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—Y bueno, le conté mis desconfianzas y él me dijo que sentía absolutamente lo mismo por mí, pero no pude decirle que yo sí me había acostado con alguien en nuestro pequeño pase libre. — Siguió contando Sadie. Ella estaba feliz porque estaba mejor con Charlie y las cosas iban mejorando poco a poco. Aunque Sadie le había mentido y sé que él también, ambos se quieren y yo, como buena amiga lo único que puedo hacer, es escucharla atentamente.

A veces, mis celos aparecían cuando ella me contaba lo bien que se llevaban ellos tanto sexualmente como pareja. No porque a mí me gustara Charlie, no, claro que no. Él era algo así como mi hermano mayor, bueno, hermanastro, quizá primo, bueno, alguien a quien no podía ver más como él-es-novio-de-mi-mejor-amiga. Sino, porque él era un encanto y muy caballero con Sadie y la quería realmente.

—¿Has escuchado alguna cosa de lo que he dicho? — Preguntó divertida con un toque de ofendida. Volví mi atención a ella cuando vi sus labios mover.

—¿Qué? — Pregunté al no tener idea de que me había dicho.

—Eso me contesta que no. ― Rió. — Es enserio t/n, ¿Te pasa algo? ¿Quieres hablar de lo que sucedió ayer? —

—No. — Respondí inmediatamente. — No quiero hablar, ni siquiera recordar palabra alguna de lo que el psicólogo dijo ayer. Así que estaría encantada de que habláramos de otra cosa. —

—Pero, ¿Qué sucederá el lunes? Aidan es el que te pidió que hicieras la visita, él es el que quiere saber. Tendrás que decírselo. — Bueno, aquello era algo que había olvidado por completo.

El hecho de que Aidan no sabía nada, dado que él era quien me había obligado a ir.

—¿Se lo dirás tú? — Dije, pero sonó más como una pregunta. Sadie sonrió sin mostrar los dientes y se acercó a mí.

—Pues, si no te sientes preparada para hacerlo aún, puedo hacerlo yo. —

—Gracias. — Susurré abrazándola.

El resto de la tarde nos la pasamos como dos adolescentes cuando sus padres se iban fuera de la ciudad. Desordenamos completamente el departamento, con nuestras luchas de almohadas, nuestras inacabables palomitas de maíz y dos películas románticas para llorar. Había olvidado todo lo que me acomplejaba y pude por un momento, vivir tranquila y ser feliz. Aunque sabía que eso no sería por mucho tiempo.

𝐕𝐢́𝐫𝐠𝐞𝐧 𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora