Capítulo 34.- Hablemos

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El celo de Wanyin solo duró un par de días, y en todo ese tiempo A-Zhan no se despegó de su lado por más de cinco minutos. Estuvo atento a cada una de sus necesidades e incluso suprimió las suyas para cuidarlo, ya que después de su primer encuentro notó que las feromonas de A-Cheng estaban adelantando su celo.

Eso no debía ocurrir, así que pese a desear que su instinto se hiciera cargo y simplemente unirse a Jiang Cheng en su acalorado estado, no lo hizo, tomó sus supresores y para su alivio funcionaron.

Adormecieron sus instintos alfa y le permitieron cuidar al omega apropiadamente. Pudo satisfacerlo sexualmente sin lastimarlo y tenía la sensatez para alejarse de él en busca de comida. Lo cual el omega solo le permitía cuando se encontraba dormido, de otra manera simplemente no lo dejaba salir de la habitación.

Ese lado erótico y cariñoso de A-Cheng lo tenía comiendo de su mano, pues la única vez que lo había visto en celo fue cuando se conocieron y por obvias razones no pudo disfrutar esa ocasión. No obstante, ahora que compartían un vínculo y tenían tiempo de convivencia, estar juntos se sentía correcto.

No pensaba en nada más que estar a su lado, e incluso el simple hecho de salir de la habitación y recibir los pedidos lo irritaba. Algo que no hacía más que empeorar cuando el alfa o beta que entregaba su comida olfateaba el aroma que inundaba su casa, pues por sus expresiones era más que obvio que les encantaba lo que olían.

Así que su lado territorial surgía y después de darles una propina, más un gruñido de advertencia les cerraba la puerta en la cara.

Y justo el último día del celo de A-Cheng, alguien tocó a la puerta. Lan Wangji fastidiado y sin querer que el timbre despertara a Jiang Cheng se apresuró a abrir, para su sorpresa no era un repartidor sino Nie Huaisang que inmediatamente balbuceó.

—H-hola Wangji ¿Puedo ver a Jiang Chen...

Su tono nervioso y posterior mirada sorprendida cuando notó el denso aroma de su amigo impregnado en el Lan lo hicieron callar al instante.

A-Zhan cerró discretamente el cuello de su bata, haciendo más que evidente las marcas apasionadas que su omega le había dejado, y sin realmente estar avergonzado respondió.

—No puede verte en este momento—dijo seriamente, deseaba que el Nie se marchara, pero correrlo solo enfadaría a Wanyin, por ello simplemente usó su llamado para despertarlo

"Hey, A-Cheng...Baoibe, contesta" susurró como había aprendido le gustaba al chico. "Estoy abajo y..."

Sabía que debía mencionar que Huaisang estaba en la puerta, sin embargo vaciló momentáneamente y eso fue suficiente para que A-Cheng contestara.

"¿Qué haces allá?" "Ven aquí" su tono adormilado y berrinchudo lo hizo feliz. Aunque lo que realmente lo llenó de satisfacción fue cuando tanto Huaisang como él escucharon la voz de Jiang Cheng.

—¡A-Zhann!— gritó dulcemente desde la habitación—¡Sube!¡ A-Zhan... apresúrate! Sino vienes bajare por ti.

Wangji no deseaba eso, así que sin mucho tacto y sabiendo que Huaisang había notado el celo de su amigo espetó.

—Debo cuidar a Wanyin, le diré que te llame después.

Sin más cerró la puerta y se frotó la nariz. Nie Huaisang apestaba a un alfa en celo y sabía perfectamente porque el aroma le resultaba desagradable e indiscutiblemente una amenaza. No obstante, decidió ignorar el tema y subir las escaleras para satisfacer a Jiang Cheng.

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En cuanto la lucidez y normalidad volvió a Wanyin, Lan Zhan lo notó intranquilo. Así que tratando de evitar la conversación por el momento, le dio un baño, lo vistió y lo llevó de regresó a la cama.

𝙱𝚘𝚞𝚗𝚍 𝚝𝚘 𝚢𝚘𝚞 💎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora