Cap. 6 Aventura Peligrosa

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༺═───────⊰❪ AVENTURA PELIGROSA ❫⊱───────═༻

❛06 • Punto de vista de Judy Hopps •

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Soy suya...—rememoré lo vivido, mirando mi reflejo en el espejo, contemplando mi magullada desnudez, mientras pasaba mis dedos ligeramente por la curvatura de mi cuello y hombro, por donde Nick había dejado la marca de sus incisivos.

A duras penas caminé por el dormitorio, en busca de la muda de ropa que le había encargado, sin dejar de revivir en mi mente la fogosa experiencia y la doloroso pero muy gozosa pérdida de mi castidad.

Nick, aún te siento...—achiné los ojos, ante el incómodo palpitar en mi entrepierna cuando hacía el esfuerzo por vestirme. ¿Quién lo diría? La coneja que siempre le temió a los zorros, ahora es la hembra de uno.

Abrí el armario y entre tanta camisa elegí una con manga larga para poder soportar el frío de esta noche; al acomodar la prenda y ceñirla a mi cuerpo con un lazo en la parte inferior me dirigí a la cocina y procuré alimentarme con varias frutas para saciar mi hambre. Después me dirigí al balcón para oxigenar mis pulmones; al tomar una buena bocanada de aire, bajé mi rostro y observé al habilidoso zorro que equipaba el auto, dejando algunas cajas dentro de la maletera. ¿Qué será? Estaba segura que algo traía entre manos. Desde que pertenece al ZPD se esfuerza por ser una pieza clave en el equipo, lo cual me llenaba de orgullo.

La incertidumbre decoraba las calles, ¿tanto había dormido? Todavía me sentía débil, pero debía ser responsable con mi trabajo. Hidraté mi organismo y presurosa bajé a darle el encuentro.

—¿Dormiste bien? —automáticamente me recibió con una pregunta que reflejó lo importante que soy para él.

—Más que bien, gracias...—le regalé una inmensa sonrisa, llena de dicha.

—No me agradezcas, es importante para mí tu bienestar —sinceró.

Ante sus palabras quedé atónita, en silencio. No esperaba tal contestación.

—Perdóname por morderte, es la primera vez que pruebo el cielo...—se paró frente a mí y con dos dedos acaricio levemente por sobre la tela aquella huella que él había originado.

Un escalofrío recorrió por mi columna, sacudiendo mi cuerpo; al ser notorio, él sonrió por lo que provocó y solo desvié la mirada, tenuemente sonrojada.

—Sé que estoy con un depredador...—consciente de la cicatriz que quedaría marcada en mi perfecta y pálida piel—. Y que yo le pertenezco.

—Y yo le pertenezco a mi coneja —murmuró antes de besar suavemente la comisura de mis labios, en un único pero pequeño roce; entonces vibró todo mi ser, acalorando mi maltratado sexo.

—Hmm...—inhaló profundamente, captando mi olor. Inconscientemente mi cuerpo se expresaba ante las circunstancias, comprendiendo lo imposible que es controlarme frente al macho que me tomó como suya—. Tu deliciosa fragancia advierte que ya tienes dueño.

Sentí mi rostro quemar y bajé la mirada, muy apenada.

—Golosa coneja —susurró, llevando una mano a mi espalda baja para deslizarla por mi cola y terminar en mis nalgas, estrujando una con dureza—. Espérame en el automóvil —se apuró en ir a su departamento.

Recién estaba experimentando mi sexualidad y aunque los conejos tienen fama de calenturientos, temía sentir un deseo sexual incontrolable frente a Nick a pesar que él me haya demostrado tanta lujuria; todavía ardía mi interior y me avergonzaba ser tan estrecha para él. Guardaba unas ansias locas por aceptarlo con la intención de disfrutar la intimidad.

Instinto Erótico {Nicudy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora