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Capítulo 22.- Cuidados

En cuanto Xichen se marchó, Jiang Cheng apartó la mano de Wangji de su muñeca y trató de bajarle la temperatura. Las compresas ayudaron un poco, pero el ambiente ahí era tan bochornoso y húmedo, que pronto Wanyin también se encontró sudando.

La fiebre del Lan menguó, pero conforme la claridad y vitalidad volvían a su cuerpo, también lo hizo su lujuria. A-Cheng solo se había encargado de tranquilizarlo usando sus feromonas, pero conforme refrescaba el cuerpo del Lan pudo escuchar como este comenzaba a reaccionar bajo su toque.

Los gemidos y jadeos que profería cada vez que sus dedos rozaban su piel comenzaron a tener efecto en él, sus mejillas se sonrojaron, su respiración se aceleró, pero lo que rompió su calma fue el efecto de sus feromonas combinadas y el fuerte olor almizclado de los fluidos de su alfa.

Jiang Cheng sintió su deseo crecer, su omega quería desvestirse y darle a su necesitado alfa lo que deseaba, sin embargo su lado racional no estaba seguro de que hacer, así que solo siguió cambiando los paños mientras cerraba sus piernas con fuerza.

El calor era agobiante, su cuerpo estaba reaccionando al celo de Wangji y podía sentir como la humedad entre sus piernas solo se hacía más grande.

Quería aplacar el dolor y despejar su mente, intentó salir de la habitación para refrescarse y cambiar las compresas, pero la oscura mirada de su alfa lo hipnotizó y su voz solo lo sedujo más.

—Hueles tan bien A-Cheng... Desde aquí puedo oler lo mojado que estas. Sube a la cama te haré sentir bien.

Wanyin cerró aún más fuerte sus piernas, pero su acción solo hizo soltar a Wangji una carcajada. Sabía que el Lan no estaba lúcido en ese momento, así que intentó apartarse, no obstante el jadeo adolorido del alfa lo hizo botar a un lado los paños y recostarse a su lado.

A-Zhan soltó un extraño sonido de satisfacción y de inmediato trató de reincorporarse para acorralar a Wanyin en la cama, sus manos intentaron desvestirlo, pero Jiang Cheng fue más rápido e intentó tomar el control de la situación.

Colocó la mano sobre su pecho para alejarlo, sabía que Wangji en ese momento era todo instinto y deseo, por eso antes de que hiciera el primer movimiento lo miró a los ojos y con el tono más empalagoso que pudo susurró.

—Alfa, déjame cuidarte. Relájate y te ayudare.—sin dudarlo liberó su aroma intentando tranquilizarlo, se acercó lentamente para depositar un beso en sus labios y al no recibir una negativa comenzó a acariciar el amplio pecho del Lan hasta llegar a su prominente erección.—Así está bien, confía en este omega.

Acarició sobre la ropa el bien dotado miembro de su alfa y a pesar de las prendas que lo aprisionaban pudo apreciar su calor, con cada toque fue sintiendo como el líquido preseminal iba filtrándose hasta cubrir su palma, y eso, sumado a los gemidos de placer del Lan le hicieron saber que estaba disfrutando de sus caricias.

La simple acción de manosear a Lan Zhan lo estaba calentando, por eso no se quejó cuando Wangji lo apegó más a su cuerpo y comenzó a reclamar sus labios. De hecho le gustó la brusquedad con la que metió la lengua en su boca y comenzó a recorrer su interior, ese beso era tan demandante e indecente que Jiang Cheng tardó en acoplarse a su ritmo, pero cuando por fin lo logró dejó su toque superficial al miembro de Wangji y de inmediato metió la mano en su pantalones para masturbarlo.

Lo jadeos del Lan quedaron atrapados en su boca y entusiasmado por los estremecimientos que eso le producía comenzó a bombear más rápido su miembro.

Wangji estaba en las nubes, amaba el tacto suave y firme de esa pequeña mano, asimismo ansiaba la calidez y dulzura de esa boca, pero a pesar de que estaba a punto de correrse no quiso hacerlo así. Quería que ese bello omega entre sus brazos también lo hiciera, así que gentilmente apartó su mano e interrumpió su beso antes de comenzar a retirar los pantalones de Wanyin.