³

17 0 0
                                    

HABITACIÓN DEL REY

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

HABITACIÓN DEL REY

ARTURO se acomoda el traje. Su corona descansa en un pedestal frente a él.

PASCAL, su sirviente, le lustra las botas manteniendo la vista notoriamente baja, clavada sobre el cepillo.

ARTURO — ¿Por qué no me miras?

PASCAL — (Aún sin mirarlo). ¿Por qué hizo eso?

ARTURO — No quiero a un depravado en mi Corte. Los hombres como él, degenerados... aprovechados... No podemos rodearnos de esa peste...

PASCAL — (Silencio). Me avergüenza lo que vio esa noche...

ARTURO — Vergüenza debió sentir él... Tú no querías hacer nada de eso, lo sé...

PASCAL levanta la cabeza y lo mira. Ahora termina de lustrar la bota y permanece de rodillas frente a ARTURO.

Aquel se irgue. Camina con serenidad hasta el pedestal y se coloca la corona.

ARTURO — Manchó tu honra... así que también me ha ofendido a mí...








 así que también me ha ofendido a mí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

SALÓN

El Rey se encuentra con JORGE DAVID en el centro del salón.

JORGE hace una reverencia bastante torpe.

JORGE DAVID — Su Majestad... Si os molesta verme sin mi traje, tomad en cuenta que el tío ese que envió es un prisas... Y un verdadero tocapelotas, si me permitís agregar...

ARTURO — Pues sí... En realidad estoy totalmente de acuerdo... Escucha... Te habrán llegado noticias de que el trovador... Bueno...

JORGE DAVID — Sí, me acabo de enterar que ha palmado...

ARTURO — En efecto... Y vaya casualidad... porque sé que eres un músico bastante talentoso...

JORGE DAVID — (Agrandado). Entre muchas otras cosas, sí...

ARTURO — Dime algo... ¿Te gustaría ganar el doble?

JORGE DAVID — (Sus ojos se iluminan). ¡¿Que si me gustaría?! ¡Oiga, pero, ¿lo decís en serio?!

ARTURO — ¡Pero claro! Solo tendrías que aceptar convertirte en el nuevo trovador... además de seguir oficiando de bufón...

JORGE DAVID — ...Más trabajo... Claro... Siempre hay algo...

ARTURO — Sé que tienes una viveza admirable para componer rimas... picarescas... y muy ingeniosas... Las he escuchado, y creo que son brillantes. Quiero darte la oportunidad de desarrollar ese talento tuyo... y que todos podamos disfrutarlo...

JORGE DAVID — Eso sí es cierto... El mundo merece escucharme... Pero, a todo esto... ¿Por qué buscáis un nuevo trovador? Entiendo que el otro se murió y eso, pero... ¿por qué hace falta uno, para empezar?

ARTURO — ...Ah... Pues... Es una muy buena pregunta... (Silencio). Bueno... ¿vas a aceptar la oferta o no?

JORGE DAVID — ¿Por más dinero? Por supuesto. Totalmente. Hecho.

Jorge JugleteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora