusto es una en la que están en el coliseo romano que está al fondo de la foto en esa el niño le daba a la mujer un beso en la mejilla, cuando de pronto escucho a Matt que me dice -¿Qué es lo que tienes en las manos?- dijo mientras me abrasaba -Solo estaba viendo-

-Es que no dejo que nadie entre aquí, es especial este lugar, pero tú también lo eres así que puedes estar aquí, ella era mi madre y ese niño soy yo, mi madre y yo viajábamos para todos lados, pienso que, tratando de huir de todos, la amo tanto, aún recuerdo ese día hacía un poco de calor, y ella siempre estaba hay conmigo- dijo Matt con tristeza en sus ojos. - ¿La extrañas?, ¿verdad? -

-Sí, mucho- dijo con tristeza. Coloque el cuadro en la repisa y puse mis manos en su rostro y con mi dedo pulgar acariciaba su mejilla mientras él me tomaba de las manos también y le dije -Yo sé que tu madre te cuida desde donde sea que este, ella te ama, no logro imaginar cuanto te ama, yo también te amo y siempre estaré contigo, sabes que me puedes contar todo, me cuidaste y me protegiste por mucho tiempo a mí, cuando sabías las consecuencias de eso, seguiste hay a mi lado me enamore de ti como nunca en la vida, te prometo que no te voy dejar nunca siempre voy a estar a tu lado... ¿Lo sabes, verdad?-

-Sí, lo sé- dijo mientras me daba una cálida sonrisa -pero esta helando tienes las manos muy frías, ven te pondré esta sabana para darte calor- dijo mientras me llevaba a la sala de estar. - ¿Quieres algo de tomar? - grito Matt desde la cocina. - ¡Sí! - dije.

Matt llego a la sala de estar con dos tazas de té, -Toma sé que es tu favorito de manzanilla-,

-Gracias- le dije esbozando una cálida sonrisa. Tome un sorbo me quede mirando la nieve que caía por la ventana por un rato - ¿Qué te pasa? -

-Nada- dije suavemente. Matt se acercó a mí y coloco su mano a mi alrededor y yo me recosté en su hombro y el me susurro al oído -Vamos dime que te pasa- Tomo la taza y la coloco en la mesa del centro y me tomo de las manos y me miro como para que yo hablara -Es que no se si quiero seguir aquí, no quiero buscar respuestas, quiero olvidarme de todo lo malo y huir de aquí contigo Matt, sé que mis padres murieron, pero ellos querían que yo tuviera una vida normal, y eso quiero ahora- dije algo cabizbaja. -Bueno vámonos ya, hoy mismo al medio día, donde tú quieras-

-No, no creo que se pueda- dije con sorpresa al escuchar lo que me dijo. -Sí, sí se puede. Dime dónde quieres ir y vamos-

-Al lugar de la foto- dije casi en un tono muy bajo. - ¿A Italia? - dijo él.

-No. No me hagas caso es una locura-

-No. No lo es. Y te lo vuelvo a preguntar ¿quieres ir a Italia? -

-Si- dije casi segura de mi misma. -Bueno ya esta nos vamos ya hoy mismo al medio día-

- ¿Enserio? - dije con sorpresa, -Sí. Cuando te he mentido-.

Mis ojos se iluminaron y mi rostro estaba radiante de felicidad que solo lo abrace tan fuerte que el cayo de espalda al sofá y yo arriba de el -No me tientes- dijo Matt riéndose. -No te estoy tentando a nada, solo que estoy emocionada no creí que algo así me pasaría- dije dándoles un pequeño golpe en el pecho. -Bueno es algo que nos está pasando a ambos y lo vamos a vivir los dos juntos- dijo dándome un beso en la frente.

Nadie!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora