Jorge Juglete

³⁵

TABERNA

DARÍA se hace un lugar en la barra y pide una bebida con el poco dinero que le queda de los robos.

JOVEN — ¿Una dama en este agujero de asquerosidad?

DARÍA — ¡Vete a la mierda! ¡¿Me viste cara de dama?!

JOVEN — (Riendo). ¡Pues no lo sé! Tú me dirás qué es lo que tienes entre las piernas...

DARÍA — Una mandíbula de basilisco; nada refinada...

JOVEN — ¿Y muerde?

DARÍA — Mastica y envenena... (Pausa). ¿Vas a dejar que beba tranquila, o te tengo que cortar la lengua?

JOVEN — ...Adelante...

Ingresa JORGE DAVID, sacudiendo la puerta. Se arregla el cabello, mira hacia la barra, y alza la voz mientras camina:

JORGE DAVID — ¡Diego Gavín Melendro del Llano!

JOVEN — (Fastidiado). ¡Diego a secas, rata!

JORGE DAVID — Tú siempre por estos rumbos... De hecho, siempre metido en este lugar...

DIEGO — Habla o lárgate.

Apenas ahora nota la presencia de DARÍA.

JORGE DAVID — ...Eh... ¿Esta es amiga tuya?

DARÍA — En sus sueños. (Mirándole). Tú y yo ya nos conocimos, ¿cierto?

JORGE DAVID — ...Sí, por desgracia...

DIEGO — ¿En serio lo conoces? ¿Qué le viste a esta lagartija?

JORGE DAVID — ¡No es lo que te piensas! Esta loca me utilizó de rehén cuando se escapó del calabozo...

DARÍA — Y tengo que decir que me dió mucho gusto trabajar con alguien tan cooperador...

DIEGO — ¿Qué es lo que quieres ahora, David?

JORGE DAVID — ¿Te apuntas a otra aventura en alta mar?

DARÍA — ¡¿Dijiste alta mar?! (Dando un golpe a la barra). Cuenta conmigo.

JORGE DAVID —¿De verdad? ¡Excelente! ¿Gavín?

DIEGO — ...Pues ya qué...

CALLES DE LA CIUDAD

TERESA camina con PASCAL, pegada a su cuerpo y sujetándolo del brazo.

PASCAL — ...¿Es realmente necesario el cuchillo?

TERESA — Es mi garantía de que no saldrás corriendo... Hazlo, y te cortaré como a una cebolla...

PASCAL — Descuida...

Llega GWENDOLYN en dirección opuesta y se une a ellos a mitad del camino.

TERESA — Ya te estabas tardando...

GWENDOLYN — Un pobre infeliz se quedó a dormir allí hasta la mañana. Teníamos que sacarlo antes de cerrar.

TERESA — ¡Ese no es tu trabajo!

GWENDOLYN — Ay, si te dijera todo lo que debo hacer en ese lugar...

TERESA — ¡Eso se acaba hoy! ¿Cierto, niño?

PASCAL — ...Claro...

TERESA — ¡Pero muestra un poco más de entusiasmo, criatura!

PASCAL — ¡Se me hace difícil, con un cuchillo rozándome la espalda!

CASTILLO Y EXTERIORES

La MADRE de ARTURO se sienta afuera de su dormitorio, esperando el vino que las sirvientas le llevan y sirven.

Bebe y se relaja sobre su asiento. En ese instante aparece su hijo por las escaleras, inquieto y vistiendo su armadura.

MADRE — ¿Qué vas a hacer?

ARTURO — Salir a buscarlo. ¡No puedo esperar a que-

MADRE — ¡TCH! ¡Ya lo están buscando! ¡Todo el cuerpo de guardias ha salido a buscarlo! ¡Cálmate! Siempre puedes conseguir un sirviente nuevo...

ARTURO — ¡Dios Santo! ¡Las personas no son reemplazables!

MADRE — ¡Claro que lo son! Tu verdadero padre murió cuando tenías dos años; tu tío ha sido un excelente reemplazo...

ARTURO — ...¿Qué?

PASCAL, TERESA y GWENDOLYN se acercan al castillo.

El muchacho se inquieta al ver la zona cubierta de guardias, dispersos en todas las direcciones.

TERESA — ...¿Toda esa protección es normal?

PASCAL — ...No...

Tres de los guardias les ven y empiezan a correr hacia ellos.

PASCAL — ...¡LOS HOMBRES DE ARMANDO! ¡VÁMONOS!

GWENDOLYN — ¡¿Te están buscando por alguna razón en especial?!

PASCAL — ¡Estoy bastante seguro de que me quieren muerto!