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Capítulo 20.- Shopping

Después del fallido atentado de Xuanyu contra su persona, A-Cheng quiso venganza. Estaba harto del tipo y aunque deseaba deshacerse de él, había solo una cosa que lo detenía, Lan Wangji. Se suponía que estaban en buenos términos y sinceramente no quería que eso cambiara, su pequeño todavía necesitaba sus feromonas e inevitablemente eso lo orilló a mantener la calma.

Aun así deseaba fastidiarlo y sabía perfectamente que el alfa era su punto débil. Sin embargo no tuvo la oportunidad de hacer nada, ya que para su alivio y extrañeza, Wangji dejó de invitar al Mo a casa.

Había ocasiones en que el chico se presentaba inesperadamente como siempre, pero el Lan no tardaba en llevarlo a otro sitio y de eso también fue consciente Xuanyu. El cual fastidiado por no permitírsele estar en el departamento le reclamó al alfa, consiguiendo únicamente iniciar una pelea con él.

Su distanciamiento fue evidente para Wanyin, pues Wangji regresaba a casa más temprano de lo usual y dejó de portar el insoportable aroma a avellanas del chico. Eso animó tanto a Jiang Cheng e hizo a su omega sentirse tan orgulloso, que simplemente decidió relajarse y dejar a Xuanyu para después.

Lo que no podía esperar y también fue importante mencionar para Lan Xichen, fue que A-Cheng necesitaba prepararse para el nacimiento de su hijo.

—Miren lo que encontré— mencionó Xichen emocionado en cuanto terminaron de comer.

Wangji solo le dio una mirada a lo que su hermano le mostraba y continúo tecleando en su portátil. Jiang Cheng por otro lado solo encendió el lavavajillas y con algo de curiosidad se acercó a su cuñado para ver de lo que hablaba.

—Esto es lindo A-Cheng, ¿No te gusta para mi sobrino?—preguntó el alfa extendiéndole su móvil y mostrándole una bonita mecedora.

—Oh, sí. Es hermoso, pero no puedo comprarla—sentenció A-Cheng sentándose al lado del Lan y encogiéndose de hombros.

—¿Por qué no?— interrogó Xichen confundido. Apenas iba a mencionar que necesitaría amueblar el cuarto del bebé cuando Wanyin suspiró y simplemente respondió.

—Es muy cara.

—¿No tienes dinero?—rápidamente Wangji se coló a la conversación y cuestionó al Jiang sorprendido—Creí que tus padres seguían dándote una mensualidad.

—¿Por qué seguirían manteniéndome? Se supone que ahora estoy casado—dijo con tristeza.

Xichen miró a su hermano sin poder creer que ni siquiera se hubiera tomado la molestia de investigar si A-Cheng tenía dinero o le faltaba algo. Negó con la cabeza decepcionado y mencionó.

—Lo comprare para mi sobrino. Y si necesitas algo...

Wangji notó como su hermano sacaba su cartera, pero antes de que tomara lo que obviamente era su tarjeta de crédito lo detuvo.

—No es necesario— A-Zhan tomó de su cartera la tarjeta que había solicitado para los gastos de Wanyin y se la entregó—Quédatela y compra todo lo que necesites.

Jiang Cheng quedó estupefacto al recibir ese pequeño plástico, pero agradeciendo la buena voluntad del Lan y aprovechando que sus pantalones ya no le cerraban, se presentó frente a Huaisang al otro día y con una sonrisa divertida declaró.

—Levántate, nos vamos de compras—dijo mostrándole dos tarjetas. Una era la que sus padres le habían dado y la otra era la que el Lan le había proporcionado recientemente.

—¿En dónde conseguiste esta?—preguntó A-Sang señalando la nueva.

—Ya sabes, beneficios de tener un bollo en el horno.—replicó A-Cheng con suficiencia antes de tomar a su amigo y dirigirse al centro comercial.