Capítulo 3.-Seduciendo a un Lan

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Wanyin no estaba seguro si había hablado de más al decir que conseguiría algo con alguno de los Lan, pero ya que no podía echarse para atrás decidió seguirle el juego a Huaisang.

Afortunadamente los Lan celebraron una fiesta dos semanas después de su plática y aunque ambos preferían pasar de largo esos eventos, decidieron que ese sería el momento perfecto para acercarse.

Jiang Cheng ni siquiera mencionó a sus padres que tenía pensado asistir, simplemente se presentaría como acompañante de Huaisang y por el resto de la noche intentaría evitar a su familia. Sabía que se enterarían tarde o temprano, pero mientras pudiera alejarse de ellos en esa ocasión todo estaría bien.

A-Sang trató de mostrarle técnicas de seducción, frases tontas que los omegas dirían e incluso lo ayudó a buscar un bonito atuendo. Todo aquello casi lo hace arrepentirse de haber aceptado ir, pero al saber que su valiosísima palabra estaba en juego decidió aceptar sus consejos, los cuales eran tantos que estuvo seguro no usaría ni la mitad.

Y Huaisang no pudo culparlo por no ponerlos en práctica, pues en cuanto llegaron al lugar siendo dos omegas jóvenes y atractivos, los alfas rápidamente comenzaron a rodearlos, o mejor dicho a Huaisang, pues a Wanyin lo evitaban como a la peste.

Eso lo molesto, ya que a pesar de que sentía sus miradas curiosas e inevitablemente los veía olfatear el aire a su alrededor ninguno se acercó. Jiang Cheng se sintió mal por aquello, así que para no seguir en esa incómoda situación se separó de su amigo para buscar a los alfas que realmente habían ido a buscar.

Mientras caminaba y se cruzaba con decenas de alfas y omegas ataviados para la ocasión, A-Cheng recordó porque no le gustaban aquellos lugares, todo ahí gritaba opulencia y presunción. Los que estaban casados iban para alardear y cotillear sobre los demás, mientras que los solteros parecían estar en exhibición. Sus exagerados ademanes, risas coquetas y evidentes aromas dejaban más que claro que estaban buscando pareja.

Y Jiang Cheng se sintió enfermo al sentir tantos aromas juntos, pues a pesar de que debían ser recatados y no exponer sus esencias para que cualquiera pudiera deleitarse de esta, todos parecían que estaban vendiendo frutas y querían que cualquiera que pasase pudiera probarla.

Así que completamente incómodo y esperando que esos olores no se hubieran adherido a él, Jiang Cheng finalmente encontró a los alfas que buscaba.

Uno sonreía encantadoramente y el otro simplemente miraba a todos como si quiera desaparecerlos. Eso le dio una clara idea de a quién sería mejor acercarse, así que caminó a unos cuantos metros de ellos y tal como le había dicho Huaisang hizo contacto visual, sonrió levemente y después los ignoró por completo para ir directo a la barra.

Jiang Cheng pudo sentir una que otra mirada sobre su nuca, pero simplemente pidió un trago y se quedó ahí unos minutos. Esperó a que su amigo llegara, pero eso no ocurrió y al recordar que como A-Sang había dicho: "El juego de la seducción es un constante tira y afloja", supo que debía atraer nuevamente la atención de los Lan.

Así que lentamente se giró para mirarlos y notó que el alfa de amplia sonrisa lo observaba, A-Cheng lo saludó alzando su copa y a cambio recibió el mismo gesto. Estuvo a punto de pararse y acercarse un poco cuando para su horrible realización se sintió abrumado.

Dejó la copa en la barra y al darse cuenta de lo que le sucedía se maldijo. Había estado tan centrado en esa estúpida fiesta y en la manera de acercarse a esos alfas que olvidó la fecha de su celo. Y eso, sumado a la sugerencia de su amigo de no llevar más que lo necesario, ocasionó que no llevará consigo supresores.

Y no ayudaba el hecho de que se encontrara rodeado de alfas y sus penetrantes olores. Los cuales con toda seguridad eran los causantes de su celo adelantado.

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